LUNA DE MIEL
Mordisqueó la manzana roja que escogió del frutero sobre la mesa de la cocina. Durante los tres días que llevaban juntos en la rectoría después de su regreso de Londres parecía ser el lugar favorito de su Lady Mildred. Él lo había aceptado al ver lo cómoda que se encontraba en el lugar. Le encantaba verla sonreír y ayudar a Georgie preparar los alimentos que a veces probaba bajó la mirada femenina muy atenta a sus reacciones.
Nunca en su vida se sintió tan relajado y ahora tenia en su cabeza un plan que estaba seguro le encantaría a Lady Mildred.
- Hay algo de lo que quisiera hablar contigo - le dijo sin rodeos.
Milly dejó la cuchara con la que movía la sopa y lo miró curiosa.
- Por supuesto.
Salieron de la cocina dejando todo a cargo de Georgie. Milly caminaba algo tensa junto a él, ¿podía después de aquellos días tan perfectos salir algo mal? Esperaba que no, porque no estaba segura de como reaccionaria ante alguna situación que la llevar a alejar a Max otra vez de su vida.
Max la llevó al salón. La miró metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón.
- He estado pensando, ya que he tomado un par de semanas libres en Rectory Mayor - la miro -, podríamos ir a otro sitio. Mi avión privado esta listo para salir a cualquier lugar del planeta que quisieras visitar. Es momento de tener nuestra luna de miel, si tú estas de acuerdo.
Milly no pudo moverse. La sorpresa la mantuvo por unos momentos paralizada, lo miró en busca de algo que le dijera que no estaba jugando con ella. Al ver el plata de sus ojos sin ningún signo de broma, alerta esperando su respuesta lo único que pudo hacer fue arrojarse a él rodeando su cuello agitada.
- ¡Si, me encantaría!
Max rió abrazándola, antes de que sus labios se unieran en un dulce beso.
- Tienes que decirme, ¿A dónde te gustaría ir?
- Siempre he deseado ir a esquiar y pasar las noches frente a una chimenea envuelta en una manta con un vaso de chocolate caliente...
- Tu deseo te será cumplido - le dijo dejando un beso en su mejilla.
La soltó y se alejó prometiéndole una sorpresa. Milly lo observó entrar a su estudio, lanzó un suspiro sin poder creer todavía lo que le estaba pasando.
¡Dios, era como un sueño del que no quería a despertar! Al fin después de un mal sueño todo parecía que las cosas estaban por mejorar cada vez más.
Buscó uno de los sillones de piel para sentarse, le temblaban las piernas y el corazón parecía querer salirse de su pecho, lo cubrió con ambas manos para calmar el latido. Inclinó la cabeza mientras suspiraba pensando en lo mucho que lo amaba. Ahora estaba segura de algo, lo amaba tanto como a su propia vida y no sabría que seria de ella sí alguna vez pasara algo que los separara.
Sonrió con ternura, nada de eso podía pasar, Max estaba dándole una oportunidad a la vida y ella estaba ahí para ayudarlo a que todo saliera bien para él.
•
Viajaron a Londres en donde comprarían todo para el viaje. Milly le pidió a Sam que la ayudará a elegir ropa para el viaje de luna de miel cuyo destino era una sorpresa. Su hermana asintió encantada, escogieron todo tipo de conjuntos excepto el que ella usaría para esquiar ya que Max los compraría ambos.
- ¡Es maravilloso! - Exclamó Sam sentándose en la mesa del restaurante en donde comerían después de las compras que las habían dejando muy cansadas -, no puedo dejar de pensar que es una suerte que te hayas casado con Max.
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la bestia y la bella
RomansaMaximilian Blackthorne era conocido como la bestia en el mundo de los negocios. Nunca permitía que nadie se aprovechará de él, mucho menos un contador cualquiera. No le importaba que fuera por momentos de vida o muerte. Joseph Mathews iba a pagar po...