Capitulo. 4 Limpio

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La vida en Hawaii parecía extraña a veces. Por momentos parecía ser un lugar tranquilo, donde Diane podía por momentos olvidarse de todo, pero había momentos donde tanta tranquilidad e incluso ese sentimiento de que todo iba bien; parecía abrumarla y recordarle, que no. que nada podía estar bien hasta que Miguel este tras las rejas o en el mejor de los casos, muerto.
Y es que entre esos momentos estaban algunos buenos, y era al conocer a Danny, parecía ser alguien realmente agradable, compartir algunas cosas con él se había vuelto parte de la vida de Diane, y aunque debía mantener cierta distancia pues no quería acostumbrarse y después tener que irse, lo disfrutaba del todo. Por otro lado estaba Steve que parecía tener entre ceja y ceja, hacerle entender que ella debía irse, sin embargo para Diane aquello represento un reto bastante interesante, ya que ciertamente su interés no es Five-0 sino lo que puede obtener de ello, pero saber que podía alterar a McGarrett le daba cierto toque de diversión a estar en el equipo.

Otro de esos días en donde debía salir al cuartel general pero antes de ello tenía planeado hablar con alguien del FBI en Hawaii para investigar a Delano, aquel nombre todavía estaba en su mente, y no había tenido la oportunidad de investigarlo como debía. Así que todo estaba planeado para el día; esperando que las cosas en Five-0 no se complicaran.
Con las llaves de su auto en las manos, se disponía a salir, pero al abrir la puerta de su casa se detuvo de inmediato, pues frente a ella estaban dos hombres. El primero vestía como siempre, como el Gobernador del Estado de Hawaii "Inmaculado" y el segundo estaba detrás de él, con un traje negro, lentes de sol negro y una cara que hacia parecer Agente de alguna caritura para niños.

— ¿Porque tanta la prisa? —Dijo Dan para romper con el silencio de la impresión de ella—, sé que es temprano, pero tampoco es que vengo a matarte para que pongas esa cara.

—Sabe que eso no me asusta —respondió Diane—. Voy ah...Mmm...

Y Diane suspiro, sabía que Dan estaba ahí no para darle una buena noticia, felicitarla o ascenderla. Su visita y su actitud estaba cargada de una tensión que Diane podía sentir que venía hacia a ella y a lo que había estado haciendo en los últimos días.

— ¿Y entonces? —Dijo Dan con una tranquilidad tan estresante que podía hacer gritar a Diane.

—Sabe que, mejor pase. Sé que ni el mismísimo fin del mundo podría evitar el sermón que se me viene. Hola Keo —saludo Diane al Guardaespaldas de Dan que atravesó el marco de la puerta después de Dan y después de que Diane se hiciera a un lado.

—Comandante —Saludo Keo con una cabezada y una voz tan seria que parecía que empezaría a recitar la última voluntad de un difunto.

— ¡Prescott! —grito Diane, y enseguida el hombre al que ella llamo, apareció frente a ella con su característica solemnidad. Brazos atrás, mentón alto y parsimonia al caminar.
Esta vez su vestimenta era con camisas a flores, a Diane le parecían graciosas. Les había pedido que aligeran un atuendo más casual y acorde a la ciudad, y por orden de Prescott todos empezaron a usar camisas con flores hawaianas.

—Dígame seño... Diane —dijo este. Diane sonrió.

—Prescott podrías traerle a este señor y a su acompañante una taza de café...

—Muy cargado —dijo Dan interrumpiendo pero solo para crear más tensión.

—Exacto, cargado. Y a mí un vaso de agua, ya tengo la garganta seca —dijo ella y Prescott asintió con su cabeza y fue a cumplir con su pedido, diciendo un último: —Enseguida Diane.

—Bastante simpático tu personal —Dijo Dan y junto a Diane y Keo, se condujeron a una de las salas de la enorme casa.

—Pues era el personal de mis padres, tienen años viviendo y cuidando esta casa, no quería que se fuesen de ella así que nos quedamos todos a vivir aquí, intento que sean lo más normal posible, pero es tedioso.

Hawaii Five-0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora