-¡¡¿Qué estás haciendo tú aquí?!!-preguntó John mientras se acercaba rápidamente a la camilla. Quise contestarle pero el chico no me dio la oportunidad-¡Tú no tienes derecho a estar aquí! ¡¡Largo!!
-¡¿Quién demonios te crees que eres para impedirme ver a mi amigo?!-grité mientras comenzaba a enfadarme. Mi relación con John desde que le pincharon se basaba en empujones por su parte cada vez que pasaba por mi lado o miradas que podrían asesinarme en cualquier momento.
-¿¡Tú amigo!? ¡¿Así tratas a tus amigos?! ¡Mira lo que nos has hecho, todo esto es tu culpa! ¡¡Deberían desterrarte!!
-¡Yo no tengo la culpa de lo que le pasó a Gally! ¡No fui yo quien le pinché, ni tampoco quien te pinchó a ti!
-¡¡Deja de hacerte la chica buena y dulce!! ¡Eso ya no te servirá! ¡No conmigo, y tampoco con Gally cuando despierte!
-Oye, no sé de qué demonios estás hablando, pero tampoco me importa. Prefiero que me ignores como has hecho estos meses a que grites estupideces que no tienen sentido.
-Escúchame,-dijo John mientras me agarraba con fuerza por la muñeca-las cosas no se van a quedar así. No pararé hasta hacerte el mismo daño que tú nos has hecho a nosotros.-y sin más, el chico me soltó y salió de la sala.
Estaba totalmente confundida. Es decir, sabía que podía haber evitado el hecho de que John tuviese que salir el solo al laberinto cada mañana. Yo sabía bien que él no quería hacerlo pero, tenía que hacerlo de todos modos. Ese día habría llegado tarde o temprano. A fin de cuentas nos entrenaban para entrar solos. No entendía por qué John me guardaba tanto rencor. ¿Y si a Gally le ocurría lo mismo? Yo pude haberle frenado, pude haber evitado que entrase. Se escapó y fue por mi culpa pero, ¿pensaría Gally eso? No. Definitivamente no. Él era mi amigo, y una de las personas más importantes que tenía en el Claro. Sabía perfectamente que Gally no me dejaría de lado... ¿O sí? Mientras mi mente trabajaba sin parar pensando en las posibles reacciones que el constructor tendría, el chico comenzó a despertarse poco a poco, y para mi desgracia, no tardó en resolverme mis dudas.
-¡Gally! Al fin despiertas. ¿Te encuentras bien?-pregunté algo asustada.
-Creí haber dejado bien claro que no quería a nadie alrededor cuando despertase.-contestó el chico con una voz fría. Una voz fría impropia de él.
-Bueno... Quería saber cómo estabas.
-Largo de aquí.
-Pero Gally yo...
-¡¡He dicho que te vayas!! ¡¡FUERA!!
-Gally tú también no, por favor. Sabes mejor que nadie cómo me afectó lo de John, y no puedo comparar la amistad que tenía con él a la que tengo contigo.
-A la que tenías.-remarcó el chico. De algún modo u otro me esperaba aquella reacción. Simplemente intentaba pensar que no ocurriría, porque era demasiado doloroso.
-Gally por favor...
-Kate, largo. Vete. No quiero hablar contigo, no quiero hablar con nadie. Que a nadie se le ocurra entrar aquí.-seguía en la misma posición, ofuscada en no salir de allí hasta que mi amigo me diese una explicación, pero el chico no se veía por la labor-¡¡Qué te vayas de una maldita vez!! ¡Fuera de aquí!
Con todo el dolor de mi corazón y forzando a mis lágrimas a permanecer donde deben, hice mi camino hacia la puerta y salí de la sala. La fiesta estaba casi a punto de comenzar. Alby seguía hablando con el verducho mientras Fry terminaba de preparar la cena. Alcancé a ver a mis dos amigos sentados en el suelo, apoyados en un gran tronco, y decidí unirme a ellos.
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La corredora del laberinto (TMR Fanfic)
Hayran KurguKatherine llega al Claro recordando tan solo su nombre. El temor y la desesperación por no saber nada sobre su vida anterior irá desapareciendo conforme vaya conociendo a sus nuevos compañeros. Poco a poco este temor será sustituido por unas ganas i...