Capítulo 31: Enfrentamiento libre

9 1 0
                                    

-¡Crista cuidado!-Le advirtió Almendra corriendo hacia ella con sus plantas detrás, cuando el hijo de Griselda comenzó a acercarse.

Crista, absorta mirando la herida de su padre, tardó unos segundos en reaccionar. Ella estaba más cerca que Almendra, por lo tanto su amiga no llegaría y con la mano que no sostenía la mochila, le lanzó varias estalactitas que el chico sombra esquivó con facilidad y rapidez.

Ella se mordió el labio.

-¡Debemos sacarlo de aquí!-gritó Beatriz a su lado, por arriba del estruendo de la batalla de sus compañeros contra los monstruos, Griselda, la arpía, la niña y el hombre. El chico, había quedado reducido a un lado, peleando contra Almendra, sin embargo, ella duraría poco, cuando los poderes de aquel gusano eran ígneos perfectos para quemar sus plantas.

La alquimista de hielo, miró hacia todos lados.

-Llévatelo-le dijo ella-Ve con Clelia y los demás y váyanse lejos.

-¿Pero... Y tú...?

-Yo me quedaré a luchar y defenderé la piedra. Luego nos reencontraremos, pero por favor, no dejes que le suceda nada-le suplicó mirándola a los ojos y Betty no tuvo más opción que aceptar.

Al momento, como pudo y con su mayor esfuerzo levantó a Eiber pasando un brazo por su hombro y comenzó a llevárselo, mientras Crista vigilaba que nadie los interrumpiera.

Uno de los Monsexperime, trató de abalanzárseles, pero ella lo detuvo congelando sus patas al frío pavimento.

De repente, casi por sorpresa, apareció Care con los ojos enardecidos y una mueca de ira.

-¡Eiber!-gritó en su dirección.

El hombre apenas consciente por el dolor de su brazo quemado, no respondió.

-¡Voy a matarte!-siguió gritando la arpía y Betty comenzó a correr, o lo intentó, ya que le era difícil con el cuerpo de su amigo a cuestas.

Esta comenzó a lanzar su gas tóxico en su dirección.

-¡No!-gritó Crista lanzando aire helado en la dirección de la nube de gas tóxico de la arpía, desviándolo.

-¡Tú no te metas!-le gruñó y le lanzó una bomba de humo, distrayéndola mientas corría en su dirección.

Podría tomar la Piedra Filosofal y luego matar a Eiber, pensó Care corriendo hacia Crista con los polvos tóxicos con que ella trabajaba en una mano, dispuesta a la cara de ella.

Mataré a la hija y luego al padre, canturreó para sí dentro de su cabeza, cuando Crista posó una mano en el pavimento congelándolo en el recorrido hasta la arpía, quien lo esquivó varias veces estando a punto de saltar sobre Crista, siendo rápidamente detenida por Heben, quien con sus poderes le lanzó encima varias piedras.

La arpía cayó hacia un costado frunciendo la cara por el dolor y luego, se vio aprisionada contra el suelo, con la fuerza de gravedad ejercida sobre ella con los poderes gravitatorios de Heben.

-Maldito niño-dijo con la cara de costado sobre el pavimento.

Heben, sin perder de vista a la mujer se acercó a Crista, quien ya estaba feliz al ver que Betty había podido escapar con su padre.

Heben miró de reojo la batalla. Sus compañeros estaban reteniendo igual a igual con sus enemigos. Le sorprendió la resistencia de Sandy, habiendo creído que era una niña sin saber nada de la vida y más aún, Bruno, de quien directamente no tenía idea sobre cómo se desarrollaban, siendo este con sus poderes de minerales, contrayendo el suelo y creando grietas en todo el pavimento abriendo agujeros y cayendo o haciendo perder el equilibrio a sus enemigos.

Exilio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora