Salimos a la carretera, los niños jugaban en la parte trasera, ministras que James y yo platicábamos sobre cosas triviales. Tomo el celular de James y busco una canción, al ponerla obtuve su atención.
-Si, ¿disculpa?
-Nada, solo quería cambiar la canción- sonreí.
-De acuerdo.
-Muy amable. Por cierto, ¿te han dicho algo del intercambio?
-No, aún no me avisan nada. Espero pronto lo hagan, estoy algo nervioso.
-Tranquilo, ya verás que lo harán.
-¿Y tú, ya estás con los preparativos?
-Si, ya he comprado el boleto de avión y estoy viendo opciones de departamento.
-Espero que haya espacio para mí en ese apartamento- me sonríe, no puedo evitar hacer lo mismo.
-Obviamente si- me acerco a él y lo beso- te amo.
-Y yo a ti, creo que los niños no se han dado cuenta de nuestro beso- ambos reímos. Dejo que siga conduciendo sin interrumpirlo, saco mi celular y juego un poco. Luego de media hora de conducir, hemos llegado. El lugar está algo lleno, la gran parte del estacionamiento está ocupada. Espero que la fila no esté así.- Niños, hemos llegado- dice en voz alta James.
-Ya era tiempo- reprocha Kayla, suelto una risita.
-He hecho lo que podía.
-¡Si!- gritan los gemelos.
-¿Les gusta chicos?- me giro en el asiento para verlos.
-Si, ya queremos entrar.
-Ya casi, solo buscamos donde estacionar el auto.- James gira a la izquierda, hay un lugar al inicio de la fila. Aparca en este.- Vamos a la diversión chicos- tomo mi mochila y los cupcakes. Bajamos del auto, tomo de la mano a los gemelos para que no se vayan. James hace lo mismo con Kayla.- Buenos tardes, me puede dar dos boletos para adulto y tres de niño por favor- le digo a la señorita que está en la caja.
-Claro- mueve algunas teclas en la computadora- son 105 dólares- le entrego la tarjeta para que cobre- una firma aquí- me da un ticket, lo firmo y se lo devuelvo- aquí tiene sus boletos, que tenga bonito día, disfrútelo.
-Gracias- camino de vuelta a donde está James con los niños; se han sentado en una banca debajo de un árbol.- Listo chicos, a divertirnos- se levantan y comenzamos a caminar hacia la entrada.
-Pónganse para una foto- nos detenemos debajo del arco para entrar, James saca su celular; toma una selfie. Pasamos por los de seguridad, quienes revisan nuestros pases.
-Quiero subirme a las tazas locas- jala mi brazo Jared.
-Vamos hacia ellas, pero no sé dónde están- me detengo en seco.
-En el mapa dice que están a un lado de la tienda de ropa, a dos puestos más- seguimos caminado, las veo.
-Ahí están- señala hacia las tazas- vamos- caminamos más aprisa. Llegamos a la fila. Al esperar por dos minutos es nuestro turno. Logramos subirnos los cinco en una misma taza.
-¿Estás listo?- le pregunto a Jared.
-Si- la taza empieza a dar vuelta, al inicio es despacio, pero va incrementando la velocidad. Los niños gritan. Termina de moverse la taza, noto el cabello de los gemelos más esponjado.
-Ahora vamos a las sillas voladoras- dice Kayla al bajarnos de las tazas.
-Está bien, lo buscaré en el mapa- mira este- está a un lado del lago- vamos hacia este. El lugar está lleno, las tiendas tienen demasiadas cosas, me paro en una donde hay una sudadera de batman, recuerdo la fiesta de disfraces.
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Tan sólo una mirada #Wattys2018
RomanceYO NO CREÍA EN EL AMOR A PRIMERA VISTA, HASTA QUE UN DÍA LO CONOCÍ Y FUE AHÍ DONDE MI MUNDO SE PUSO DE CABEZA. ME LLAMO SARA ROSS, TENGO 19 AÑOS Y ESTA ES MI HISTORIA DE CÓMO CON TAN SÓLO UNA MIRADA PUEDE CAMBIARLO TODO. NADIE PODRÍA PENSAR QUE AL...