Unexpected [ Riker Lynch ]

Capitulo XXXII

Golpeé la puerta y me adentré.

-¿Qué pasa, hija?.-preguntó mi madre cuando me vió asomarme.

-Sólo quería avisarte que voy a la casa de Riker, seguro me quedaré a dormir.-advertí para que después no me lleguen treinta llamadas perdidas.

-Claro, pero ya sabes, usa protección. Sino terminarás como yo.-se señaló su estómago enorme y ambas nos reímos.

Amaba que mi madre pudiera tener esa confianza conmigo, y apoyarme en esta situación aunque sea joven.

Me despedí de ella con un beso, y al cruzar la puerta me encontré con mi padre.

-Por favor, cuídala.-susurré ya que seguíamos en la puerta aunque la misma este cerrada.

-Lo haré como si fuera mi esposa.-me reí del chiste tonto.

-Estuvo muy mareada anoche, quedate a su lado.

-¿Ahora pareces más madura que yo, eh?.-sonreía al verme con esas actitudes, sólo lo abracé y seguí mi camino.

El celular vibró varias veces, asi que lo saqué junto con las llaves.

Riker: ¿Estás saliendo?

Riker: Por favor, cuídate.

Riker: Te estaré esperando, te amo.

Como amaba que se preocupe por mí. No puedo estar tan agradecida.

***

Riker cerró la puerta detrás de mí cuando ambos entramos a su habitación. Dejé mi bolso en su cama, y me senté.

Como le había prometido, hoy ibamos a mirar todas las peliculas de "Los Piratas del Caribe" por haberme ayudado a terminar de pintar la habitación de Brooklyn.

Se sentó a mi lado, y un par de gritos masculinos del piso de abajo nos interrumpieron. No pude evitar reír.

-Bueno, cómo viste cuando llegaste, hoy hay partido de Hockey y toda la familia Lynch se descontrola.-soltó una risa ligera cuando se escuchó otro grito de apoyo, y por la voz, supuse que de Rocky.

-Ya entiendo por qué no vi a Rydel ni a Stormie...

-Siempre se van a comprar o algo así, cosas de chicas...-rodó los ojos.- Asi que, la televisión de abajo esta ocupada y tendremos que verla en mi notebook. No te molesta, ¿cierto?.

Su mirada avergonzada me dio ternura.

-Riker...no voy a ver ninguna película si no está en la televisión.-fingí estar molesta, hizo una mueca de incomodidad.

-Perdoname es que no sabía nada y ya te habia invitado-hablaba muy rápido mirando al suelo.- y no podía cancelarte porque odio cuando...

Solté una carcajada interrumpiendolo.

-¿Cómo me va a molestar eso, tonto?-dije sonriente y me paré para abrazarlo.

-Qué mala eres, pensé que te enojaste en serio.-ahora él se unía a mi risa aliviado.

-Ya, veamos las películas. Traje algunos caramelos, lo que encontré por ahí.-agarré mi bolso.

-Por eso eres mi novia.-dijo sonriente.

Nos pusimos ambos boca a abajo en su cama, por lo cual estabamos algo apretados pero no incómodos. Abrió su notebook y solo teníamos que esperar que empiece la película.