Hawaii Five-0

Prologo

División de Homicidios del Departamento de Policía de New York. Manhattan, New York.

La nieve cubría cada esquina de New York, y como cada mañana desde el inicio del mes había un frio abrumador, las noticias indicaban que estaban bajo -6° ese día, y por la tarde habría viento así que sería un día muy frio para los neoyorquinos, por su parte Diane ya se había acostumbrado a tal clima así que un simple abrigo largo, una buena bufanda y un par de finos guantes era suficiente para salir a trabajar.

Sin duda, el carro no era una opción en esta ciudad, llegaría dos horas tarde si lo hiciera, así que el metro se había convertido en un gran aliado; cuando Diane llego a NYC había optado por vivir en la antigua casa de sus padres en un conjunto cerrado de residencias en las afueras de New York, pero una vez que decidió aceptar su cargo como jefe de la división de homicidios, pensó en que ese lugar estaba muy lejano de su trabajo así que prefirió mudarse a la ciudad. Le tomo un poco de tiempo acostumbrarse a la vida en la ciudad de New York, pero unas semanas más tarde ya había adoptado hasta una rutina, muy temprano pasaba por un café, y de ahí caminaba a su trabajo, y como era habitual así llevaba esta mañana, con la excepción que desde que salió del café, se encontraba leyendo un informe forense que le habían enviado por e-mail esta mañana. Sin notarlo había llegado a la NYPD, durante su recorrido saludaba a los oficiales quienes también devolvía el saludo con un "buenos días Detective"; al final del largo pasillo en donde se encontraban varias divisiones, y oficinas administrativas, estaba el ascensor que la llevaría al tercer piso donde estaba la División de Homicidios, su división, de la cual era jefe desde hace dos años, en dos días cumpliría los dos años exactos.

Su vista jamás se apartó del informe excepto para responder a los saludos que le daban, fue hasta que el ascensor en tenue tono dijo "piso tres división de narcóticos y homicidios" entro en cuenta que había llegado, un par de pasos y estaba frente a las puertas de vidrio que daban a una gran oficina donde se encontraban todos los detectives que trabajaban para homicidios, todos en sus buros o en grupo reunidos. Cada mañana un grupo se reunía para hablar de cualquier cosa, esas conversaciones solían ser tan jocosas que atraían a más personas, en esta ocasión atrajo a dos detectives de la oficina de al lado (Narcóticos). Al entrar noto que estos hablaban muy alto y dos de los detectives de homicidios respondían y el resto aplaudía y reía, ella sonrió y decidió acercarse.

—Buenos Días señores –dijo ella haciéndose paso en el círculo que habían hecho todos.

—Pero si es Brighton –dice James uno de los detectives de Narcóticos tratando de parecer impresionado por su llegada–, oye te tengo muy buenas noticias, ayer ganaron los Meets.

—Eso es solo suerte de comienzo James, no te emociones, aúnestá comenzando la serie –responde ella con una sonrisa.

—Esas son palabras de una futura perdedora, ¿quieres apostar Brighton? Porque esta vez si vas a pagarme –intervino Carlos, otro de los detectives de narcóticos.

—La vez pasada no te pague porque ganamos Carlos, y así será este año. Así que ¿Por qué no?

—Diane, la temporada pasada la tenían muy fácil, no teníamos a Greg Sanders en la línea, el si los hubiese hecho temblar –comenta James de nuevo.

—Ya deja de excusarte con Sanders, Brown, todos sabemos que son pésimos. Jamás podrán con los Yankees –expreso Flack, quien acababa de llegar y enseguida se unió a la conversación–. Y solo para callarte, apostare dos mil a los Yankees al final de la serie.

—Que sean cuatro mil –dijo Diane y choco las manos con Flack, ambos rien y vuelven a mirar desafiante a James y a Carlos.

—Acepto, sé que al final tendré 8 mil dólares, creo que este año si llevare a mi esposa a Paris –dice James.