Mi primero impulso es correr hacia el auto, arrancar e irme lo mas lejos posible de él. Sin embargo, Jennifer viene conmigo, y se supone que esta es una cita, no un maratón; la llevo de la mano hasta un local de ropa llamado Mecanico Jeans, donde le digo que necesito comprar ropa.
-No necesitas ropa, Charls - dice Jennifer, notablemente con exasperación - primero dejas de hablar por ver a no se quién, luego me jalas corriendo hasta adentro del centro comercial , y ahora resulta que de la nada quieres comprar ropa ¿que sucede Charls?.
Me quedo callado, sin saber que responder.
- Eh... Nada, no pasa nada.
-¡Claro que pasa algo! ¿Que te hizo correr tanto? ¿Por que reaccionaste de esa manera? Te pregunto de nuevo ¿a quien demonios viste?
No se realmente si Jen quiera saber la explicación lógica de mi huida, no creo que pueda soportarlo, seria como darle un puñado de narcóticos y decirle que son gomitas de sabores; seria una burla a estas alturas de nuestra relación.- Habla, Charls - dice, con las lágrimas en sus ojos; me prometí a mi mismo que no la haría llorar, y he roto esa promesa - te repito la pregunta ¿quien era?
Un escalofrío seco me recorre la espalda y sube hasta mi nuca, también se me forma un nudo en el estomago y en la garganta.
-Era... -mierda, no quiero decírselo - sabes, mejor olvídalo, no arruinara esta salida.
-¡Carajo, Charls, ya la has arruinando!
No me deja opción.
- ¿En verdad quieres saber quien era? ¿Te crees capaz de soportar la identidad de esa persona?-le espeto.
-¡Ya dime de una maldita...!
-¡Se llama Jafet, y es mi ex novio! ¿Contenta?
Veo que le ha dolido en verdad, porque Jen se queda perpleja, sin poder asimilar lo que le acabo de decir. Un momento después, rompe en llanto de furia.
-¡Me has estado viendo la cara de idiota todo este tiempo! Primero dices que me amas, luego me jalas corriendo hasta adentro del centro comercial, ¿y ahora me dices que te gustan los chicos también ? ¿Que otra cosa me has ocultado? No se que mas esperar de ti.
- Te lo pensaba decir, pero...
-¡Pero no lo hiciste, Charls! Después de tantas cosas bonitas que me dijiste, ahora resulta que no me tienes la suficiente confianza como para habérmelo dicho tiempo atrás. Me has decepcionado, Charls, me viste la cara de imbécil, según tú somos novios, y en todo este maldito tiempo ¿no teatreviste a confiarme tu sexualidad?
-Jennifer, por favor este no es lugar para discutir esto - le digo, con la voz temblorosa - vayamos a casa.
- No, yo se como llegar a mi casa, adiós Charls.
Me da su vaso de café de Starbucks y se va. Intento seguirla pero cuando estoy a punto de alcanzarla, sube al autobús y se va.
Una punzada de ira me recorre el cuerpo, y hace que mi primer instinto sea ir a buscar a Jafet y romperle la cara, aunque no tiene mucho sentido hacerlo. Saco el celular de mi bolsa, le marco a Jennifer.
-Jen, perdón, quiero discutir todo esto con calma.
- Lo siento, pero no.
Se corta la llamada.
Me siento demasiado derrotado, demasiado mal como para querer ir y enfrentar a Jafet por su aparición en el Paseo.
Voy al estacionamiento, busco el Spark rojo y me subo.
Es entonces cuando el llanto me puede.
Paso tan deprisa, pero ni veinte minutos se llevó lo que acaba de suceder.
¿Acaso siempre será de esta manera? ¿Recuperaré a Jennifer?
La verdad estoy demasiado mal como para pensar con claridad.
Arranco el auto y me voy a mi casa. Estoy tan decepcionado de mi mismo, no se en que estaba pensando cuando vi a Jafet. Me hubiese quedado ahí, como si no hubiera nada ni nadie alrededor; pero en lugar de eso, ¿que ocurrió? Eché a correr con mi novia a rastras como si mi vida dependiera de ello.
Cierto es que actuamos cuando no tenemos que hacerlo, y encima de todo, lo hacemos mal.
Supongo que me dormí, porque lo siguiente que sé es que me encuentro mirando mi reloj, son las tres de la madrugada. Enseguida me levanto a lavarme la cara, lo que causa que mis padres se despierten.
-Charls, son las tres de la mañana, ¿a donde vas? - dice mi papá desde su habitación.
-Voy al baño.
No responde.
Bajo las escaleras hasta el cuarto de baño, abro el grifo de agua fría, y me empapo la cara. Me veo al espejo, por fuera parezco normal, mismos ojos verdes, tez clara, sombra de barba afeitada, cabello castaño oscuro. Lo normal.
Pero por dentro me encuentro desastrado, derrotado, decepcionado.
Nuevamente me echo a llorar.
Salgo del baño y vuelvo a subir a mi habitación, en cuanto voy cruzando el umbral de mi cuarto, suena el ringtone de notificación de Facebook Messenger.
No estoy de animo como para responder, o por lo menos ver el mensaje. Voy a la cama y me enredo con las sábanas hasta la cabeza. Tengo una noche sin sueños.
Por la mañana me levanto 5:45 a. m. y voy directo a la ducha.
Abro el grifo y dejo que el agua se lleve mis preocupaciones por el caño. Una vez listo, me enredo la toalla en la cintura, y subo a ponerme algo de ropa para la escuela. Al igual que ayer, no se que ponerme, y termino poniéndome unos jeans negros, una camisa azul y un suéter delgado.
Me siento de lo peor, ni siquiera quiero ir a la escuela, solo quiero quedarme encerrado en casa, bajo la protección de los muros y techo de mi hogar.
Y decido ponerme el pijama y meterme de nuevo en la cama.
Me quedo dormido.
Cuando despierto son las once treinta , y me duele la cabeza.
Una vez más vibra el teléfono en la mesita de noche, estiro la mano para alcanzarlo.
Me ha llegado un mensaje de Facebook de un usuario que se hace llamar Fernando Villa.
Lo abro y lo que leo me da un vuelco en el corazón.
"Charls, lamento mucho lo que paso ayer, lo estaba viendo todo desde abajo del centro comercial, tu y tu novia se veían muy bien en el Paseo, hasta que aparecí, creo que ya le dijiste nuestro secreto, pero lo que yo me pregunto es ¿por que corriste en cuanto me viste? Bueno, ya se por que. Por lo que te dije hace tiempo ¿no es así? Bueno mi estimado señor Stifler, espero que estés preparado, lo de ayer fue pura coincidencia, pero ahora el juego ha empezado. Y sabes perfectamente que yo NUNCA pierdo".
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Hoja de papel
Fiksi RemajaCreo firmemente que todo llega a su tiempo, y aunque me muera de ganas por ser abrazado, por recibir besos y caricias en la oreja, por sentir la compañía y el calor de alguien que esté a mi lado acariciando mi cabello mientras escribo sobre mis "p...