Capítulo 30 (parte 3)

1.5K 96 0
                                    

-Toma esta maleta Sara -extendió una maleta pequeña rosa por lo que supe que era de Kayla.

-Dame -agarré la maleta y me estiré por una bolsa que estaba en la cajuela del carro del papá de James- permiso -tomé la bolsa.

-Vamos, es todo -cerró el auto y comenzamos a caminar- si me hubieran dicho que yo iba a cargar todo no habría traído tantas cosas -solté una pequeña risa.

-Tranquilo, ya casi llegamos.

Llegamos a la cabaña de nuevo, como estaba la puerta abierta no hubo necesidad de bajar las cosas para abrirla. Una vez dentro ambos colocamos las maletas en la sala. Le hice una seña a James para que me siguiera a la cocina. Comencé a servir un vaso cuando James lo tomó y para hacerlo enojar decidí comenzar a echarle pleito.

-¡Oye! Ese era mi vaso- terminé de decir  y le dio un trago más grande.

-Como tú lo acabas de decir, era -me dedicó una sonrisa- así que si quieres te invito de mi vaso -agarré el vaso y le di un trago al agua.

-Listo, gracias -le devolví el vaso vacío, así que este frunció el ceño al darse cuenta.

-Te lo terminaste.

-Tranquilo, te sirvo mas -comenzaba a llenar de nuevo el vaso cuando sentí unos brazos rodeándome por la espalda a lo que solté un pequeño brinco por tal acto; junto a este un tierno beso se posó sobre mi mejilla derecha y al terminar la barbilla de James sobre mi hombro.

-No te espantes Sara -susurró en mi oído pegando sus labios al lóbulo de mi oreja causando un conjunto de sensaciones por sobre mi piel.

-Por supuesto que no -giré sobre mis talones para quedar frente a James- es solo que no esperaba tal acto- comenzó a acercarse un poco más hasta que nuestras frentes quedaron unidas.

-Solo te digo que podría haber más y por supuesto más frecuentes -terminó de decir y solamente se escuchaba nuestra respiración que comenzaba a ser regular entre ambos.

-¿Qué hacen así, tan juntos? -preguntó Jared cuando entró por la puerta a la cocina; al escucharlo nos separamos de un brinco, sin embargo miradas entre ambos no dejaban de decir lo que acababa de pasar.

-Nada, es que sentía picazón en mi ojo y le pedí a James que lo revisara.

-¿Ya estás mejor? -preguntó con preocupación Jared, amaba a ese niño.

-Si, mucho mejor. Pero y a ti, ¿que te trajo a la cocina?

-Es que mis papás y los de James irán por comida a un supermercado que está aquí cerca; así que quieren que nos cuiden y veamos una película.

-De acuerdo, vete a la sala con Jack y Kayla y ahorita que estén las palomitas vamos con James para ver la película -salió Jared de la cocina con una pequeña sonrisa.

-Ahora creen que somos niñeras -comenté algo indignada colocando el paquete de las palomitas en el microondas.

-Ve lo positivo Sara, estamos solos -levantó las cejas tratando de insinuar algo- bueno con unos pequeños humanos pero solos -solté una risa, que hizo que me mirara mal James.

-Tú si que estás mal; pero aún así tienes algo de razón, solo un poco.

-¿Solo un poco?, yo diría que mucho -decía con un toque de tener la razón y nadie más.

-Bueno pero solo para no llevarte la contraria.

(...)

Salimos de la cocina con dos moldes de palomitas, uno para los niños y el otro para los dos. Una vez en la sala se sentaron Jared, Jack y Kayla en el sillón de tres plazas, mientras que en el otro de dos, James y yo. Este me acercó más a él, pues había un espacio significativo entre ambos ya que yo había preferido guardar mi distancia, para así evitar tentaciones en público, pero no fue posible mi objetivo; pues recargó su brazo en mi hombro y con este me acercó a su pecho dejando ahí su mano para no dejarme ir. Comenzábamos a ver la película infantil que Kayla había sacado de su pequeña maleta rosa, los niños estaban muy concentrados en la película así que no ponían atención en lo que pasaba después de esta.

Sentí como comenzaban a cerrarse mis ojos, tenía sueño pues ayer me había dormido tarde y ahora solamente era medio día, así que aún faltaban algunas horas para ir a dormir. Sin embargo cuando di un pestañeo me despertó de golpe un beso en la frente, de inmediato supe de quién se trataba, pero aún así decidí no abrir los ojos ya que aún tenía la respiración de James muy cerca de mi.

-¿Qué es lo que me estás haciendo? -susurró James cerca de mi.

Una vez que se levantó, sentí un vacío entre el cuerpo de James y el mío abrí los ojos, pude observar que ya no estaban los niños en el sillón así que giré hacia la ventana y ahí estaban jugando con sus pelotas los tres. Regresé mi atención hacia el cuerpo que me acompañaba en el sillón, este miraba hacia la televisión donde había un programa de autos.

-Me gusta ese Audi rojo -señalé hacia la televisión; parece que se sorprendió ya que bajó su mirada hacia mí como si tuviera un resorte.

-Buenas días Bella Durmiente -sacudió mi cabello- hasta que despiertas, creí que te tendría que llevar a tu habitación cargada.

-Qué exagerado, solamente fue un rato; aunque podrías llevarme aún así -solté una pequeña risa, la cual fue acompañada por una de él.

-Podría considerarlo -levantó su ceja derecha.

-Piénsalo, pero ahora déjame ver el programa; así que, con permiso -me estiré sobre el regazo de James para alcanzar el control de la televisión y subir el volumen de esta.

-Oh disculpa por distráete -me trajo hacia él de nuevo, como habíamos estado antes- tienes buen gusto -lo miré con cara de confusión- por mi -se señaló; giré completamente para quedar frente a él.

-Qué te crees -el color subió a mis mejillas y sentí un inmenso calor por todo mi cuerpo pero más en la cara.

-Amo cuando te sonrojas -deslizó su pulgar sobre mi mejilla a la vez que se acercaba a mi; miró hacia mis labios y de nuevo a mis ojos, comencé a sentir una conexión entre ambos, la cual jamás había sentido con alguien -¿Puedo?- su dedo índice se dirigió hacia mi labio inferior, por reflejo abrí un poco la boca, su tacto comenzaba a hacer cosas en mi; no pude decir nada pues solamente asentí con la cabeza un poco, James pegó su nariz contra la mía para al final terminar en un beso lento, amaba cuando lo hacía así. Nuestros cuerpos se acoplaban como si fueran hechos para estar juntos, haciendo creer que solamente existíamos James y yo.

-Eso fue -comenzó a decir cuando lo interrumpí.

-Especial.

-Definitivamente -una gran sonrisa salió al terminar.

Tan sólo una mirada #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora