Siempre me gustaba tomarme un rato para observar la pared de los clarianos. Ver algunos nombres tachados me hacía recordar por qué era corredora, y me animaba a seguir cada día. No podía permitir que los nombres de mi familia continuasen tachándose uno detrás de otro. Josh, Chris, George, Nick, Howard...
Sin duda alguna el nombre que más me dolía leer con una raya sobre el mismo era el de George. Cada mañana al despertar recordaba aquel trágico día, e incontables eran las noches en las que soñaba con el cuerpo mutilado de mi amigo.
Pero además del nombre de George, había otro nombre tachado que conseguía ponerme la carne de gallina: Dean. Aquel cortador, verducho durante el mes en que pincharon a John. Dean, el clariano que murió por su familia, aquel que murió intentando encontrar una forma de huir...
...
Todos los clarianos nos encontrábamos reunidos alrededor de la caja, como de costumbre cada vez que un nuevo verducho llegaba. La horrible alarma y el incesante ruido de cadenas y poleas dejaron de hacer eco en el Claro en cuanto la caja terminó de subir. Alby y Newt tiraron de cada extremo y en el interior del cuadrado se hizo visible un chico de piel pálida, abundante pelo rubio y ojos oscuros. Gally saltó al interior de la caja, le regaló su ya típico "día uno verducho: levántate y brilla" y le sacó de aquel lugar. El chico se veía tan aturdido como el resto de verduchos que subían cada mes. No recordaba siquiera su nombre. Continuamos durante varios minutos alrededor de la caja intentando que el chico se calmase. Justo cuando cada clariano iba a dispersarse, uno de ellos habló, captando la atención del resto.
-¿Cuándo baja la caja de nuevo?-preguntó un chico alto y moreno. No recordaba su nombre por lo que supuse que habría llegado hacía pocos meses.
-Mañana por la mañana.-contestó Newt.
-¿Nunca nadie ha intentado entrar en la caja y permanecer dentro hasta que esta baje de nuevo?-volvió a preguntar el moreno. Todos los allí presentes titubeamos durante un momento, hasta que el líder habló.
-No, ciertamente no.-dijo Alby.
-Podría intentarse esta vez, ¿no?-habló una vez más aquel chico.
-No perdemos nada.-apoyó otro.
-Al fin y al cabo llevamos ya dos años aquí, y aún no se ha encontrado una salida. Tal vez la caja sea un método de escape.-dijo Michael, el constructor.
El líder y el segundo al mando se miraron durante unos minutos, sin saber bien qué hacer. Finalmente Alby concretó que no tenían nada que perder, y Newt estuvo de acuerdo.
-Bien, ¿quién entrará, entonces?-preguntó Alby algo dudoso.
-Yo podría.-dijo Nate.
-No, ni hablar. Los corredores tenéis suficiente con el laberinto.-dijo Newt mostrando autoridad.
-¿Quién entonces?-preguntó Peter.
-Tal vez los creadores vean que hay alguien dentro y no bajen la caja hasta que sepan que está vacía.-comenté.
-No lo sabremos hasta que alguien entre de una maldita vez en la maldita caja.-dijo Alby.
-Y si la caja no baja hasta que esté vacía, ¿qué haremos?-preguntó otro chico cuyo nombre tampoco sabía.
-Seguir intentándolo por el laberinto.-dijo Minho.
-Hay un momento mientras la caja desciende en el que este cuadrado del suelo no se cierra. Tal vez con una cuerda se pueda bajar mientras la caja llega a su destino.-dijo Dean.
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La corredora del laberinto (TMR Fanfic)
أدب الهواةKatherine llega al Claro recordando tan solo su nombre. El temor y la desesperación por no saber nada sobre su vida anterior irá desapareciendo conforme vaya conociendo a sus nuevos compañeros. Poco a poco este temor será sustituido por unas ganas i...