37- Frío.

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Sin esperar ni un segundo alguna respuesta de alguna de las cuatro personas que me acompañaban corrí hacia el exterior de la sala y no me detuve cuando salí. Continué corriendo hasta llegar a la puerta norte del laberinto. Antes de pasar por ella escuché como Newt y Thomas gritaban mi nombre desde la sala del cambio, pero aquello no me frenó. Pasé por el primer pasillo y comencé a doblar esquinas sin pensar siquiera a donde iba. A pesar del fuerte ruido que emitía la lluvia podía escuchar pasos lejanos detrás de mí. Aun así seguí moviéndome. No quería parar, no podía. Simplemente quería desaparecer, irme lo más lejos posible de todo y de todos.

Permanecí corriendo durante varios minutos, y aunque no quería parar tuve que hacerlo. Las piernas me fallaban y no veía con claridad. No podía seguir corriendo. Miré a mi alrededor y me di cuenta de que me encontraba en las aletas. Coloqué las manos en las rodillas y tomé aire por la boca. El pelo mojado se adhería a mi cara y cuello ya que ni siquiera me percaté de recogérmelo como siempre hacía antes de entrar al laberinto.

A cada segundo, el sonido de las pisadas en los pequeños charcos que la lluvia había creado en el suelo del laberinto se hacía más fuerte, hasta que finalmente cesaron y una voz habló detrás de mí.

-¿Kate?

-Piérdete, verducho.

-Oye...-intentaba decir Thomas.

-Déjame en paz.-contesté aún sin volverme.

-Tal vez Teresa no se refería a ti cuando...-"así que la chica se llama Teresa".

-No vayas por ahí, Thomas.-le advertí y este se calló por completo.

Cuando lo creí conveniente me volví y encaré al verducho, que tenía expresión triste en su rostro.

-¿Estás llorando?-preguntó preocupado. No había notado que las lágrimas habían comenzado a derramarse por mis mejillas hasta que Thomas lo mencionó. Las limpié rápidamente con el dorso de la mano y me giré dándole la espalda una vez más-No has hecho nada malo Kate.

-¿¡Qué es lo que no has entendido aún, Thomas!?-grité volviéndome repentinamente-¡Todo esto está pasando por nuestra culpa! ¡Nosotros ayudamos a esas personas que nos mandaron aquí!

-Tal vez en el pasado nosotros...

-¡¡No, no!!-le corté-¡Tú llevas aquí un mes, yo llevo tres años! ¿Lo entiendes? ¡No te haces una idea del odio que les tengo a esos malditos! ¡No te haces ni la más mínima idea de la de veces que les he maldecido, o la de veces que he jurado matarlos a todos!-gritaba sin parar de llorar-No entiendes nada, Thomas. Tú no sabes nada.-susurré y dudé que el verducho hubiese escuchado aquellas últimas frases-Yo les he hecho esto...

Pensé en todos aquellos clarianos que habían muerto. Dean, Howard, George y muchos otros. Pensé en todos los que habían sido pinchados. Entendí perfectamente por qué actuaban de aquella forma cuando estaban a mí alrededor. En realidad siempre lo había entendido, pero nunca había terminado de asimilarlo. Pensé en Gally, y comprendí una de las últimas frases que me dirigió, aquella que al principio me fue imposible entender. "¿Así es como me pagas todo lo que he hecho por ti durante estos años?". La voz del constructor resonaba una y otra vez en mi cabeza. Él había pasado por el cambio, me había visto y aun así lo negaba. Por eso se distanció de aquella forma. Yo también hubiese hecho lo mismo si de repente me despierto sabiendo que uno de mis mejores amigos era el culpable de todo lo que estábamos viviendo. Pero yo no me habría mantenido callada, lo habría gritado a los cuatro vientos para asegurarme de que todos le odiasen tanto como lo hubiese hecho yo. Sin embargo él se mantuvo en silencio, y mantuvo en silencio al resto de los que fueron pinchados, estaba segura de aquello. Entonces entendí por qué todos los que habían sido pinchados terminaban trabajando en la construcción junto con Gally; porque así él se aseguraba de que no decían palabras indebidas. Por eso siempre era el primero en reprender a John cada vez que éste insinuaba mi relación con los creadores. John. Cuanto le entendí en aquel momento. Todos aquellos gritos y golpes que me había dado durante aquellos años eran más que merecidos. Mi mente recordó a Ben entonces, y me di cuenta de que era la única pieza que no encajaba. El pelirrojo no cambió su actitud frente a mí en ningún momento. Sólo tuve la oportunidad de hablar con él una vez más después de que le pincharan y no mostró odio en absoluto. Nunca lo mencionó. ¿O sí? Recordé aquellos segundos después de que Ben hubiese sido derribado por Newt tras intentar matar a Thomas, cuando los clarianos le sostenían en el suelo. Recordé como comenzó a gritar "por qué" en cuanto fijó su vista en mí. ¿Se referiría a aquello? ¿Ben me vio con los creadores durante su cambio? ¿Era esa la última imagen que el pelirrojo tenía de mí antes de morir?

Alejé aquellos pensamientos de mi cabeza, pero los que llegaron no fueron mejores en absoluto. Zart, Fry, Winston... Todos mis amigos estaban encerrados en un laberinto por mi culpa. Recordé todos los buenos momentos y risas que gasté con todos ellos. ¿Cómo sería capaz de volver a reír con Minho sabiendo que él estaba ahí por mi culpa? ¿Cómo sería capaz mi amigo de perdonarme? ¿Por qué lo haría? "No lo hará", pensé, "Newt tampoco".

Sin importarme lo mojado que el suelo estaba, o las miradas que el verducho me echaba, me senté en la fría piedra y apoyé la espalda sobre la pared del laberinto. No sabía qué hacer para dejar de llorar, aunque en realidad quería seguir haciéndolo. Necesitaba echar de alguna forma todo lo que tenía dentro. Minutos más tarde Thomas decidió acercarse y se sentó justo a mi lado.

-Creo que es la primera vez que veo a una chica llorar.-dijo cuidadosamente-Al menos que recuerde. Y no sé qué hacer.

-¿No podrías simplemente callarte?

-Sí, claro. Lo siento.

Mi mente volvió al chico rubio y sentí como si cientos de manos comenzasen a apretarme la garganta sin dejarme respirar. Solo de pensar en todo lo que Newt había pasado en aquel lugar me revolvía el estómago. Su cojera, su intento de suicidio, sus pesadillas... En aquellos momentos se me hacía imposible siquiera imaginar mirarle a la cara. ¿Cómo podría hacerlo sin sentirme culpable? ¿Cómo podría hacerlo sabiendo todo el dolor que le causé?

-Oye, Kate,-habló Thomas después de varios minutos en silencio-no sé qué va a pasar ahora. No sé qué más les habrá contado Teresa a Alby y Newt, y no sé qué harán ellos al respecto. No sé qué pensarán a partir de ahora pero... Tenemos que dejarles claro que lo que éramos antes no lo somos ahora. Ahora estamos aquí y no recordamos nada de nuestro pasado, estamos todos en el mismo saco. Tenemos que salir de aquí, ayudar a todos los clarianos a hacerlo, y acabar con toda esta locura. Tal vez es cierto, tal vez Teresa, tú, yo y los otros dos chicos que recuerda ayudamos a crear todo esto. Pero eso no significa que...-en algún momento dejé de escuchar las palabras de Thomas, pero no porque no me importasen o me pareciesen aburridas, sino porque mi cerebro comenzó a escuchar otro ruido proveniente del laberinto que no lograba encajar.

-Cállate Thomas.

-No, no me pienso callar hasta que comprendas que...

-¡Shh!

-No. Eres muy cabezota. Escúchame...

-¡No, joder! Cállate un momento, déjame escuchar.

-¿Escuchar qué?

-¡¿Quieres callarte de una maldita vez?!

Thomas obedeció por fin y se mantuvo en silencio.Las gotas de lluvia seguían cayendo sin cesar y aunque sonaban fuertementecontra el suelo del laberinto, otro ruido llegaba a mis oídos. Un ruido que nodebería de haber escuchado en aquel momento. Un sonido que consiguió erizarmelos vellos e hizo que el corazón comenzase a latirme fuertemente. Las aletas seestaban cerrando

-La sección...-susurré.

-¿Qué?-preguntó el verducho con mi mismo tono de voz.

-La sección se está cerrando.

-¿Cómo que se está cerrando?-para cuando Thomas terminó aquella pregunta, ambos pudimos ver como las aletas más alejadas de nosotros se cerraban sin esperar.

-Corre...-susurré con un hilo de voz-¡¡Vamos Thomas,corre!!-grité levantándome del suelo y arrastrando al verducho.


***¡Estamos llegando casi al final! Me temo que debo darme prisa escribiendo ya que no tengo el primer libro finalizado. Espero que os esté gustando y disfrutando. ¡¡Muchas gracias por seguir leyendo!!***

La corredora del laberinto (TMR Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora