Capitulo 9

33 1 0
                                    

La adrenalina recorre cada vena y arteria de mi cuerpo, hace que sienta una extraña sensación de euforia por lo que le acabo de hacer a Jafet, a pesar de que es un delito.
Llego a mi casa y lanzo el suéter a un contenedor de basura.
Son aproximadamente las cuatro de la tarde, entro a mi casa y veo a mi mamá sentada en un diván del recibidor.
-¿Por qué no fuiste a la escuela hoy? - me dice con un tono muy serio.
- Sinceramente no tenía ganas de ir, mamá - le respondo.
No aguanto más y me suelto a llorar.
- ¿Por qué lloras? - me pregunta mi madre.
- Necesito platicar contigo, mamá.
Le cuento todo lo que pasó desde la escena de ayer en el centro de convenciones con Jennifer, hasta lo que hice con Jafet.
Mis padres ya saben que soy bisexual, pero no significa que lo acepten, se limitan a tolerarme, al grado de no aceptar que anduviera con un chico; pero a pesar de eso, puedo contarle estas situaciones y contar con un consejo, o algún regaño, si es necesario.
Por ejemplo ahora.
-¡Te dije que te alejaras de ese tipo! - me espeta mi madre - pero en cambio ¿Qué hiciste? Seguiste con tu rollo de andar con él porque según tú, lo amabas; en verdad no logro entender cómo llegaste a pensar que nosotros aprobaríamos algo así, y no logro entender cómo es que Jennifer puede soportar esto.
¿A que se refiere con "ésto"? ¿A soportar que yo haya tenido una relación sentimental con otro hombre? ¿Al hecho de que yo soy bisexual?
Yo tampoco logro entender ciertas cosas que me dice mi mamá.
- ¿Qué pretendes hacer al respecto? - continúa diciéndome- ¿Has pensado en algo?
Obtiene un silencio por respuesta, lo que termina con la poca paciencia que le quedaba a a mi pobre madre.
-¡Responde, carajo!
-¡NO LO SE, MAMÁ! - le grito - ¡YA LE PARTÍ LA CARA HASTA DEJARLO INCONSCIENTE, PERO NO ES SUFICIENTE PARA REMEDIAR LO QUE ME HIZO!.
Recibo una bofetada tan fuerte que hace que me sangre la nariz al instante.
- Me respetas Charls - me dice mi mamá - yo no tengo la culpa de tus pendejadas, sube a tu cuarto, no puedo ni mirarte.
Eso dolió.
Lo hago.
En cuanto llego a mi cama, me recuesto y rompo a llorar nuevamente.
Debí quedarme dormido después de terminar de llorar, porque cuando abro los ojos ya es de noche; me asomo al patio y veo el coche de mi padre entrando al garaje.
¡Mierda!
Mi papá ya llegó, ¿qué le voy a decir?
Me siento como cuando tenía cinco años y rompía algo, me asustaban los regaños que mi padre les daba a mis hermanos mayores cuando cometían alguna falta, que también recibía yo.
Solía esconderme en el desván, pero mi padre me enseño a enfrentar las consecuencias de mis fallas, y no lo pienso defraudar.
Me armo de valor, salgo de mi habitación, bajo las escaleras y veo a mis padres sentados en el recibidor.
En cuánto mi papá me ve, sabe que hay problemas.
- Que onda hijo - me dice mi padre - ¿qué tal la escuela hoy?
Mierda, Mierda, Mierda.
No se que responder.
Creó que es mejor dejarme de rodeos e ir al grano.
- No fui hoy - le respondo con la cabeza baja.
- ¿se puede saber por qué? - me responde, desabrochándose la corbata.
- Bueno, ¿recuerdas a Jafet?
- ¿Ahora que pasó con ese hijo de perra? - nada más escuchó el nombre y supo que pasó algo.
Le digo lo del centro comercial, pero me ahorro la parte del ataque a mano armada.
Cosa que lo enfurece.
- ¿Y tuviste el descaro de decírselo a tu novia? - dice, con una expresión ininteligible.
- Quería saberlo, además, era mejor así, porque me mandó una amenaza directa anoche.
Saco el celular y le enseño el mensaje en Facebook.
- ¡Hay Charls! - dice mi padre soltando un suspiro - entiendo esto, pero no te quedes así, vamos al ministerio público a levantar una demanda por acoso, haber si así...
No puede completar la frase porque lo interrumpo.
- Lo apuñalé y lo mandé al hospital, no se si esté con vida o si está muerto - le suelto por fin.
-¡¿Hiciste qué cosa?! - me grita - Charls, puedes ir a dar a la cárcel, ¿acaso tienes esa cabeza de adorno? ¿No pensaste en las consecuencias que te pudo haber traído lo que le hiciste a ese pendejo? Él también actuó muy mal, pero no tenias que hacerlo, eso se podía solucionar con una demanda.
Nuevamente el silencio.
- Solo queda esperar la llamada del ministerio público - dice mi papá, soltando un bufido.
- Perdón - le digo, como si se tratara de algún jarrón roto.
- Te perdono, pero si te detienen por agresión, es tu problema.
Después de esto, nós limitamos a cenar, sin palabra alguna.
Termino de cenar y voy al baño a cepillarme los dientes, en cuanto me comienzo a cepillar, siento un ardor intenso en la encía inferior.
Me reviso frente al espejo y veo que tengo una incisión de unos dos centímetros, y un poco profunda. Pienso en lo que me pudo haber causado esa herida, pero no recuerdo que Jafet tuviese algún objeto con el que se pudiera defender.
Los brackets.
Con eso me hice la herida.
Termino de asearme la boca y subo a mi habitación, donde me espera una larga noche de reflexión sobre lo que hice este día.
Esta reflexión comienza con un recuerdo de cuando Jafet y yo eramos novios; fue en el mismo centro comercial en la que ocurrió la escena con Jen. Estábamos acostados en uno de los jardines del Paseo de San Francisco, debajo de un ciprés, con el viento rozando nuestras mejillas, era una tarde perfecta. Jafet se volteó y me vió con tanta intensidad en su mirada, que juraría haber sentido literalmente sus ojos cirniédose sobre mí.
-Charls - me dijo - quiero que siempre estemos así, juntos, me refiero a que nós sientamos cercanos todo el tiempo, aunque no estemos en el mismo lugar.
- Jafet, eso seria realmente increíble, te prometo que siempre, siempre estaremos juntos.
Ya sabes que no fue así.
Esa tarde salimos del centro comercial unidos, yo tomándolo de la cintura por atrás y pegándole de besos en la mejilla a cada paso que dábamos.
Me sentía realmente bien con él, porque, bueno, sentía que me quería.
Fui a dejarle a su casa; me invitó a pasar, así lo hice. No había nadie en esa casa, estaba totalmente sola. Jafet fue por un vaso de agua a la cocina, y justo cuando estaba en el umbral de la puerta, no aguanté más la tentación y lo tomé de la cintura y comencé a besarle el cuello, cosa que lo prendió en segundos. Comenzamos a besarnos desenfrenadamente en uno de sus sillones, hasta que metió una de sus manos en el interior de mis bóxers, donde se encontró con una erección .
Yo lo solté de inmediato, porque no estaba seguro de hacerlo, al menos en el lugar en el que nós encontramos. Jafet se dió cuenta de lo que estaba pensando, y dijo.
- No hay nadie, todos salieron a visitar a mis abuelos, mi cama es muy suave.
El comentario me dejó perplejo, pero inmediatamente lo cogí de sus piernas y de su espalda; y lo cargué hasta su habitación, donde lo tiré boca arriba sobre su cama, Lo comencé a besar con más intensidad, y me di cuenta que lo había prendido al cien. Volteé mi cabeza y vi que la cortina de la ventana que daba a la calle estaba abierta. Fui y la cerré, al igual que la puerta del cuarto. En cuanto lo hice regresé con él a la cama, nuevamente a besarnos. El agregó un toque de cachondeo quitándome la camisa lentamente mientras besaba mi cuello. Yo hice lo mismo. Continuamos hasta quedar sin nada encima, tocándonos mutuamente. Enredé mis piernas con las suyas, lo que me excitó aún más; reaccioné un momento, si esto continuaba, ¿quién sería el activo y quien el pasivo? Supe la respuesta en cuanto bajó su boca por todo mi abdomen hasta llegar abajo, donde comenzó a hacer sexo oral. En cuanto se lo sacó de su boca, abrió el cajón de la mesita de noche junto a su cama, de éste saco una bolsita plateada.
La abrió y pensé que él se lo iba a poner, pero en vez de eso, se lo colocó en su boca, y comenzó a ponérmelo. Después pasó toda la acción.
Terminé cansado.
En cuanto terminamos, me acosté a su lado y le di un beso en la mejilla, y le dije:
- Te amo Jafet, no he amado a alguien con esta fuerza con la que te amo a , eres todo para mí.

Como me arrepiento de haberle dicho tantas cosas de semejante magnitud.

Noto que una lágrima se asoma en mis ojos, lo que me obliga a secarme los ojos, y mantenerme firme, no puedo dejarme doblegar por un chico que solo me ha traído problemas a mí, a mi novia y a mi familia.

Y sobre todo a mi.

Hoja de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora