41-. El conflicto.

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Los nueve clarianos comenzamos a abandonar la sala de mapas. Alby se dirigió a la Hacienda mientras que los corredores anduvimos hacia la sala del consejo. A lo lejos vi como Alby abría la puerta de la Hacienda y se encontraba con Newt, quien se echó a un lado para dejarle pasar. Cuando el líder entró en el edificio, Newt se dispuso a cerrar la puerta, no sin antes levantar la vista y chocar su mirada con la mía. Sonrió cálidamente y millones de pensamientos revolotearon por mi cabeza. ¿Qué demonios iba a decirle? ¿Cómo se tomaría aquella decisión? Sintiéndome totalmente hipócrita, le devolví la sonrisa lo mejor que pude. Newt cerró la puerta finalmente mientras mis siete compañeros y yo comenzamos a entrar en la sala del consejo.

Eternos minutos pasaban mientras la sala se mantenía en completo silencio. Unos treinta minutos después, la puerta de la sala se abrió. Todos pensamos que sería Alby seguido por los guardianes, pero la persona que se dejó ver tras la puerta era el pequeño Chuck, quien sostenía ocho cuerdas en sus manos.

-Hola chicos. ¿Qué hacéis aquí?-preguntó con su típico tono inocente. Sonreí.

-Hola Chuck.-saludó Thomas-¿Qué tienes ahí?

-Ah, ¿esto?-preguntó el clariano sosteniendo en alto las cuerdas-Son cuerdas, creo. No sé exactamente por qué, pero Alby me pidió que cortase ocho cuerdas, cuatro más largas que el resto.

-¿Alby te ha hablado de la reunión que estamos a punto de tener?-preguntó Minho.

-Dijo a los que estábamos en la Hacienda que iba a haber una reunión, pero afirmó que solo los guardianes y Newt podían asistir. A mí me dijo que llevase las cuerdas aquí cuando terminase con ellas.

-Bien, déjalas por ahí. Ahora puedes irte.-respondió el asiático. La alegría de Chuck se esfumó por completo y abandonó la sala con los hombros caídos. Eché a Minho una mirada reprobatoria.

Varios minutos más tarde la puerta de la sala volvió a abrirse, y esta vez sí dejó ver a Alby seguido por Zart, Fry, Winston, Jeff y Newt. Aparté de mi mente la incontrolable tentación de mirar al chico rubio y me limité a mantener mí vista en el suelo del lugar. Minho, que había estado todo el tiempo andando de un lado hacia otro, tomó por fin asiento a mi lado y me dio un par de palmaditas amistosas en el hombro.

-¿Se puede saber por qué tanto misterio?-preguntó Fry una vez que todos nos hubimos ubicado en nuestros respectivos sitios.

-¿Por qué solo los guardianes podemos asistir a esta reunión, Alby? ¿Por qué no el resto del consejo?-preguntó Jeff. Alby suspiró cansado. Sabía de sobra, al igual que los ocho corredores, que aquella reunión iba a ser una de las más difíciles.

-Nuestros amigos, los corredores aquí presentes, han tenido una brillante idea.-respondió Alby irónicamente-Creen saber por qué está sucediendo todo esto y están dispuestos a tomar... Las medidas que hagan falta.

-No estoy seguro de querer escuchar lo que viene ahora...-dijo Zart.

-¿Irás al grano de una vez o vas a continuar dando vueltas?-preguntó Winston. Alby volvió a suspirar antes de responder.

-Creen que lo que los creadores quieren es que encuentren la salida... Entrando durante la noche en el laberinto. Y-dijo levantando una mano hacia Newt que ya se disponía a replicar-van a hacerlo. Hoy.

Un incómodo silencio se hizo presente en aquella habitación. Cuando Alby dijo aquellas palabras lo único que pude hacer fue mirar a Newt y esperar una reacción de él. Pero el chico no se movió ni un centímetro. Se limitó a mirar a Alby, boquiabierto sin emitir un solo sonido. Parecía como si hubiesen congelado el tiempo en aquella sala. Nadie se movía, nadie hablaba.

La corredora del laberinto (TMR Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora