Capitulo XXIV

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[Tres semanas después]

Mi lápiz trazó la última letra de mis apuntes justo antes de que el timbre haya sonado. Rydel se tiró para atrás dejando caer todas las lapiceras sobre su banco. Giré la cabeza hacia ella y no pude contener una risa. Estaba con la cabeza para atrás.

-Amiga, juro que no puedo soportar Historia.-volvió a acomodarse.

-Ya lo sé, salgamos de aquí.-dije guardando mis útiles y levantándome del asiento. Rydel me imitó y nos dirigimos a mi casillero.

Dejé los libros y cerré mi casillero dejando mis manos libres para el recreo. Ahora tendríamos que cruzar todo el colegio para ir al de Rydel, ¿no podían hacer el colegio más pequeño?

Nuestros pasos sonaban al pisar el pasto del campo de deportes. El sol pegaba fuertemente y debíamos cruzar hasta llegar al otro edificio. Y aquí me vuelvo a preguntar, ¿hacía falta dos edificios en vez de uno unido?

Levanté la vista y me percaté que el grupo de porristas con los jugadores estaban entrando al lugar también. Me maldecí más de mil veces en mis adentros.

Cruzamos la puerta de vidrio y por fin el sol ya no molestaba y los pasos eran firmes contra las cerámicas.
El grupo de estúpidos, contando a Riker, se frenó contra una ventana justo en frente de los casilleros. Miré a Rydel y sólo me respondió con una mirada que decía que me veía obligada a pasar.

Unos cinco pasos no van a matarme. No es tan malo, debería dejar de ser tan dramática.

Caminé en frente de sus ojos y no me contuve a mirar a Charlotte. Que me volvió a dedicar una de esas sonrisas que me asustaban. Le susurró algo a Auryn que se encontraba a su lado y ambas rieron sin dejar de mirarme.

Volví a contener la respiración.

-Ignorala.-Rydel se unió a la escena.

Y para colmo, Charlotte dio dos pasos colgándose encima de Riker por atrás. Quería provocarme, como me enfurecía esto.

Respiré hondo y conté hasta diez. Esto no parecía funcionar.

Riker se volteó y le sonrió de manera fingida a Charlotte.

Ella depositó un beso corto en sus labios y luego otro, y otro y así sucesivamente.

No podía frenar mi bronca y mi impulso. Podía sentir toda la sangre hirviendo por mis venas. Mis pies dejaron de avanzar. Esta vez no, no iba a actuar de nuevo como la estúpida. Me volteé firme.

-¿Qué haces?-dijo Rydel confundida, pero no obtuvo respuesta de mi parte.

-Charlotte.-la llamé enfurecida y se volteó sonriendo.- Si quieres decirme algo, dímelo en la cara. ¿O acaso eres cobarde?

Sinceramente ni siquiera yo me reconocía. Pude sentir como todos se pararon por un momento y quedaron perplejos ante mi reacción. Era como si se hubieran congelado.

-Atenas, no es una buena idea...

-Rydel,déjame.

- Disculpa, ¿quién eres?-su maldita voz chillona reaccionó colocándose en una pose totalmente engreída.

-Mira, sé perfectamente que tú no lo quieres-señalé a Riker que estaba más que sorprendido- sólo lo haces porque te encanta sentirte superior. Me das asco.

-Tú no sabes lo que siento.-quería parecer firme.

-¿Desde cuando unos pelos mal teñidos y un par de tetas tienen sentimientos?-mi voz se volvió a elevar.

No podía creer que esa fuera mi voz y que yo tenga la valentía de decir todo eso. Los demás estudiantes se acercaban y hacían una ronda al rededor nuestro gritando.

Unexpected [ Riker Lynch ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora