5-. Pesadillas incomprensibles.

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Los tres días fueron pasando y a cada momento podía ver que Gally estaba más deprimido. Horas antes de que el nuevo verducho llegase, mientras Gally desayunaba, decidí hablar con él.

-Eh, Gally. Hoy es tu último día de verducho.-saludé al chico alegremente.

-Y el primero para alguien más.-respondió sin levantar la cabeza de su plato.

-¿Estás bien?

-Lo cierto es que no Kate... Llevo solo un mes aquí y parece que ha sido todo un año. Y hoy comenzará el mismo infierno para otra persona más.

Agaché la cabeza sin saber bien qué contestar. Quería animar al verducho pero por desgracia llevaba razón. Aun así no había nada que nosotros pudiéramos hacer.

-Sí verducho. Este infierno sacudirá hoy a otra persona más. Y dentro de un mes a otra, y el mes siguiente a otra. Pero ¿qué podemos hacer nosotros para evitarlo? Nada de nada. Es jodido. Toda la situación es jodida, pero no es así porque nosotros lo queramos. Esto no está pasando por nuestra culpa así que vamos, anímate. Si no hay nada que nosotros podamos hacer para evitar esto, al menos hagamos de esta situación una situación más amena y alegre, ¿no te parece?

-Creo que tienes razón.-dijo Gally, aunque no parecía en absoluto más animado que antes.

-¿Quieres echarme una mano hoy cuando llegue el nuevo verducho? Estoy segura de que Alby me agradecerá que me ocupe yo de él. Si quieres puedes ayudarme, hacer que se sienta mejor.

-Tal vez eso consiga animarme un poco.

Cuando la caja volvió a subir, llevaba en sí a un chico alto, muy moreno de piel y ojos oscuros. Su nombre era Clint. Gally y yo nos encargamos del nuevo verducho, explicándole el funcionamiento del Claro, obviando, como siempre, el tema del laberinto. Aquella noche la fiesta de bienvenida de Clint empezó exactamente igual que las otras dos que había vivido. Aquellas fiestas eran de los mejores momentos en el Claro. Era la única noche del mes en la que todos estábamos juntos y nos divertíamos como niños pequeños. Olvidábamos la tortura que estábamos viviendo y disfrutábamos aquel momento al máximo.

Gally había convencido a Fry para que le prestase la cocina durante unos momentos, con la excusa de que se le había ocurrido una receta para una bebida.

-¡Eh! La bebida ya está. ¿Quién se atreve a probarla primero?-gritó Gally sonriendo.

-Yo, por supuesto.-se adelantó Minho con demasiados aires de grandeza.- ¿Quién si no iba a ser lo suficientemente valiente?-de nuevo aquella sonrisa estúpida.

Cuando Minho tomó el primer sorbo, se tuvo que morder la lengua para no escupirlo.

-¡Tío! ¿Qué mierda le has echado? Joder, está asqueroso pero...-decía mientras tomaba otro sorbo.-Está asqueroso pero está bueno a la vez. ¿Qué lleva?

-Los ingredientes son secretos. Lo siento amigo. ¿Alguien más se atreve?-dijo Gally mientras Newt se acercó a él y le quitó la botella de la mano.

-Vamos, esto no puede estar tan feo.-dijo el chico rubio mientras llevaba la botella a sus labios. La misma expresión de Minho invadió el rostro de Newt, y el chico tuvo que hacer grandes esfuerzos para no escupir todo lo que había bebido. Vaciló durante unos segundos mirando a la botella cuando decidió beber de nuevo.-Minho no podría haberse expresado mejor... Está tan asquerosamente feo que gusta.

-¡Sí, eso es! Es justo lo que pretendía.-dijo Gally mientras reía a carcajadas.- ¿Alguien más? ¿Tal vez la chica del Claro?

-Creo que no, verducho. Sabrá Dios lo que le habrás echado a eso.

La corredora del laberinto (TMR Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora