Parte 20: "Aquella tarde" ✔

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NOTA: Hola a todos, les habla la escritora. Quisiera pedirles, por favor, que voten en cada capítulo si es que están leyendo la historia, para saber si les gusta y si les va a seguir gustando. Me ayudarían mucho y a la historia también, así que no se olviden de dejar su voto y, si desean, su comentario. No a los lectores fantasmas :(

Escuchar y leer el vídeo de multimedia.

***


Narra Ethan:

—¿Así que no quieres enamorarte si no lo intento? —comenta, sonriente. Sé que se refiere a la canción.

—Pues... —ladeo la cabeza—. Creo que la canción es especial para mí. Es sólo eso, es muy bella. Perfecta para bailarla en pareja.

—¿Cómo se llama?

Di que me amas.

Arquea ambas cejas, con expresión sorprendida. Luego, me clava la mirada algo... ¿emocionada?

—Vaya... —se ruboriza y sonríe tímida.

Si, así me gusta verte. Tímida por mí. Aunque debo admitir que me has cautivado, bella niña. No sé ni qué pensar ahora. La apuesta seguirá en pie, sólo porque lo necesito, pero realmente me has gustado.

—¿Y cómo va tu relación con Taylor? —pregunta de repente.

—Ah... ella —ruedo los ojos, recordando cuando ayer estuvo en mi casa—. No sé qué decirte. Las cosas entre nosotros no han mejorado, al contrario, empeoran.

—Wau —dice en un suspiro, luego camina hasta donde está su estéreo y ve mi celular al lado de él—. ¿Tuyo?

Asiento con la cabeza, pero eso no la detiene. Así que coge mi celular con sus pequeñas manos, mientras presiona teclas en éste. Después, la sala se llena de música por el estéreo.

—Ésta me gusta —Suelta una risilla al ver la pantalla—. I'll never be your beast of burden... My back is broad, but it's a hurting...

Es "Beast of burden", y la está cantando en voz suave. Nunca creí que le gustara The Rolling Stones, ¿qué no sólo escuchaba Ópera?

Deja de cantar y separa los labios en modo de sorpresa, sin apartar la vista del aparato. Me pongo alerta, así que me coloco a su lado para ver qué tanto mira, pero se aleja, como si yo fuera un animal salvaje.

—Quiero ver algo —dice, impidiéndome ver lo que hace.

Frunzo el ceño, ¿qué rayos hace? Sigue cantando mientras teclea algunas cosas. Ahí está. Hace la expresión de sorpresa una vez más.

—Wow...

—¿Qué miras? —inquiero, inquieto.

—Algo...

—Oh, pequeña, no seas traviesa y dame el celular.

Ahora ríe. Bien, ya me está desesperando.

—¿Siempre te tomas fotos así?—pregunta divertida.

¡Mierda!

—¡No mires eso, no es apto para menores!

—Ay, por favor —bufa—. Pronto tendré 16. No soy una niña. Además, me divierte que estés más rojo que un tomate por estar invadiendo tu privacidad. Dime, Ethan, ¿qué se siente?

—En primer lugar tienes niñera, y ahora te estás comportando como una niña. Además, yo...

Su risita traviesa me interrumpe, al igual que su mirada divertida.

Di que me amas, por favor (Editando) » COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora