La corredora del laberinto (TMR Fanfic)

13-. El intento fallido.

Cuando abrí mis ojos y vi la hora que era, casi me dio un infarto. Me levanté rápidamente, temiendo la bronca que estaría a punto de caerme por no haber salido a correr temprano, hasta que recordé que Alby nos había dado el día libre a todos. Entonces me relajé y suspiré. Aun así decidí no acostarme de nuevo, y salí al Claro. Sólo Zart, Dean y Alby se encontraban despiertos entonces. Ni siquiera Fry estaba en la cocina, cosa que en realidad no nos extrañó demasiado a los que nos encontrábamos en el Claro entonces, debido a que la noche anterior nuestro cocinero tomó demasiado moonshine. Los cuatro nos sentamos en el pasto del lugar, disfrutando de un gran día de sol. Poco a poco los clarianos iban despertándose y uniéndose a la reunión. Para cuando Ben, el último que seguía durmiendo además de Newt, se hubo unido a la reunión, Fry ya había preparado el almuerzo, y lo tomamos todos juntos, unidos en un único corro, disfrutando de la compañía de unos y otros. Me apenaba el hecho de que el chico rubio no se encontrase allí, pero pensé que no tendría ánimos y estaría mejor durmiendo o simplemente acostado en su cama.

Terminamos de almorzar y poco a poco el grupo fue dispersándose, conforme otros grupos más pequeños se iban creando. En aquel momento Gally decidió unirse a Clint, Winston, Brian y Dean, por lo que Minho, Ben y yo compartimos aquel rato. Ya que entonces ambos sabían lo que ocurría con Newt, fue inevitable que el tema saliese.

-Lo que hizo ayer fue dejarte con la miel en los labios. Nunca mejor dicho.-bromeo Minho, llevándose la mirada de desaprobación de Ben. Minho nunca podría dejar de ser Minho, esa era una de sus mayores virtudes.

-No se trata sólo de eso Minho. Actuó raro, y no logro entender por qué dijo lo que dijo.-respondí.

-Bueno Kate, lleva actuando raro meses ¿no?-preguntó el asiático.

-Tal vez espera que entiendas el porqué de alejarse de ti. A lo mejor sólo necesita algo de espacio, o tiempo.-intentó calmarme Ben.

-Bueno, y ya que estamos hablando de él, ¿dónde demonios está? No le he visto el pelo en todo el día, y son casi las seis de la tarde.-preguntó Minho.

-Seguramente estará tumbado en su cama sin ganas de hablar con nadie.-suspiré.

-Pues si no ha salido en todo el día, tampoco habrá probado bocado. Iré a echarle un vistazo, tal vez tome lo que sobró del almuerzo.-dijo Ben, y comenzó a andar hacia la Hacienda.

Minho y yo continuamos varios minutos en silencio, hasta que decidí contarle algo que no había hablado con nadie desde que llegué al Claro.

-¿Puedo confesarte una cosa?-le pregunté a Minho mientras esperábamos a Ben.

-Claro.-respondió mi amigo algo sorprendido ante aquella pregunta.

-Tal vez te suene un poco raro en realidad. Incluso yo pienso que estoy loca pero... Reconocí a Newt cuando le vi ¿sabes? Fue cuando le vi por segunda vez, fuera de la caja y de la oscuridad que había en ella. Cuando vi su rostro a plena luz del sol... No sé por qué pero, me resulto igual de familiar que me había resultado mi nombre en aquella caja. Simplemente supe que le conocía, e intenté aferrarme a ello, llegar más lejos de "simplemente conocerlo". Quería saber de qué. Pero ese pensamiento comenzó a desvanecerse segundo a segundo... Y a día de hoy ni siquiera sé si es verdad que ya le conocía antes o no. Pero lo cierto es que lo sentí, y sólo me pasó con él.

-Bueno, congeniasteis rápidamente. Tal vez vuestra historia de amor comenzó antes del laberinto.-bromeó Minho.

-Algún día contaré la de tonterías que eres capaz de decir en sólo veinticuatro horas Minho...-contesté sin poder evitar sonreír.