El domingo por la mañana las chicas se levantan temprano. Yo tengo tanta pereza que no movido ni un dedo desde que abrí mis ojos, sigo acurrucada en mi cama, ignorando al mundo.
Llegar a las tres de la madrugada, medio achispada, no ayuda y si tenemos en cuenta mis tres rounds con el Darren imaginario y mi dedo mágico... estoy muerta. Pero al final, decidí levantarme y ser productiva.
Las chicas y yo salimos un rato a correr, mi estado físico es una mierda y deben detenerse varias veces para dejar que me recupere. Regresamos a casa y planeamos un día de campo para las tres. Vamos hacia los terrenos de los abuelos de Donna, frente al lago, y en el viejo árbol nos acurrucamos.
Hablamos de las novedades en los últimos días. Donna y Mark están planeando conocer a los padres de cada uno, todo indica que la discusión conmigo los ha ayudado mucho. Taylor está aceptando a regañadientes la profesión de Cipriano y han tenido mucho sexo.
—Tú deberías comprarte un consolador. Tu vagina está tan abandonada —comenta Donna mientras tomo una galleta con queso crema.
—No te preocupes, anoche la dejé satisfecha.
Ambas chicas se detienen a medio comer y gritan emocionadas.
—¿Tuviste sexo con Connor? —exclama Taylor.
—¿Te follaste a Connor?
—No, el imbécil me rechazó.
—¿Qué?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿qué? —balbucea Donna
—¿En serio?
—Sí —respondo y procedo a contarles todo lo que pasó la noche anterior.
—Vaya, ese chico está colado por ti —suspira Donna.
—Es una lástima, tú estás colada por Darren así que no tiene ninguna oportunidad.
—¿Y cómo sabes que no tiene una oportunidad? Darren tiene novia, Taylor —gruñe Donna.
—Sí, pero eso no impide que Celeste babee por él.
—Yo no babeo por nadie —protesto contra la afirmación de Donna.
—Si tú lo dices —responden ambas.
—En fin —continua Taylor—. ¿A qué te refieres entonces? Si no tuviste sexo con Connor ¿Quién fue?
Levanto mi dedo mágico, las chicas lucen un poco confundidas, un segundo después lo entienden y rompen a reír cuando lo entienden.
—El Dedo Mágico —resopla Donna
—Exactamente —confirmo y le doy un beso a mi dedo haciendo reír a las chicas.
—Ahora sí le doy la razón a Donna, necesitas un consolador.
—¡Perras! No lo traten así, este dedo es realmente mágico
No voy a reconocer que mi mente y el recuerdo de Darren tuvieron una participación activa e importante.
—Si tú lo dices —Vuelven a decir, las dos, al mismo tiempo.
—Justo en este momento, ustedes son jodidamente espeluznantes.
Después de nuestro picnic regresamos a casa para hacer locha, pereza o nada. Taylor se arrastra hasta el sofá mientras Donna y yo acampamos en el suelo de la sala viendo "la cruda verdad" y nos partimos de risa.
—¿Los chicos están bien con esto? —pregunto una vez que termina la escena del restaurante y el consolador.
—¿A qué te refieres?
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Tu Plato De Segunda Mesa
RomanceDarren Barker es el hombre al que amo, pero él ama a otra. ¿Qué hago yo al respecto?... ser la mujer a la que acude cuando Daisy Brook rompe su corazón. Sé que está mal, sé que me usa, pero no puedo decir que no. Soy adicta a él, lo amo como no he a...