33-. No tan diferente

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A la mañana siguiente me desperté sintiendo suaves caricias en mi pelo. Aquello me hizo sonreír, y decidí empezar aquel día con buen pie. Pronto me levanté y comencé a prepararme mientras Newt permanecía despierto en la cama. Aquel día también decidió despertarme más temprano de lo normal, sabiendo que perdería demasiado tiempo explicándole todo con respecto al laberinto a Thomas.

Terminé de prepararme y tras avisar a Newt de que sacaría a Thomas del trullo, salí de la habitación y comencé a bajar las escaleras. Conforme iba bajando los peldaños, un alboroto en la planta baja de la Hacienda se escuchaba cada vez más fuerte. Finalmente, cuando hube llegado a dicha planta, me encontré con varios clarianos situados justo en frente de la puerta, entre ellos Fry, Zart y Nate.

-¿Qué pasa? ¿Por qué no salís?-dije poniéndome de puntillas, pues los chicos me tapaban toda visión del exterior de la Hacienda.

-Míralo por ti misma.-dijo Nate tomándome del brazo y colocándome justo delante de él.

La puerta de la Hacienda se encontraba abierta, y desde aquella posición pude ver el motivo por el cual los clarianos se habían reunido alrededor, sin decidirse a salir. La lluvia caía desde un cielo completamente nublado, y un fuerte viento azotaba cada rincón del Claro.

-No me lo puedo creer.-musité.

-Quien pueda creerse esto está loco.-dijo Fry-En los tres años que llevo aquí, nunca he visto llover.

-Ni siquiera recordaba cómo olía la tierra mojada.-habló Zart.

-¿Qué hacemos ahora?-preguntó Peter.

-¿Qué se supone que debemos hacer?-dijo Nate.

-Bueno, no creo que sea ácido lo que cae del cielo, ¿no?-respondí sarcásticamente-Y tampoco creo que deje de llover en unas horas. Pero no podemos detener la actividad del Claro por simple lluvia.

-¿Y qué vas a hacer, entonces?-preguntó Zart.

-Sacar a Thomas del trullo y salir a correr. Está claro que los malditos creadores sólo quieren asustarnos.

-¿No sería peligroso salir hoy, Kate?-dijo Fry preocupado.

-Qué se yo.-me encogí de hombros-Iré a hablar con Newt, si os quedáis más tranquilos. Quedaos aquí, ahora bajo.

Volví a subir aquellas escaleras, y mientras iba avanzando escuchaba las voces de Minho y Newt, aunque no logré captar qué decían. En cuanto terminé de subir los últimos peldaños y les encaré, se callaron completamente. Alcé una ceja, pero decidí restarle importancia, pues estaba segura de que lo que estaba ocurriendo en el exterior de la Hacienda era mucho más importante que una conversación entre el líder y el guardián de los corredores.

-¡Buenos días!-saludó Minho alegremente.

-Buenos días, Min.-le respondí antes de mirar a ambos de forma preocupada.

-¿Ya has sacado a Tommy?

-No. Ni siquiera he salido de la Hacienda. Ha surgido un pequeño problema.

-¿Qué ha pasado?-preguntó Minho.

-Pues... Que está lloviendo.-ambos chicos quedaron totalmente petrificados y tuve que carraspear para que volviesen de nuevo a la realidad.

-¿¡Lloviendo!? ¿Cómo?-volvió a preguntar Minho, atónito.

-Bueno, ya sabes, gotas de agua caen del cielo.-respondí de forma irónica. Minho puso los ojos en blanco.

-¿Estás segura?-preguntó Newt.

-Venid a verlo vosotros mismos. Todos los que están ahí abajo no tienen la menor idea de qué hacer.

La corredora del laberinto (TMR Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora