SOMBRASEl frío de la madrugada lo despertó. Un par de copos de nieve se posaron delicadamente en sus mejillas, parpadeó un poco y se cubrió con la manta que siempre estaba en la terraza que él mismo había creado en el espacio del campanario. Miró hacia el cielo oscuro los copos estaban empezando a caer anunciando una blanca mañana. Lanzó un suspiro y se levanto del sillón caminando al balcón que solo le mostraba la intensa oscuridad que anunciaba algunas horas más para que apareciera el amanecer.
La imagen de Milly antes de que la dejara en la cama aceleraron de una manera intempestiva cada nervio de su cuerpo, ¡Maldición! Recargó las manos en la base del muro e inclinó un poco la cabeza.
- ¿Tu tampoco puedes dormir?
La voz masculina le puso alerta, se giró apenas y la figura alta de su hermano se mostró ante la mortecina luz del muro en la entrada.
- Por lo visto el insomnio ha hecho que husmees por la propiedad - observó con sarcasmo.
- Siempre he sido curioso - levantó los hombros -, es parte de mi personalidad inquieta.
Max regresó a su posición anterior ignorando su presencia. Sin embargo Lucas eligió pasar desapercibida la indiferencia de su hermano mayor y se acercó deteniéndose a su lado. Por un largo rato ambos miraron hacia el oscuro paisaje sin decir o hacer absolutamente nada.
-Ha pasado mucho tiempo - suspiró Lucas mirando de reojo a su hermano mayor.
Él no contestó, mantuvo la misma posición. Lucas le dio la espalda al paisaje y se recargó en el muro cruzando los brazos sobre su pecho.
- Fue muy difícil para mí y para Frank que no volvieras a casa - continuó con la arrogancia de los Blackthorne -. Siento que lo fue más para Frank, para él eras el mejor hermano. Papá intentó de una manera u otra que te olvidáramos, pero nos costó mucho trabajo, después de todo eras nuestro hermano.
El silencio que siguió pareció encontrar entre los dos un camino a un pasado que dolía y que de alguna manera mostraba que los lazos entre ellos seguían ahí a pesar de las circunstancias.
- El tiempo..., el tiempo hizo su trabajo - bajó la cabeza - y papá también. Sin embargo estoy seguro que ni Frank, ni yo, ni siquiera tu pudimos olvidar lo que fue.
- Nada fue.
La voz de Max se oyó vacía hasta para sus oídos.
- No puedes culpar a dos niños de lo que papá hizo; después de todo somos hermanos.
- No somos hermanos - gruñó Max molesto.
Lucas rió con un dejo de ironía, movió la cabeza y bajó los brazos.
- Somos tan parecidos - recalcó -, no lo digo sólo por el físico. Hemos heredado el carácter de papá, Frank es más parecido a mi madre. Tiene suerte, es muy difícil ser como Oliverius Blackthorne.
Max asomó apenas una sonrisa al estar de acuerdo con Lucas.
- El orgullo es una parte de ese carácter - prosiguió Lucas acomodándose su abrigo -, aquel defecto le hizo perder muchísimas cosas entre ellas su propio negocio y su familia.
- ¿Me estás acusando de algo? - le miró enfrentándose.
- De ninguna manera - rió moviendo la cabeza -, las empresas Blackthorne no me interesan, y sé que a Frank mucho menos; ambos hemos hecho nuestras vidas y profesiones muy separados de lo que papá empezó; parece que papá pensó lo mismo al no incluir a ninguno de sus hijos. Todo quedó muy claro cuando se leyó el testamento.
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la bestia y la bella
RomanceMaximilian Blackthorne era conocido como la bestia en el mundo de los negocios. Nunca permitía que nadie se aprovechará de él, mucho menos un contador cualquiera. No le importaba que fuera por momentos de vida o muerte. Joseph Mathews iba a pagar po...