Las campanadas ya habían tocado, la fiesta siguió y casi todos se emborracharon, pusieron de escusa la fiesta y el cumpleaños se Taigaken, que ya eran 2 añitos.
Gaara salió un poco, para refrescarse y tomar aire. Sai al rato lo siguió.
Sai: ¿Estás bien?
Gaara: Solo salí a tomar el aire.
Los dos se quedaron en silencio mirando al cielo, que era sumergido por la oscuridad.
Sai: Tú no pareces ser muy de fiestas.
Gaara: Tu tampoco... Me gusta la tranquilidad, pero también me gusta estar con los amigos.
Sai: A mí también.
Decidieron dar una vuelta por las calles vacías de Konoha, para alejarse del bullicio. Todos estaban borrachos en la fiesta y eran muy ruidosos. Mientras caminaban Sai miraba la imponente y atrayente forma de Gaara. Sin que Gaara lo supiera cada vez estaban más cerca de la casa de Sai. Llegaron al edificio de su casa, pero Gaara no lo sabía. De repente Sai agarró la mano de Gaara y lo llevó hasta un oscuro callejón y lo puso contra la pared y le dio un pequeño piquito. Sorprendiendo a Gaara.
Sai: Me gustas Gaara.
Sai beso a Gaara profundamente, entrelazando sus lenguas. Gaara no se podía resistir, esa lengua lo estaba embriagando. Se separaron por la falta de aire. Gaara tenía un sonrojo en sus mejillas y la respiración agitada, se veía tan vulnerable. En seguida volvió a poner una cara seria con una imponente mirada.
Gaara: Si lo vuelves a hacer te mato.
Sai: No creo que lo hagas.
Lo volvió a besar profundamente, y puso una de sus piernas entre las de Gaara, rozando su miembro. Gaara sin querer gemía, tenía las manos libres y podría apartar a Sai y zafarse de su acoso, pero no lo hizo, y eso es lo que Sai vio. Empezó a besar su cuello, succionándolo y lamiéndolo. Gaara tenía la respiración agitada.
Gaara: Para, te lo advierto.
Sai le susurro en el oído.
Sai: Déjate llevar Gaa-chan.
Aquella furiosa bestia de melena roja y ojos fríos, era domada poco a poco, su orgullo aparecía de vez en cuando, con esas palabras amenazantes, pero que eran inútiles para los oídos de Sai, que solo oía sus gemido de placer. No soportó más, quería desnudarlo y sentir su piel, no era algo que había leído, como la mayoría de las cosas, era algo que su cuerpo le imponía y le suplicaba. Con cuidado, para que Gaara no se diera cuenta, lo fue llevando a su apartamento. Con sus manos agarró su culito, Gaara gimió, lo alzo un poco y Gaara por reflejo se agarró a Sai, por la cintura con sus piernas y rodeando su cuello. Sai entretuvo a Gaara con apasionados besos, mientras subía con cuidado al apartamento. Abrió la puerta y se dirigió a su habitación. Delicadamente y de manera lenta, dejó a Gaara en la cama, este al notarla abrió los ojos, dándose cuenta de donde estaba.
Gaara: ¿Qué pretendes?
Sai: Hacerte mío.
Gaara: ¿Estás loco?
Sai: Sí, pero por ti.
Gaara no se esperaba esas respuestas. Sai lo empujó tumbándolo en la cama. Gaara no tuvo tiempo de quejarse, ya que Sai aprisiono du nuevo sus labios. Sai ya le había quitado el gran embase de arena que tenía siempre a su espalda, le quitó la armadura gris, y la capa roja, dejando ver aquel torso. No evitó la tentación, y acarició y beso su cuerpo, sacando gemiditos de Gaara. Suavemente con sus manos tentó los rosados pezones del pelirrojo, que se estremeció ante el contacto. Los beso y succionó delicadamente, la respiración de Gaara se agitó. Sai se quito todo lo de la parte de arriba. Le quitó los pantalones a Gaara, que quedó solo con su ropa interior. Con una de sus manos empezó a masajear el miembro de Gaara, que gemía y a la vez suplicaba que parar, sin caso omiso. Mientras lo masajeaba seguía lamiendo sus pezones.
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El comienzo y el final (yaoi)
FanficEn EDICIÓN Es la cuarta guerra ninja entre los akatsuki y la alianza shinobi. En la batalla final Naruto y Sasuke se van a enfrentar, pero algo le ocurre a Naruto para no poder pelear bien, y es que en su vientre lleba a un Uchiha. Sasuke tendrá qu...