Bloqueo el celular inmediatamente, y me enredo con las cobijas, como si eso me protegiera de la realidad.
¿Que le hice a Jafet como para querer hacerme daño? Lo nuestro ya quedó en el pasado, y el debe aprender a afrontar eso; tengo, bueno, creo que aun tengo a Jennifer, y supongo que el ya ha de haber tenido al menos un novio, porque es gay.
¡Mierda!
Agarro el teléfono y veo que tengo otro mensaje en Messenger, es de Hecuba.
"Charls, quédate hasta mañana en la tarde con mi auto, no iré a la escuela porque me torcí el tobillo"
Ahora tengo una novia a punto de perder la paciencia conmigo y una amiga con la pata rota.
Ahora no tengo a nadie a quien contarle lo que está pasando, hoy es uno de esos días en los que cuando necesitas más apoyo, eres más ignorado que la "P" de psicología.
Pero debo hacer algo al respecto si no quiero salir dañado.
Y creo que tengo la solución.
Cojo el teléfono y me apresuro a abrir la página de Hotmail, creo una sesión falsa, y en cuanto la cuenta de correo está lista, abro Facebook desde Google Chrome para no cerrar mi cuenta.
Me registro como usuario nuevo con el nombre de Paul Jaen. En cuanto la cuenta está lista, me apresuro a buscar páginas que tengan que ver con homosexualidad, y ahí, agrego a chicos. Estoy a punto de buscar a Fernando Villa, pero me detengo en seco. Creo que es muy pronto para agregarlo, por el mensaje que Jafet envió desde esta cuenta falsa, él se dará cuenta de que soy yo, y no el chico que pretendo ser en este usuario.
Total, decido cerrar sesión.
Llamo a Jen, y como cabría esperar, no me responde ni después de siete llamadas.
¿Que ideas se habrá hecho Jennifer al enterarse de que tuve un novio? Aunque no fue el único ni el primero, pero, lo que me interesaría saber es ¿como puedo hablar con mi novia sin arriesgarme a que su papá me corra a patadas de su casa? Jennifer va en distinta escuela que yo, así que... ¡Claro!
Iré a su escuela y así podré hablar con ella, bueno, al menos tendré la oportunidad, si ella se niega.
Son las once cincuenta, eso significa que tengo una hora para llegar hasta la escuela de Jennifer, que está a unos veinte minutos de camino.
Me pongo la ropa que había escogido en la mañana, cojo dinero de mi cartera y también las llaves del auto de Hecuba, y salgo hacia el Colegio Saint Joseph.
En cuanto llego, unos grupos ya están saliendo, pero al parecer son los de primer grado, porque no veo a los compañeros de Jen.
Espero unos treinta minutos, y cuando la veo, el corazón me late a mil por hora.
Es ahora o nunca.
Salgo del auto que está aparcado en la vía pública, y voy hacia Jennifer; al parecer ella no me ha visto, lo cual significa que no me rechazará, al menos por ahora. La tomo de la mano, y ella se voltea, me ve, la veo, y ella me suelta.
-¿Ahora qué, Charls? - me dice Jen.
- Jen, ángel mío, por favor, necesito hablar contigo - comienzo a temblar mi mandíbula - lo de ayer fue tan, ah, no se, pero por favor, necesito que sepas todo.
-Hay Charls, es que, créeme, no me siento con ánimos como para estar contigo- creo que el golpe que me di ayer en la cabeza me dolió menos.
- ¿Qué? ¿A que te refieres?
- Charls - comienza ella, y por el tono de su voz, se que no es algo bueno - estoy tratando de asimilar todo lo que paso ayer, no es fácil, al menos para mi, no me lo habías mencionado antes, así que, bueno, ya sabes, estoy en un periodo de confusión sobre lo que quieres, anoche te iba a contestar el teléfono, pero, no, porque no quería saber nada de ti, ni mucho menos ahora, y ahora que estas aquí, te lo digo de buena manera, no me alegra verte. Me diste la peor de las decepciones que una mujer pudo haber recibido, así que, por favor Charls, necesito tiempo para poder comprender.No debería hacerlo, pero lo hago. Agarro su cara entre mis manos y la beso en los labios, a lo que ella me responde con el mismo gesto.
Es tan inexplicable, es un beso reconfortante, como un cálido aire en el invierno, su boca con la mía, ahora es cuando siento que Jen si me ama, siento que entenderá, pero también tengo que entenderla a ella.
En cuanto terminamos, la abrazo lo más fuerte que puedo, y me suelto a llorar. Lo siguiente que ocurre, me deja sorprendido.
Jen se acerca a mi oído y me dice. - Charls, te amo, te entiendo, pero por favor, ponte en mi lugar, me ocultaste un secreto por un año y medio, un secreto muy duro, y me cuesta tanto comprenderlo; tranquilo, ya no llores, que solo los débiles lloran, y tu no eres así, yo estoy aquí contigo, siempre cariño mio. Siento haberte dicho que no me alegraba verte, no quería herirte.
Me seco las lágrimas.
- No importa Jen, se como debes sentirte, ¿te llevo?
- Claro, vamos.
Nos subimos al Spark de Hecuba, y tomamos el camino normal hacia su casa. Solo espero que no les halla dicho nada a sus padres.
En cuanto llegamos a su casa, ella se baja, se despide de mi y atraviesa el patio delantero para entrar.
Meto primera y me voy a mi casa.
No.
Espera.
¿No se supone que debo entregar el auto? Además, aprovecharía para contarle a Hecuba lo sucedido.
Meto reversa y me doy la vuelta para ir hacia casa de mi amiga.
En cuestión de diez minutos, me encuentro aparcando el auto en frente de su casa.
-¿Pero como es posible? - estalla Hecuba, después de escuchar toda la historia - Se supone que a Jafet ya le valías un bledo, no logro entender que es lo que tiene en mente, o al menos, el motivo que lo orillo a tomar esa decisión.
- Créeme que yo tampoco puedo entender - digo, con un poco que exasperación - pero el punto aquí es que Jen ya logró asimilarlo, me dijo que iba a reflexionar y meditar sobre esto y...
Miro la cara de mi amiga, y tiene un gesto de desesperación.
- Charlie, no quiero ser grosera pero, ¿En verdad piensas que Jennifer ve tus gustos tal y como los ves tu? Yo creó que lo que te dijo solo era para que te sintieras apoyado y animado, pero en lo personal, dudo que llegue a aceptarlo.
- Hecu, no empieces.
- No Charls, no es que esté empezando - pone un gesto de seriedad - es que debes entender el punto de vista de nosotras las mujeres, al menos yo, no podría aceptar andar con un chico bisexual, no es que sea homofóbica, pero, es una cuestión muy delicada eso de las preferencias sexuales. No es algo que se elige como un par de zapatos o una camisa, es un tema muy muy serio, que no debes tomar a la ligera, créeme cuando te digo que...
Suena mi celular, es un número que no tengo registrado. Al contestar, escucho una voz que me hace desear no haber contestado.
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Hoja de papel
Teen FictionCreo firmemente que todo llega a su tiempo, y aunque me muera de ganas por ser abrazado, por recibir besos y caricias en la oreja, por sentir la compañía y el calor de alguien que esté a mi lado acariciando mi cabello mientras escribo sobre mis "p...