Capítulo 8

1.1K 190 13
                                    

A las seis de la tarde estoy totalmente lista para esta noche. Estoy tan molesta con Darren, que quiero hacerlo sufrir, sé que estaba celoso cuando Julián me invitó a salir, o al menos no le gustó la idea.

¡Qué idiota!

Él tiene novia Celeste, eras simplemente una distracción. Me ruedo los ojos a mí misma.

Eso no me impedirá verme espectacular y mostrarles a esas perras que las curvas están de moda.

Uso una falda de jean corta, me calzo unos zapatos de plataforma dorados y una blusa de seda verde botella. Aliso mi cabello para que quede una cascada oscura y me maquillo. Con esta falda mis piernas se ven increíbles, el tatuaje que recorre mi tobillo es más notable ahora, es una enredadera que empieza en la parte baja de mi pierna y termina en una flor sobre empeine de mi pie.

—Guau chica, estás de ataque. Cariño, tienes más piernas que una araña.

—Ay B, que ordinario eres —rio por su cumplido tan horrible.

—Dios eres tan patético —murmura Donna.

Ella y Tay están muertas de risa en mi cama. Tay usa un vestido negro de verano y Donna sus jeans sueltos y camisetas de agujeros sobre el ombligo, somos hermosas. Bajamos y encontramos a Brenda con una hermosa falda de volantes azul y una blusa blanca de tiras. Se ver hermosa en sus sandalias bajas.

—Te ves bien. —Le doy un beso en la mejilla y las demás también la cobijan.

—Y tú te ves realmente increíble, que piernotas

—Ves, te lo dije —sonríe B

Caminamos hasta el gimnasio, esta vez logramos ubicarnos en la misma columna de la banca de jugadores, tres hileras por encima.

Tomo mi vaso de refresco y mi teléfono suena

Julián: ¿Eres tú la chica hermosa chica de verde con un refresco en la mano?

Yo: Depende

Julián: ¿?

Yo: ¿Dónde estás?

Julián: Mira a tu derecha

Dirijo mi mirada y veo a un chico guapo sobre la entrada sonriéndome

Julián: ¡Hola!

Yo: ¡Ven aquí teniente!

Sube los escalones y llega hasta nosotros, Brenda inmediatamente babea sobre sus nachos, cuando lo ve.

—Hola señoritas, caballero —Me da una enorme sonrisa—. Celeste.

Todos saludan y se corren para dejarlo sentar a mi lado, entre Brenda y yo.

—Así que... Daniel es tu hermanito pequeño.

—Sí, solo somos nosotros dos. Él prefiere el deporte, yo el aire y las controles. Te ves hermosa.

—Gracias, tú te ves muy bien. —Lo reparo de pies a cabeza sin vergüenza. Está usando un polo azul oscuro con unos jeans y tenis. Se ve joven y apuesto.

Guiña un ojo y aunque no me hace sentir lo mismo que Darren, me gusta. Veo que levanta su mano y saluda, así que miro al frente y me encuentro con Darren y un Julián más joven observándonos. Dani me sonríe y saluda, correspondo y, cuando Darren trata de buscar mi mirada me concentro en Brenda.

—Está furioso. Creo que tu ley del hielo le lastima el ego —me informa.

—No me importa. —En realidad sí. Y me alegra que se vea molesto.

Tu Plato De Segunda MesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora