Capítulo 28: Explosión

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-¿Aurum y Argentum?-preguntó Crista confusa y de repente, un estruendo seguido de una explosión los sorprendió golpeando como un eco en las paredes.

El Hostel tembló.

-¿¡Qué sucede!?-gritó Betty apareciendo en el comedor.

Arriba se escucharon los llantos de Camila y los gritos de Clelia y Augusto.

-Arriba-inquirió Eiber.

-¡La piedra!-gritó Crista y un segundo después, Heben y ella corrían escaleras arriba, seguidas, primero por Eiber y luego por Betty y Nico que no entendían nada de lo que sucedía.

Al llegar al descanso, doblaron y siguieron subiendo hasta llegar al pasillo, desde donde provenía una nube de humo blanco y los gritos de los demás.

-¡Clelia!-gritó Beatriz internándose en la niebla que cubría casi por completo el pasillo.

Los demás la siguieron, menos Heben y Crista que corrieron a la habitación donde estaría la piedra.

-¡Clelia! ¡Clelia!-siguió gritando Beatriz metiéndose en la habitación desde donde se escuchaban los gritos y los llantos de la niña.

-¡Aquí!-la voz de Augusto resonó potente desde la ventana.

Betty se acercó con Nico detrás de ella y los divisaron tomando aire con el ventanal abierto.

-¿¡Qué sucedió!?-preguntó la mujer mirándolos con pavor, ya que estaban llenos de polvo y escombros.

Clelia estaba en manos de Augusto, quien tenía parte de la cara lastimada y con sangre corriendo por su mejilla. Camila lloraba sin consuelo entre sus brazos.

-No lo sabemos-exclamó levantándose y sintiendo el pinchazo del golpe en su rostro-Estábamos hablando tranquilamente y escuchamos algunas voces, pero cuando fui a abrir la ventana creyendo que sería algún ladrón, la pared izquierda explotó.

-Un pedazo de ella le golpeó en la cara-agregó Clelia mirando a su esposo con preocupación.

Beatriz apretó los puños.

-¿Es una herida superficial?-le preguntó a él y este la miró sin entender, pero asintió de todos modos-Bien-dijo-Ustedes saben que soy alquimista-se acercó al hombre y con un pañuelo quitó la sangre. Luego, apoyó su dedo sobre la herida-Y mi poder es, regenerar las células-la hendidura comenzó a cerrarse de repente, dejando a los demás con la boca abierta y una pequeña cicatriz sonrosada que terminaría desapareciendo en una semana.

Nico miró aquello con admiración ya que, nunca había sabido cuáles eran los poderes de su maestra y ahora que los había visto, entendía porque ella solo se encargaba de ciertas cosas. Si bien, era un poder alquímico útil y raro, no servía ni para la batalla, ni para un espectáculo. Más bien, para el lugar de un médico en la retaguardia de la guerra.

-Eres increíble-soltó Clelia mirándola con una expresión sorprendida y a la vez de gratitud.

Betty quitó su mano y asintió tímidamente.

-No es para tanto-le dijo y luego, todos reaccionaron a otra explosión que se escuchó más cercana.

La alquimista miró a Nico y este asintió con el ceño fruncido.

-Ustedes vallan abajo y si es necesario aléjense de aquí. Nosotros iremos a ver qué sucede-les dijo Beatriz a la familia, que asintió entendiendo y Clelia tomó a Camila en brazos, quien ya se había tranquilizado al ver que el rostro de su padre estaba en mejores condiciones. Aunque, algunos sollozos e hipo asomaban cada tantos segundos.

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