Escuché el sonido de mi despertador y abrí los ojos lentamente. Bufé y volví a meterme entre las savanas pero el maldito despertador no dejo de sonar.
Me levanté de mala gana, tomé el despertador y lo estrellé en el suelo. Sonreí victoriosa y volví a acostarme.
Cerré los ojos cuando escuché que alguien tocaba la puerta, gruñí y lo ignoré.
-Deby-llamó Zack tras la puerta
-No está aquí-le contesté con la voz cansada
-Deby, ya llegó Dumbledore-dijo mi hermano
-¡Qué me dejes en...!-iba a protestar cuando entendí lo que dijo-¿¡Qué!? ¿¡Ya llegó!?-salté de la cama y aún en pijama me dirigí hacia abajo-Dumbledore lo siento tanto por...-comenzé en disculparme por no estar lista pero el anciano profesor no estaba allí-¿Dumbledore?
En ese momento Zack bajó por las escaleras con una sonrisa maliciosa
-¿Dónde esta Dumbledore y por qué tienes esa sonrisa cinica en tu cara?-le pregunté cruzándome de brasos
-¿No se puede estar feliz?-preguntó sin quitar esa sonrisa de su rostro
-Zack-lo reté con un tono serio para que entendiéra que no estaba de bromas y que quería que me contestara
-Contestando a tu pregunta, Dumbledore no esta aquí, lo dije para que te levantaras y la sonrisa es porque mi plan salió bien
-Muérete-gruñi furiosa
-¿Sí sabes qué no se le desea la muerte a nadie, verdad?-se cruzó de brasos. Rodé los ojos y me dirigí a mi habitación.
Me metí a la ducha, dejando que el agua caliente se deslizára suavemente por mi cuerpo. Me puse shampoo y acondicionador, lo enjuagué y salí. Envolví mi cuerpo y mi cabello en una toalla y me dirgí a mi armario.
¿Qué rayos se supone que usan los brujos?
Como no tenía idea, me puse unos jeans oscuros con una remera cruzada de color negra con letras blancas y unas botas negras.
Me dirgí al tocador, sequé mi cabello negro, y lo alzé en una cola de caballo. Apliqué deliñador a mis ojos verdes y un poco de sombra. Me miré dudosa al espejo cruzandome de brasos, me encogí de hombros y bajé.
Zack ya había preparado el desayuno, huevos revueltos con jugo de naranja.
-¿A qué hora pasará Dumbledore por tí?-preguntó mi hermano mayor
-A las 2:00 p.m-le contesté tragando un bocado
-Esta bien, asegúrate de estar lista a tiempo-asentí tomando de mi jugo de naranja
Cuando acabé puse las cosas en el fregadero. Miré la hora, 10:47 a.m
Tomé una manta, me senté en sofá y encendí la televisión.
(...)
-¡No, Bruno! ¡No entres ahí! -grité desesperada, estaba viendo El Niño Con El Pijama De Rayas. Siempre sufría con esta pelicula. Le supliqué a Bruno que no entrará pero, como ya esperaba, entró al campo de concentración.-No puedo seguir con esto-apagué la televisión, guardé la manta y me dirigí arriba.
Fuí hasta mi habitación, tomé mi cuaderno de dibujos y salí al patio trasero. Llegué hasta mi casita del árbol y subí.
Cuando estube arriba me puse a examinarla, estaba muy vieja, hace años que no venía. Me senté en el suelo de madera, y comenzé a dibujar. No sabía bien que era, solo dejé que el lápiz hiciera su trabajo.
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La Heredera de Slytherin
Hayran Kurgu¿Qué pasaría si te enteraras qué no eres quién creías qué eras? ¿Qué eres diferente? ¿Qué eres especial? ¿Qué tus supuestos padres te mintieron todo este tiempo y ni siquiera pueden contarte de qué o de quién? ¿Qué tu pasado es sólo un oscuro secret...