Epilogo.

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4 años después. (Harry Potter y el misterio del principe)

Narra Deby

-Deby, apurate o llegaremos tarde.-Me dijo Tessa acomodandose la falda de su uniforme, pareciera que tomó cientros litros de cafeína mientras que a mi pareciera que me atropelló un camión. No dormí en toda la noche por constantes retorcijones en el estomago, y unas raras ganas de vomitar.

Mi rostro necesita kilos de maquillaje si no quiero parecer un muerto en día de brujas. Sepillé mi cabello y lo até en una cola de caballo, a paso de zombie, bajé las escaleras a la sala común para dirigirme al Gran Comedor.

-Buenos días.-Dijo mi novio poniendo una rosa en frente mio cuando salí de la sala común, deposito un beso en mi mejilla e intenté poner mi mejor sonrisa para agradecerle.-¿Qué tienes?-Preguntó poniendo un mechón de pelo detrás de mi oreja.

-Tengo un poco de sueño.

-Esa es la escusa que usan todos.

-Es encerio, no dormí bien anoche. No pude dormir nada.-Dije sobandome la nariz mirando fijamente el piso.

-Eh.-Me tomó el mentón para que lo mirara a los ojos.-¿Son esos sueños otra vez?

Hace meses que Harry y yo dejamos de tener sueños o visiones sobre Voldemort, lo cual es extraño puesto que ahora está vivo y antes sólo se conservaba en Horrocruxes.

-No, sólo es dolor de estomago eso es todo.-Le aseguré encogiendome de hombros.

-Si vuelves a tener esos sueños o conexiones me lo diras, ¿verdad?

-Si, Harry. Sabes que jamás te menritiría con un tema tan delicado.

Se lo pensó por varios segundos, no le estoy mintiendo, puede que no allá sido totalmente sincera en ese tema, pero no volví a conectarme con Voldemort. Además, el tampoco está siendo del todo sincero conmigo, no me cuenta de sus reuniones secretas sobre el debate de Horrocruxes con Dumbledore, aunque yo tampoco le cuento de las mías. Estamos a mano.

-Está bien, te creo-Se rindió frustrado.-Hay que estar unidos en estos tiempos difíciles, no quiero discutir contigo.

-Yo tampoco.-Le dije abrazandolo.-Además, te recuerdo que no soy la niña de once años que rescataste de la Cámara Secreta.

-Lo sé, pero entiende que me preocupo por ti. Hay más aquí de lo que tu sabes.

-Solo sé que no me gusta que me trates como a una niña.-Desvié la mirada incapaz de mirarlo a los ojos, todo lo que Dumbledore está diciendole, ya se lo dijo a esta niña cuando tenia once años, y tubo que cargar con ese peso sola durante años. Por eso me molesta que me trate como a una niña, tengo quince años bien cumplidos e hice las mismas cosas que él. Estube en la Cámara Secreta, estube esa noche en el cementerio y le salvé la vida, desobedeciendo las órdenes de Voldemort, fui con él al Ministerio y pelié contra esos mortifagos. Me molesta que se crea más que yo o que soy una niña indefensa cuando pase por más que él, sola.

-Para mi lo eres.-Dijo tomandome de las manos.-Déjame cuidarte, ¿si?

Lo miré a los ojos y pude ver preocupación en ellos.

Se preocupa por ti, Deby.

Eso ya lo sé.

Ponte en su lugar, él no sabe que tu sabes tanto y por lo que en realidad pasaste. Él cree que estas tan indefensa como lo demas, y no puedes culparlo por querer protegerte. Te ama.

Puede que conciencia tenga razón, supongo que debo seder un poco, y si cuidarme lo mantiene enfocado en eso y no dispersa su mente, que lo haga.

-Está bien.-Le dije con una sonrisa sincera y fuimos al Gran Comedor. Nos despedimos con un beso y cada uno se fue para su respectiva mesa.

La Heredera de SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora