Parte 22

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   No puedo dormir. No se que hacer. Quiero llamarlo. Y quiero dormir
   No puedo creer que se aya enojado.
   No quería que se enoje.
   No se que hacer. Aún tengo sus cosas aquí.
   Si. Debería llamarlo.

   -¿Hola?- dice.
   -Ho... Hola- digo, muy bajito, que hasta no se si logra escucharme- Soy Maia.
   -Basta, no quiero hablar contigo.
   -Lo se. Pero yo tampoco quiero estar enojada contigo.
   -...
   -Esta bien. Si tu si quieres, cortame, ahora.
   -...- Nunca escucho que me hubiera cortado.
   -¿Estas ahí?
   -Si- dice, tan bajito que por suerte logre escucharlo
   -Mira, esto es nuevo para mi.
   -¿Que cosa?- suena tan seco
   -Escucharte enojado. Es nuevo para mi.
   -Ve directo al punto- No me gusta ese lado suyo.
   -Ese es el problema. No lo encuentro.¿Te acuerdas? Como cuando Mari te besó. No encontrabas una respuesta.
   -Ya la encontré.
   -Y...¿Cuál es?
   -Estamos más distanciados que nunca. ¿Te crees que te lo contare?
   -Bueno. Discúlpame. Pero... Ese no era el punto, el punto es que como tu no sabias responderme, perdóname, pero yo tampoco se responderte.
   -¿Y que se supone que debamos hacer?
   -Estrechar las manos.
   -¿Como?
   -Psicológicamente.
   -No se si lo haré.
   -Deberías. Si no nunca recuperarás tu mochila- Ríe. Eso me hizo reír a mi también.
   -Pues...
   -Vamos. Disculpa por mentirte ¿Si? No se porque lo hice.
   -Esta bien. Pero de ahora en mas nada de mentiras.
   -Gracias.
   -¿Y ahora?
   -No lo se, no tengo sueño para nada.
   -Yo tampoco.
   -¿Quieres...- Dice
   -Si. Si quiero viajar por colectivo.
   -Escuchando música.
   -Por supuesto.
   -Pues... Te veo en la parada 11.
   -Claro!

♥♥♥♥

   Suena Team de Lorde. Luego Royals...
   Nos decidimos bajar para caminar un poco. No tenemos muy buenas pintas. El tiene el pelo revuelto. Y yo... ¡Ni hablar!
   Nunca hablábamos mucho. Por eso la música era nuestra ayuda para comunicarnos.
   No se que hora es. Podría ser las 23:00, o las 03:00. No lo se.
   Derrepente empieza a llover. Muy fuerte.
   -¡No!- Dice.
   -¡Si!- digo mirando hacia el cielo y extendiendo los brazos.
   -¡¿Que haces?! Te mojarás
   -Jaja- me río- esa es la idea.
   -Estas loca.
   -Amo la lluvia.
   -Yo la odio- le sacó la capucha que tiene puesta y le hago extender los brazos.
   -Verás que es hermosa.
   -No lo creo.
   -Ven- agarró su mano fría y empiezo a correr. 
   -Dios- dice mientras corremos- Definitivamente estás loca.
  

Una estrella sobre Paris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora