Así estuve por los siguientes tres días, fingiendo que él no me importaba, siendo lo más seca posible e ignorándolo todo el tiempo.
Había momentos en los que llegaba a mi casa y lloraba. Sólo me quedaba llorando, sin saber por qué. Sentía un vacío en mi pecho, y sentía la necesidad de lavarme la cara y salir corriendo a buscarlo, pedirle perdón por toda esta confusión y volver desde el principio. Pero no todo se me hace tan fácil, mi negatividad no quería y me espantaba de él. Cada vez que una lágrima caía por mi rostro, no sólo lloraba porque lo extrañaba sino por la impotencia de que había logrado enamorarme. La impotencia de que haya llegado como si no fuera nada y se haya convertido en todo. Estuve años y años creyendo que no necesitaba a nadie, y llega él para terminar con todo esto.
Si esto era el verdadero amor y felicidad, yo no estoy pasándola tan bien como todos dicen.
Había pedido cambio de casillero, y por mis buenas notas no tuve ningún problema. Estaba exactamente en la otra parte del edificio dónde le tocaba a Riker.
Además tenia planeado hablar con el Sr.Hokes diciendo que Riker ya había mejorado, y no necesitaba más contacto con él. Estaba más que segura que me iba a librar de ese máldito sistema. Tenía que arreglarmelas dejándo notas de ejércicios o páginas impresas de la teoría de cada examén. Por ser su tutora, podía ver las notas sin acercarme a él por las computadoras del colegio. Estaba yendo todo a la perfección.
***
Estaba en mi nuevo casillero acómodando los nuevos libros de Literatura concentrada totalmente en lo mío. Escuché la goma de algunas zapatillas chillar contra las valdosas del colegio, miré hacía un costado y Riker venía corriendo girando su cabeza a ambos lados cómo si buscará a alguien.
Sabía que era yo, pero antes de que pudiera actuar fijó su mirada sobre mí y se detuvo. Nos quedamos unos segundos mirandonos, pude sentir como el mundo y la gente se congelaba en el tiempo. Únicamente nosotros dos, esos metros de distancia y nuestras miradas intensas.
Empezó a caminar con pasos gigantes hacía mí. Caí en la verdadera realidad, agarré mis libros con rápides, cerré el casillero que fue con más fuerza que deseaba y me dirigí para Literatura lo más rápido posible. Lo escuché gritar mi nombre pero cerré los ojos, y seguí caminando.
No fue suficiente porque sentí su mano agarrar mi hombro, y pude volver a sentir todas sus caricias que hicieron estremecerme. Cerré los ojos y me maldecí por dentro, no quería voltearme.- No vas a librarte de mí tan fácil. Aunque no hayas querido que esto pase, y estes demasiado confundida. Ya caí en tus encantos y yo nunca me rindo.- dijo de la manera más directa posible, y pude sentir esa debilidad dentro mío, sólo quería abrazarlo y pedirle que nunca se rinda.
-Suéltame.-pude nombrar cabizbaja, ni siquiera podía mirarlo a la cara, las palabras quedaban en un nudo en mi gárganta.
Levantó mi mentón con su mano de una forma tan delicada, que pude mirar sus ojos. Sabía que algunos nos estaban mirando pero ahora eso no importaba. Mis palabras no podían salir, no quería decirle que lo amaba pero tampoco quería que se vaya.
-Aunque te cambies de casillero, aunque no quieras estudiar conmigo, aunque quieras acabar con el sistema de tutoría y aunque quieras alejarte de todo lo que este relacionado conmigo, no podrás hacerlo. No soy yo Atenas, es el amor que odias tanto.
-Detente.-lo interrumpí.
-Puedo ver toda esa confusión y miedo que tienes.-dijo ignorándome por completo.- sólo deja salir todas esas palabras que quieres decir ahora mismo.
Unos minutos de silencio invadieron el momento tan incómodo al menos para mí, pensaba que iba a irse pero no se fue. Estaba sufriendo en mi interior peor que nunca, él era mi punto débil y lo necesitaba bastante.
-Déjalo salir.-volvió a repetir y lo pensé unos segundos.
-Te amo.-sentí la decepción dentro mío, pero su sonrisa pudo esfumar todo el miedo. Tomé valor y me confesé.- Sabes que te necesito, sé que te necesito. Pero le temo al amor, yo no debo sentir todo esto. La confusión me está matando. Déjame sola, si te ignoro es por algo. Deja de buscarme, y deja de suponer que somos algo que no existe.-su sonrisa se había esfumado.- Ahora permíteme, debo ir a mi clase y tú no serás nunca una distracción.
Me di vuelta totalmente segura de lo que había dicho, conforme con que ahora las cosas iban a salir mejor. Tocó el timbre, y me acomodé en la silla. Revisé mis apuntes y la clase comenzó.
Sólo anotaba los análisis del libro que la profesora marcaba, y así de rápido fue que las dos horas pasando volando. Era la hora del almuerzo.
Estaba sirviendo la comida, cuando siento que alguien me interrumpe:
-¿Me sirves de esa ensalada?.
-¡Rydel!.-grité, no la había visto hace tiempo y tampoco habíamos hablado. A pesar de que era la hermana de Riker, yo la quería mucho.
-Soy yo tampoco es tanta emoción.-dijo riéndo.
Terminamos de servir y nos sentamos en una mesa solas. Yo había visto que Ross la había llamado a ella para comer con todos ellos, pero cuando ella se dio vuelta para preguntarme, aceleré el paso para otra mesa.
Estuvimos conversando sobre todo. Le conté sobre que ya en unas semanas iremos comprando cosas para mi hermanita, hablamos sobre las clases, sobre lugares que deberíamos visitar y Rydel siempre me hablaba de ropa, muy común en ella, ya que quería ser diseñadora de indumentaria.Así hasta que llegamos a la siguiente clase, pero justo antes de entrar frenó conmigo.l
-Atenas, tienes que decirme que paso entre tú y mi hermano.
-No quiero hablar de ese tema ahora.-dije seca.
-Lo vi muy deprimido estos días, sólo se encierra en su habitación y toca el bajo todo el día. Él no es así, y vi hoy como lo rechazaste en el pasillo.
-Esta bien, te lo contaré.-me sentía insegura, pero por parte, tenía derecho a saberlo.
________________________________________________________________________________👉🏻 Atenas en multimedia. 👈🏻
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-rikerthebest
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Unexpected [ Riker Lynch ]
Fanfic" Ella nunca quiso el cambio, pero él logro cambiarla. "