Capítulo XXIII

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Terminé el último ejercicio de matemática y me levanté para dejar la hoja en el escritorio del profesor. Lo que me gustaban de sus clases a ultima hora, era que siempre que terminabas tu examen podías irte.

Cruzé la puerta sin despedirme de mis compañeros concentrados y sentí mi celular vibrar en mi bolsillo trasero. Rydel, Eva y Ross estaban en una misma clase y estaban a punto de salir.

Hoy nadie de nosotros había almorzado en el colegio (menos Rocky, él dijo que iba a comer en ambos lados de todas formas) ya que íbamos a comer a una pizzería del centro apenas salgamos. Todo fue idea de Rydel, ella solía organizar las salidas.

El viento de otoño chocó contra mi pecho y me apoye contra un árbol de la salida esperando a mis amigos para irnos.

Al cabo de diez minutos mis tres amigos se libraron de su horario escolar y se dirigieron hacia mí.

-¿Cómo estuvo tu clase de Historia, Ross?-dije sonriendo, amaba molestarlo.

-Tu chiste no da gracia.-me fulminó con la mirada, yo sólo reí.

Nos quedamos conversando sobre cosas estúpidas y Ross solo me molestaba con Riker, ¿aún no se dio cuenta que todo había acabado?.

-No entiendo como pueden estar tanto tiempo hablando de zapatos si son todos iguales.

-¿Cómo vas a decir que todos son iguales? Hay de distintas formas, marcas, texturas...-dijo Rydel perdiéndose en lo que decía mientras Ross la miraba con las cejas levantadas.

-Qué interesante.-dijo él para luego sacar su celular.- Ya pasaron veinte minutos y no han salido del entrenamiento. Vamos a terminar almorzando a las seis de la tarde y yo tengo hambre.

-Vayamos yendo, los esperaremos allí.-agregó Eva y todos asentimos con la cabeza mientras empezamos a caminar.

El semáforo cambió a verde y los cuatro cruzamos la calle. Nos faltaba una cuadra para llegar y aún no sabíamos nada de Rocky y Riker.

-Así que Melany te tiene loco.-dijo Eva.

-Si, como te tiene Rocky a ti.-Eva se ruborizó y yo le grité riendome.

-Ya llegamos así que dejen de discutir los tres.

-Como digas, mami.-le contestó Eva a Rydel mientras abría la puerta.

Buscamos una mesa para seis y nos sentamos justo en el medio del lugar. Colgué mi campera deportiva en la silla de la punta y me acomodé para esperar a los demás. El lugar parecía acogedor, las paredes eran marrones como sus muebles y tenían algunas decoraciones algo vintage pero me gustaba.

Rydel recibió un mensaje de Rocky diciendo que estaban a tres calles así que llamamos al mozo para decirle el pedido. Fueron tres pizzas, y una bebida para cada uno, nada que no sea lo habitual.

-Perfecto.-dijo terminando de anotar- Ya se los traigo.-agregó para luego dirigirse a la cocina.

-Allá están.-señaló la puerta y yo miré.
No podía ser posible. Acabo de darme cuenta que yo no estaba esperando a dos personas sino a seis más. Me quede estupefacta mientras se adentraban al lugar. Mi mirada fue a Eva y a Rydel que solo me respondieron con una mirada de confusión. Al parecer ninguno de los cuatro sabia que Riker y Rocky iban a traer amigos.

-Holaaa.-dijo Jesy, la mascota de Charlotte, con una voz tan chillona que mis oídos lloraban.

-Ay, pero aquí falta lugar para nosotros.-apareció Charlotte y mis puños se cerraron por abajo de la mesa. Su boca mascaba chicle de una manera totalmente exagerada. Y mejor ni hablar de lo egocéntrica que era.

Unexpected [ Riker Lynch ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora