34-. El principio del fin.

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Los minutos iban pasando, y sin siquiera darnos cuenta, la hora del almuerzo llegó mucho antes de lo esperado.

-Vaya, creo que vamos tarde.-dije alzando la muñeca para ver la hora que marcaba el reloj-La comida se sirvió hace unos quince minutos. Más vale que volvamos ya, Newt no estará contento.

Y en efecto, en cuanto encaramos el último pasillo, el chico rubio se encontraba al final de este, cruzado de brazos y con rostro serio.

-¿Ha pasado algo? ¿Están todos bien?-pregunté una vez Thomas y yo llegamos al Claro, refiriéndome a los corredores.

-Sí, todos han llegado ya. Sois los últimos.-dijo Newt con tono de reproche. Sonreí culpablemente mientras me disculpaba.

Thomas y yo le afirmamos que iríamos a la cocina en cuanto terminásemos nuestros quehaceres en la sala de mapas. Una vez en el interior de la sala, le expliqué a Thomas como trabajábamos con los mapas, dándole todas las indicaciones posibles.

Tras acabar de dibujar los mapas de aquella mañana anduvimos directos a la cocina.

Más de la mitad de los clarianos, para la desgracia de Fry, se encontraban allí entonces, resguardándose de la fría lluvia. Todos los corredores estábamos completamente empapados. Algunos incluso, incluyéndome, no parábamos de estornudar.

-Creo que tengo unas hierbas adecuadas para todos los que estáis constipados en la sala del cambio. Podéis pasaros luego si queréis sentiros mejor.-dijo Jeff en voz alta para que todos los allí presentes le escuchásemos.

-¿Habéis encontrado algo nuevo hoy?-preguntó Newt una vez todos nos hubimos ubicado para comer.

-Nada nuevo, además de millones de charcos por todos lados.-respondió Minho.

-Entonces tal y como suponía, habéis salido para nada.

-No exactamente. La finalidad de salir hoy era mostrarles a los creadores que no vamos a hacer lo que ellos quieran cuando ellos quieran, ¿no?-dijo Nate, que se había unido a la mesa hacía unos minutos.

-Claro. Ha sido algo así como una forma de retarles.-añadió Minho.

-Sí, pero aún no creo que eso de retar a los creadores sea la opción más inteligente.

-¿Y qué hacemos, entonces? ¿Dejar que nos sigan usando como ratas de laboratorio?-replicó el asiático.

-¿Qué dice Alby de todo esto?-pregunté para evitar el tema.

-No está muy positivo. Le he puesto al tanto de todo lo que ha pasado y, como a todos, le da mal rollo. Todo lo de la lluvia, los extraños sucesos que han estado ocurriendo, eso que dijo Ben, que todo iba a cambiar... Se teme lo peor.

Aquel día, todos nos encontrábamos con la moral por los suelos. Alby tenía que permanecer al menos una noche más en la sala del cambio, aunque por suerte se encontraba en perfecto estado. En cuanto saliese de la sala tomaría de nuevo el puesto de líder, por lo que por fin podría olvidarme de ser segundo al mando.

Durante el resto de la tarde, me limité a observar la lluvia desde la ventana de la Hacienda, acompañada por Dylan, Connor, Thomas y Minho. Tanto los cuatro corredores que me acompañaban como yo, habíamos perdido toda esperanza. Y aunque el resto de clarianos parecía no mostrarlo, sabía que ellos también. Algo estaba cambiando, eso era seguro, pero no teníamos claro si todo cambiaba para bien o para mal.

El tema de Thomas también nos traía locos a todos. Algunos clarianos opinaban que debíamos echarle por el hueco de la caja, y otros querían rasgar toda una pared del Claro con las letras de su nombre para conmemorarle. Muchos desconfiaban de él por sobrevivir una noche en el laberinto, otros le alababan por matar a dos laceradores. Otro gran número de clarianos pensaban que el verducho no tenía nada que ver con CRUEL, afirmando que no tendría sentido que se enviase él mismo si formaba parte de los creadores. Otros tomaban en consideración todo lo que Gally había dicho en la reunión. "Hablando de Gally...", pensé con el ceño fruncido observando detenidamente como las gotas de lluvia caían en la hierba.

La corredora del laberinto (TMR Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora