La corredora del laberinto (TMR Fanfic)

12-. Solo espero que lo entiendas.

Pensaba que estaría acompañada por Fry, pero al echar un vistazo a la sala vi que la única persona que me acompañaba, sentada justo en frente de mí y con expresión preocupada y triste era el chico rubio. ¿Fue él quien me llevó hasta la cocina? ¿Él me sacó de la sala del cambio? No tenía ni idea, y en realidad tampoco me importaba. Lo único que quería saber era por qué John había actuado de esa forma. Yo siempre le trataba lo mejor que podía, siempre me preocupaba por él. ¿Por qué respondió de esa forma cuando me vio?

-¿Qué he hecho mal?-hablé en voz alta.

-¿Qué? Nada. Oye, no sé qué ha pasado ahí dentro, no sé por qué John ha reaccionado así. Pero...-intentaba decir Newt.

-Yo lo sabía. Sabía que no quería entrar sólo. Debería haber hecho algo más. Algo más por él.-seguí hablando. Aunque en realidad no escuchaba las palabras del chico rubio, simplemente pensaba en voz alta. Las palabras de Newt eran un leve susurro que apenas podía oír.

-No, no. Tú no tienes la culpa. No podrías haber hecho nada.

-Debería haber hecho algo más.-repetí.

-No podrías haber hecho nada Kate.-entonces el chico rubio se dio cuenta de que mi mente estaba en otro mundo, y comenzó a zarandearme hasta que sus palabras se hicieron totalmente audibles en mi mente.-Vamos chica, reacciona.-repetía una y otra vez.

-Newt...

-¿Estás despierta ya?-afirmé con la cabeza. Y entonces comencé a pensar. Tenía que haber algo que estuviese haciendo mal. "Durante todo este mes he estado preocupándome por John como si fuese mi hermano pequeño. ¿Por qué ha reaccionado así? Tal vez he sido demasiado pesada. Tal vez me preocupo demasiado. A fin de cuentas, fue eso lo que pasó con Newt, ¿no? Sólo me preocupaba por él. No quería verle sufrir. Sólo intentaba ayudar... ¿Pero de qué forma? Le llamé egoísta. Yo también le hice mucho daño. ¿Era eso lo que hacía mal?" Miré a Newt a los ojos, y viendo la tristeza que éstos contenían, comencé a llorar. Me daba igual que él estuviese delante. En aquel momento me daba igual todo. Lo único que quería era dejar mis lágrimas caer.

-¿Qué hago mal?-pregunté sin parar de llorar.

Sin más, salí corriendo de la cocina, dejando a Newt allí, también al borde de las lágrimas, y me encaminé hacia el bosque. Necesitaba la soledad. Todo lo ocurrido con John fue lo que necesitaba para soltarlo todo, para llorar por todo. En aquel momento odiaba todo lo que había a mi alrededor. Los árboles, la hierba, el cielo, ese maldito y constante Sol, las cuchillas escarabajo, que se esparcían no sólo por todo el laberinto, sino también por todo el Claro. Odié a los creadores, a la maldita caja y a sus verduchos. Odié la casa de sangre, la sala del cambio, la sala de mapas, la cocina, la Hacienda. Odié los huertos. Odié el laberinto, sus paredes, la hiedra. Odié a los laceradores. Odié estar encerrada. No saber nada de mi pasado, ni saber lo que me depararía el futuro. Odié la ignorancia que tenía en cuanto a la situación que estaba viviendo. Odié no saber cuánto tiempo más tendría que aguantar en ese asqueroso lugar. Odié el sonido de las paredes al cerrarse. Odié la noche, y las pesadillas que ésta traía. Odié a mis compañeros, odié a mis amigos. Y odié a Newt. Sobre todo le odié a él. Le odié, porque era la persona que más quería, en el Claro y fuera de él. Le odié porque era la única persona a la que amaba. Le odié porque, por mi culpa, nuestra amistad se echó a perder. Le odié porque le había gritado, porque le había tachado de egoísta. Le odié porque acababa de dejarle sólo. Le odié porque me hizo sufrir, porque le hice sufrir. Pero el hecho de hacerle sufrir, de verle triste y no poder hacer nada, era lo que más odiaba. Y entonces, me odié a mí misma.