Narra James.
El día comenzaba como los demás, solo que esta vez era diferente, mi perrita Alaska había estado enferma, ya se encontraba con el veterinario haciéndole pruebas; también estaba Sara y esa escena tan deprimente que me había tocado ver. Para olvidar un poco esto difícil, decidí ponerme un pearcing en el labio de lado derecho, ya tenía idea de algo así; pero con esto decidí ahora sí ponérmelo.
Salí de mi casa para ir a la escuela de música, dejé mi moto en el aparcamiento; no había ningún auto al lado. Me dirigí hacia el salón con mi mochila en la espalda, era aún temprano así que no me tocó correr como lo hacía veces anteriores.
Me quedé recargado en la puerta y sentí como algo choco con mi espalda, miré hacia atrás y noté como unas pequeñas mejillas se tornaban rojas de la pena por haber chocado contra mi, se me hacían algo conocidas; y lo eran, era Sara, al seguirla mirando un dolor en mi labio llegó e hice una pequeña mueca de dolor. Decidí ignorarla y sentarme en mi lugar.
La clase fue igual, cuando terminó caminé hacia el ascensor y aunque estuviera demasiado ocupado decidí meterme, tenía un poco de prisa tenía que regresar al hospital veterinario. Ya adentro mis ojos se desviaron a una linda joven que me miraba con demasiada atención, si no la hubiera visto besándose con alguien más me alargaría lo que está haciendo.
(...)
El ascensor llega al aparcamiento y salgo lo más rápido posible; me dirijo hacia mi moto.
Luego de conducir por unos minutos siento que alguien me está siguiendo pero lo ignoro, así que sigo. Entro al aparcamiento y bajo de la moto para ir al ascensor, cuando estoy adentro noto cómo entra conmigo Sara, ¿Qué hace aquí?, ¿Cómo fue que llegó?-¿Que haces aquí Sara? -Dije mirándola fijamente con tristeza.
-Te seguí -bajó la mirada.
Me metí en el ascensor para dejarla sola en el aparcamiento. Decidió meterse conmigo.
-James, por favor, quiero platicar contigo, disculparme. Cuando me viste en el centro comercial- hizo una pausa- tenia novio, pero la relación ya no funcionaba, lo descubrí besándose con una chava en una fiesta, estaba demasiado cabreada con él, quería terminar, ya no lo había visto desde hace tiempo, no funcionaba, en el centro comercial le dije que terminábamos y me besó a la fuerza, fue cuando me viste con él- miré hacia abajo- disculpa por no haberte dicho nada, no tuvimos tiempo. Me gustas, aunque creas que es demasiado pronto para decirte esto.
-Sara -dije para pasar saliva en ese momento- te diré por que me puse este pearcing -me miró fijamente- me dolió demasiado verte con alguien y más porque te estabas besando con el, además mi perrita se enfermó demasiado, los doctores no saben aún que es lo que tiene, ya lleva días aquí. Así que decidí ponerme esto -señalé mi labio- para olvidarme de este dolor y del que me causo ver cómo otra persona, otros labios te besaban-dije acercándome a ella.
-Perdoname en verdad, te seguí aquí porque me interesas y me gustaría -hizo una pausa.
-Creo que es muy pronto, no creo que estés lista para esto -sentencié.
Cuando estaba hablando las puertas del ascensor se abrieron, pero rápidamente las cerré para poder seguir adentro con ella, quería pasar más tiempo así a su lado.
-Yo quiero.... -Hizo una pausa para ver como se cerraban las puertas del ascensor- te necesito James -miraba hacia mis labios.
Cuando terminó de decir eso sentí como nuestra distancia se empezaba a acortar ya que coloqué mis manos sobre Sara.
Se acercó más a mi, tomé su cintura y la distancia que habia hace un momento desapareció.
Pegué mis labios contra los de ella, se respiraba la necesidad de ambos en ese pequeño ascensor.
Fui abriendo poco a poco su boca, mi lengua pedía entrar. Abrió lentamente su boca, aunque ella lo quería hacer rápidamente, se notaba en su respiración; yo necesitaba hacerlo lento en estos momentos.
Nuestras lenguas congeniaron demasiado bien desde el principio en que ella me permitió la entrada.
Creo que iba a comenzar a jadear, pero lo impidió acercándose más a mi. Su respiración se empezaba a dificultar.
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Tan sólo una mirada #Wattys2018
RomanceYO NO CREÍA EN EL AMOR A PRIMERA VISTA, HASTA QUE UN DÍA LO CONOCÍ Y FUE AHÍ DONDE MI MUNDO SE PUSO DE CABEZA. ME LLAMO SARA ROSS, TENGO 19 AÑOS Y ESTA ES MI HISTORIA DE CÓMO CON TAN SÓLO UNA MIRADA PUEDE CAMBIARLO TODO. NADIE PODRÍA PENSAR QUE AL...