CAPÍTULO 70

45.4K 3.2K 150
                                    

PUNTO DE QUIEBRE

El desayuno se había llevado a cabo en una atmósfera de tranquilidad, la poca charla que se dio en la mesa fue sobre asuntos que carecían de importancia. Milly intentó ser la anfitriona perfecta, la misma que Max le pidió ser en el momento en que acepto ser su esposa; no, ya no podía ser la misma, todo lo que pasó en los últimos meses la había hecho cambiar. Milly, la joven ingenua, la virgen sacrificada para la salvación de su padre y de su familia desapareció desde el momento en que se subió a el rolls de la bestia firmando su sentencia, que se alargó hasta los próximos seis meses.

Miró a su todavía esposo, lo que pasó los últimos tres meses le estaba mostrando una faceta diferente en esta nueva oportunidad. Max era diferente en varias maneras; desde su físico hasta la forma en que se comportaba con ella, la manera en que la miraba, en que le hablaba. Los ojos plata se cruzaron con los de ella y por un momento todo a su alrededor se desvaneció. Ella se hundió en esa mirada, se dejó atrapar en sus redes. ¡Oh Dios! Gimió en su interior usando toda su fuerza de voluntad para no levantarse e ir hacia él confesándole sus sentimientos.

Sonrojada apartó la mirada bebiendo un trago de té. La taza casi cayó de su mano golpeando el platito recayendo hacia ella toda la atención de sus invitados.

- ¿Estas bien? - Preguntó Lucas preocupado al ver su semblante acalorado.

- Yo..., estoy bien gracias - balbuceó acomodando la taza intentando tranquilizarse.

- ¿Estas segura? - Lucille le tomó la mano temblorosa -. En tu estado necesitas tener una atención más profesional, el embarazo no es algo sin importancia.

- Estoy bien - le aseguró soltándose y le sonrió -, ¿Alguien más desea otra taza de té?

Todos se negaron y dieron por terminado el asunto; Max la miró frunciendo muy levemente el ceño, no estaba muy seguro de lo que ella decía. Dejó la servilleta encima de su taza de café y suspiro buscando la manera más fácil para terminar con ese asunto que lo mantenía al vilo.

- Entonces, ¿Es muy pronto para conocer sus planes ahora que estoy fuera del coma? - Inquirió mordaz -, o ¿Es incómodo venir sin avisar evitándoles poner en marcha lo que han planeado?

- ¡Max!

La voz de Milly escandalizada lo hizo mirarla sin ninguna expresión en su rostro, después paseó sus ojos por los demás comensales. Lucille limpió apurada su boca con la servilleta, aquel gesto le recordó la manera en que ella mostraba su enfado ante cualquier eventualidad, Lucas mostró un semblante serio antes de dibujar una sonrisa burlona y Frank le miró como si ya esperara una situación como esa.

- No hay necesidad...

- Descuida madre - la interrumpió Lucas tranquilo -, sabia que no tardaría la bestia en asomar su cabeza. "Genio y figura hasta la sepultura", ¿No es así hermano?

- El golpe en la cabeza no daño mis facultades mentales - asintió Max relajándose un poco.

- Podemos notarlo Max - respondió Frank serio -, y tal vez de alguna manera si, todavía no teníamos muy claro lo que queríamos hacer cuando volvieras a casa.

- ¿A casa? - Max levantó una ceja -, dicho así suena como la casa familiar, si echabas de menos el lugar en donde vivimos parte de nuestra infancia puedo arreglar una visita guiada por las instalaciones de Balckthorne.

- ¡Maldición Max! - Frank se levantó de su silla con un dejo de violencia -, ¡No es así como se deben arreglar estás cosas!

- No hay nada que arreglar...

la bestia y la bellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora