Capítulo 41 (parte 2)

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-Comencemos entonces con el show -James estira su mano y hace que la tome para prepáranos y así comenzar. Al sujetarla siento como la aprieta, a la vez que con su pulgar acaricia la parte del dorso, haciendo que me relaje un poco.

-Ya sé lo que estás haciendo -me sobresalto- quieres distraerme para perder ante ti, quieres que sea tu esclava. Pero ya veremos quién gana al final, no te preocupes cariño- al final le dedico una sonrisa.

-Tranquila, nunca te distraería para que perdieras.

-Voy a confiar en ti -terminamos de hablar para colocar nuestra mano en posición de jugar; estoy algo confiada  en que ganaré y tendré a un nuevo esclavo para mí durante dos semanas. Íbamos en nuestro segundo intento, cuando James atrapa mi dedo bajo el suyo, cuenta hasta tres para después soltarlo; movemos nuestros dedos al contrario, trato hacer mi mejor esfuerzo pero James es mucho más rápido que yo, un movimiento más y de nuevo tiene atrapado mi dedo; ya me estoy viendo como su esclava. Ya solo falta una vez para que me gane, me pongo nerviosa, siento calor por toda yo.

-Tranquila nena, comienzas a sudar -puse mis ojos en blanco y éste comenzó a reírse de mi.

-Claro que no soy yo, sino tú -me limpié mis manos sobre el pantalón para quitarme todo el sudor.

-De acuerdo, solo por esta vez aceptaré la culpa; pero que quede claro que es porque quiero ganar esta reta y tener una esclava.

-No tan rápido cariño -estiré mi mano hacia el para así sujetarnos, de nuevo contamos hasta tres y empezó el juego, movía lo más rápido que podía mi dedo y aún así no era suficiente así que estiré mi pierna para pasarla sobre la pierna de James y distráelo para ganarle en esta ronda; al hacerlo, la cara que me dió no tenía precio, se veía confundido, a la vez que tomé con mi pulgar el suyo y así ganarle.

-Haz hecho trampa -me acusó.

-Claro que no, simplemente quería estirar mi pierna hacia el frente.

-No estoy muy convencido con tu respuesta pero lo voy a pasar por alto, solo por ahora. Anda, estira tu brazo para seguir jugando- obedecí a su petición, nos acomodamos y de nuevo estábamos jugando, movimientos de dedo por parte de ambos, esta vez era reñido, ninguno quería perder; sentí algo recorrerme mi brazo hasta llegar a mi mano, haciendo que no pudiera apretar lo suficiente, así que James toma mi pulgar colocando el suyo sobre el mío, me doy cuenta que he perdido. -¡He ganado! ¡Gané! No lo puedo creer -estaba demasiado emocionado, y ya me imaginaba la razón- le he ganado a mi novia, estoy mu sorprendido -hace una pausa- pero lo prometido es deuda, ¿verdad Sara?- eleva una ceja hacia mi, oh dios, ya sé a lo que se refiere, todo pasó muy rápido, aún no puedo procesarlo.

-No sé a qué te refieres -ya no seguimos hablando porque la clase había acabado, lo cual agradecía, no quería que James me dijera aquí lo que tendía que hacer los siguientes días de mi vida. La maestra colocó la tarea en el pizarrón, tomo mi celular de mi bolsa y trato de tomar una foto pero James se coloca frente a mí, evitando así que la tome; creo que el objetivo de hoy es hacerme enojar o algo por el estilo, y vaya que lo está consiguiendo. Así que tomo mis pies y decido seguir caminando y salir del salón, no quiero verlo, sé que es muy arrebatado, pero si no lo hago creo que pudiera terminar mal, sigo mi paso hacia el estacionamiento, paso por los pasillo y la mayoría de los alumnos caminan también a la salida, a esta hora la mayoría termina sus clases. Por fin llego hasta mi beetle, donde recuerdo que he llegado tarde, así que no está tan cerca como de costumbre, con la mirada busco un BMW o una moto, luego de una ardua búsqueda me encuentro con que hoy ha decidido traer su moto; sigo caminando en tipo automático hasta que casi llego a mi auto, es en este momento que me doy cuenta que detrás de mí están gritando mi nombre, al instante reconozco la voz del causante de decir tan sensualmente la palabra "Sara". Así que decido acelerar el paso y así evitar que llegue a mi lado, sin embargo no lo logro porque soy cargada por James tal costal de papas, lo bueno es que decidí traer pantalón el día de hoy y no se ve nada en absoluto. Comienzo a patalear para que me baje, este hace caso omiso de mi petición a gritos y golpes, hasta que me deja apoyada frente a la puerta del copiloto, alrededor de mi están sus brazos para evitar que me vaya.

Tan sólo una mirada #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora