Capitulo 11. Akanahe

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Cuartel General Five-0

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Cuartel General Five-0

Aquella conversación había cambiado por mucho el rumbo de las cosas. Era como si aquello que Diane tanto anhelaba estuviese por hacerse realidad; la tensión en el equipo mermo, ya no había sarcasmos, ni indirectas; Steve había dejado esa actitud retadora para con Diane, y en cambio se había vuelto más atento, aunque ni siquiera pudiera notarlo. Y es que hasta Danny disfrutaba de aquel nuevo ambiente; era el único que sabía que había ocurrido, como también era el único que sabía cuánto estaba sufriendo Steve ahora que estaba al tanto de toda la verdad.

Para él era una tortura saber que ella ahora sigue su vida, y es feliz, cuando para el no hubo paz desde que todo eso había sido orquestado y llevado a cabo; durante dos años, lo único que esperaba era verla llegar a su puerta y contarle toda la verdad y que él pudiera creerle. Pero eso nunca paso, Diane siguió con su vida, y aunque Steve tampoco supo cuántas noches Diane añoraba ser escuchaba por él, no le quedo de otra que seguir. Lo único diferente en el camino de ambos, es que Diane había encontrado el amor sin buscarlo, y para Steve aquello se había estancado en Catherine que como siempre iba y venía, siempre dejando en claro que jamás se quedaría.

Sin embargo, en una charla con Danny, logro confesarle, que aunque estaba sintiéndose mal por todo lo ocurrido, saber que Diane había encontrado alguien que confiara en ella ciegamente y que le daba el amor que Diane merecía, le hacía feliz. Diane siempre será una marca en su vida, pero aunque sea lejos de él, le alegraba que fuese feliz.

Sentado en el avión de regreso, no sacaba la imagen de ella entrando al cuartel hace unas noches, siempre le pareció que Diane era muy hermosa y nunca había podido decírselo, que le encantaba cuando la veía en acción porque imaginaba que detrás de ello había alguien que es vulnerable, y que así fue, y se lo demostró; pero que todo había acabado ya hora solo podía verla desde lejos deseando en el fondo abrazarla como nunca.

...

Luego de esa tormentosa noche en la que habíamos llegado de Japón ambos decidimos que solo algo importante nos sacaría de esa casa, de ese sofá y de esa cama en la que habíamos decidido estar desde nuestra llegada.

Todo parecía fluir tan natural entre ambos, era como si nos conociéramos de toda la vida, pero la verdad es que soy demasiado orgullosa como para admitir que sentía algo por Steve incluso antes de tener algo realmente. Y es que encontrarme con Steve en Tokio fue la reafirmación de que era momento de seguir, que ya mi pasado era solo eso, "pasado", y sentía que para él; era la señal de que debía intentarlo, o al menos eso podía observar en él.

—Te busque cuando desperté y no te conseguí –dijo Steve al bajar las escaleras lo que me hizo enseguida salir de mis pensamientos, al escuchar de inmediato su voz. La TV está encendida, pero no estaba realmente viéndola solo estaba cavilando– ¿Todo bien?

—Sí, si... claro, es solo que, ya no tenía sueño y pensé que debías descansar. Aun tienes varios golpes del accidente de avión y quería que descansaras bien –respondí.

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