Capítulo 23

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—Es una lástima que se pierda el partido de hoy.

—¿Quién? —pregunto, distraídamente. Estoy demasiado concentrada pensando en las sensaciones que Darren, su toque, cercanía o su voz producen en mí.

Es tan extraño, no puedo evitar ese magnetismo. Y sus ojos, esos ojos son tan hermosos, y esa boca, con esos labios carnosos y tentadores...

—Pues Darren ¿quién más? —Golpea mi brazo—. ¿En dónde demonios estas?

—¿Cómo que en dónde estoy? Aquí ¿No me ves?

—Tu cuerpo está aquí, pero tu mente, esa se fue hace mucho rato al país de nunca jamás.

—Solo estoy pensando, B.

—Sí, y yo sé quién es el protagonista de tus sucios pensamientos. —Menea sus cejas de arriba hacia abajo, se ve tan gracioso que rompo a reír.

—No son pensamientos sucios.

Bueno, casi.

—Lo que digas. Ahora lo que hizo hoy, salir como todo un caballero. Debo decir que verlo luchar así me excitó como la mierda

—¡Bruno! —grito, muerta de risa.

—¿Qué? Es cierto, estuve pateando el trasero de Rogert y luchando contra una erección.

—¡Oh mí Dios! Eres incorregible.

Estoy sonrojada y apenada en este momento. Recordar a Darren luchando de esa manera primitiva me hace sentir igual que Bruno.

Completamente excitada y necesitada... de él.

—¿Vas a decirme que no tuviste una erección en reversa por ese hombre?

—¿Un... una qué? —balbuceo, desconcertada.

—Erección en reversa. Vamos Celeste, sabes a lo que me refiero. De afuera hacia adentro, tu canal empezó a vibrar, tus bragas se mojaron...

—¡Basta! —Estoy a punto del colapso, voy a ahogarme de risa si no se detiene.

—Eso me confirma que sí, tuviste una erección en reversa por ese hombre —sonríe cuando ve que trato de recomponerme—. Ahora, cuando la madre te abrazo, ¡Dios! cuanto hubiera dado por tener una cámara e inmortalizar la expresión de Daisy, la perra.

—Creo que ahora soy oficialmente su enemiga número uno.

—Esa mujer va a hacerte la vida imposible —afirma. Ambos nos miramos y suspiramos, reconociendo que tiene razón—. Unos cuantos minutos y compraste a toda la familia de su chico.

—No fue mi intención —murmuro.

—Exactamente, ni siquiera tuviste que esforzarte. Incluso quiere que vayas a su casa cenar, eso son pasos de gigante. —Medita un momento lo que acaba de decir y continua—. Le ha hablado a su familia de ti, eso es algo importante ¿No? Quiero decir, yo no les hablaría a mis padres de un chico si no fuera especial.

Volteo mi cabeza y observo a mi amigo pensando en lo que acaba de decir.

Sigo pensando en el hecho que Darren le ha hablado a su familia de mí, mientras Bruno nos conduce a casa.

Estoy tan metida en ello, en que incluso estuvo a mi lado teniendo a su novia cerca. Es la primera vez que me pone en primer lugar, en otras ocasiones siempre ha estado en el lado de Daisy...

—Estamos en casa —Bruno me saca de mis divagaciones, cuando estaciona frente a nuestro bloque de apartamentos.

—Gracias por traerme.

Tu Plato De Segunda MesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora