El comienzo y el final (yaoi)

Capitulo 127 - El dolor de la cereza.

En la guarida:

Taiki: Por lo visto Soun aun no quiere venir.

Toshiki: Para mi hermano todo esto ha sido bastante duro.

Kiuiko: Kizuki tampoco viene, y no sabe nada sobre lo que Soun siente.

Inutai: Nunca note lo que ella sentía por mi.

Sora: Lo tenia muy escondido, su sonrisa hizo que no nos diéramos cuenta de nada.

Ryuta: (triste) Vosotros sois sus hermanos, ¿Cómo esta Kizuki?

Flashback:

Kizuki salió corriendo, sus hermanos la siguieron, no podían dejarla en aquel estado. Llegaron al hotel, donde siempre que venían se hospedaban en él, el lujoso "Los Aguirre".

La pelirroja fue a su habitación rápidamente, tirándose en su cama y abrazando con anhelo la almohada, intentando consolar ligeramente la falta de cariño que en ese momento sentía.

Sus hermanos entraron al hotel, quedándose en el salón del apartamento, no se atrevieron a entrar en la habitación de su hermana, y prefirieron dejarla sola, tan solo Daiki, el mediano de los trillizos, fue a su cuarto.

Él la abrazó con cariño, quedándose los dos tumbados en aquella cama, sin decir ninguno nada, no les hacia falta. Para ella el tan solo calor del cuerpo de su hermano mayor le bastaba, el sentirse amada en ese momento tan crucial.

Cuando sus padres llegaron, fueron todos a cenar al restaurante del hotel, pero en cambio ella se quedo en la habitación alegando que no tenia hambre.

Volvieron a subir, y Gaara entró en su habitación, sabia que a su pequeña le sucedía algo, y que el tonto de Sai no tendría la delicadeza para poder tratar con ella, porque no sabía lo que era ser sutil.

Se sentó en la cama, y acarició su rojizo cabello, que lo heredo de él.

Gaara: ¿Estas bien cerezita?

Si, al final ese apodo ridículo que Sai le había puesto tiempo atrás y que nombraba continuamente de jóvenes, ahora se lo decía con mucho cariño a su única hija, que había nacido solo entre hombres.

Ella no pudo evitar sucumbir a la ternura de las palabras de su papi y lo abrazó fuertemente, mientras sus lagrimas, que ya se habían secado, volvían a brotar de sus ojos verdes azulados.

Gaara sentó a su pequeña en sus rodillas, mientras su corazón le dolía al verla así.

Kizuki: (llora) Papi, soy una tonta.

Gaara; ¿Qué te sucede mi niña?

Kizuki: Soy tonta, me declare a Inutai.

Gaara: "Espera, ¿ese no era el hijo del perro rabioso? ¿no estaba saliendo con Ryu, el hijo de Naru?

Kizuki: (llora) Él estaba en una cita con Ryuta, pero fui tonta y no lo aguante, seguro que ahora Ryu me odia e Inutai también, seguro que lo estropee todo.

Gaara: No eres una tonta, tan solo tu corazón quiso hablar, a veces el reprimirse tanto hace que uno explote y que sus sentimientos salgan a la luz. Pero no creo que ellos te odien, son tus amigos.

En la puerta espiaban los hermanos, preocupados por ella.

Daiki: Papi siempre sabe que decir.

Taiki: (gotita) No como papa.

Fin del Flashback:

Daiki: Poco a poco lo va superando, pero aun le avergüenza encontrarse con vosotros.

Suiko: Tenéis que darle algo de tiempo, pronto volverá a venir con nosotros, estoy segura.

Kiuiko: Suiko tiene razón, alegrar esas caras que no estamos de luto.

Ryuta: (sonríe) Sí, pronto estaremos de nuevo juntos.

Taigaken apareció en el balcón de madera, con Tsuyoshi en su espalda. Este desde el primer día que jugó con los demás niños pequeños no volvió a hacerlo de nuevo y siempre estaba con su hermano mayor o con Himeko.

Taigaken: Es mejor que nos vayamos ya, dice Tsuyoshi que el Sol esta cayendo.

Ya ni se planteaban preguntar como sabía aquello, ya que los Uchiha eran muy raros. Llamaron a los demás, era preferible irse en grupo todos juntos, no querían mas altercados como el que pasó con Teyawar. Siempre tenían cuidado de que nadie estubiese cerca de allí y los pudiera descubrir.