1-. Preguntas sin respuesta.

2.8K 78 13
                                    

Si alguna vez pensé que miedo y curiosidad eran dos sensaciones que no podían experimentarse a la vez, estaba muy equivocada. El frío y la oscuridad me rodeaban. Me encontraba de pie, intentando palpar lo que había a mi alrededor. Todo era de metal. Una gran sacudida movió el suelo bajo mis pies. Con otro zarandeo, la habitación en la que me encontraba comenzó a moverse. Pude notar que ascendía. Tras el brusco movimiento, caí al suelo. Comencé a gatear hasta llegar a una de las esquinas de aquel extraño ascensor. Sólo era capaz de escuchar un discordante sonido de cadenas y poleas. El oscuro ascensor no dejaba de ascender. Las cadenas no dejaban de sonar y yo seguía sin poder ver nada. Aquello iba a volverme loca. Quería llorar pero no me salían las lágrimas. "Me llamo Katherine", pensé. Eso era lo único que podía recordar. Sólo mi nombre. ¿Por qué?

Veía en mi mente imágenes de personas, pero sólo era capaz de identificar sus siluetas. Sus caras estaban borrosas. No podía pensar en ni una sola persona que conociese, ni siquiera una conversación. Recuerdos borrosos llegaban a mi mente. Lugares en los que había estado con anterioridad. Lugares que no era capaz de divisar correctamente. Lugares que no recordaba.

La extraña habitación continuó moviéndose. Los minutos parecían horas, aunque el miedo iba dispersándose poco a poco. Lo único que quería era que aquel ascensor dejase de moverse, y saber dónde me encontraba. De repente, tras un crujido y un golpe seco, la habitación se paró. Todo estaba en silencio, todo seguía oscuro. Pasaron varios minutos y nada cambió. El miedo volvió a invadir mis venas de nuevo. Seguía acurrucada en una de las esquinas de aquel lugar cuando un nuevo ruido de metal contra metal resonó en la habitación. Contuve la respiración mientras una línea recta de luz aparecía en el techo. Dos puertas correderas comenzaron a deslizarse sobre mí. Después de tanto tiempo a oscuras, la luz resultaba verdaderamente molesta.

-¿Qué es, Newt?-preguntó la voz de un chico.

El chico que supuse que era Newt, se asomó por aquellas dos grandes puertas.

-Es una chica.-respondió Newt.

Por el tono en el que lo dijo, parecía que había visto a algún fantasma o extraterrestre. Yo por mi parte no sabía qué hacer. ¿Sería conveniente responder? No tenía la más mínima idea de quién era ese chico y quiénes eran los que estaban esperando fuera de ese horrible ascensor. ¿Serían asesinos? ¿Tendrían buenas intenciones? Necesitaba encontrar algo con lo que protegerme. Un cuchillo, una pistola, hasta un palo de madera me habría servido en aquel momento. Tenía que estar preparada por si acaso esos chicos no eran de fiar. Tenía que protegerme. "Piensa, Kate, piensa. Si son unos psicópatas asesinos tendré que defenderme. Pero ¿y si sólo intentan ayudarme y yo les hago daño? ¿Primero atacar y después preguntar? No, eso no sería ético, pero, ¿importa la ética ahora?" No tenía la más remota idea de qué hacer. Mientras millones de pensamientos volaban por mi cabeza, aquel chico que se encontraba a pocos pasos de mí me tendió la mano. ¿Sería eso una forma de hacerme ver que no eran peligrosos? ¿O era sólo para despistarme? ¿Podía confiar en ese chico? Realmente, no tenía la más remota idea de qué hacer.

-¿Piensas quedarte ahí para siempre?-preguntó el chico como si acabase de leer mis pensamientos.

Y, verdaderamente, quedarme en ese apestoso lugar no era la mejor de las ideas así que, sin saber si estaba haciendo lo correcto o no, acepté su ayuda. Newt me ayudó a salir de aquel lugar.

Aún sin poder habituarme a la luz, lo único que veía eran sombras. Eran siete siluetas. Los siete eran chicos. Ocho si contaba a Newt.

-Día uno, verducha. Levántate y brilla.-me dijo uno de los chicos. Tras un par de segundos intentando enfocarle, pude ver que tenía pelo corto y negro, rasgos asiáticos, brazos musculosos, y una sonrisa de oreja a oreja. No tenía pinta de asesino psicópata.

La corredora del laberinto (TMR Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora