Capitulo 103 - Estoy contigo.

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El tiempo siguió transcurriendo con gran tensión, intentando siempre estar alertas. Todo seguía tranquilo y empezaron, después de varias horas, a bajar la guardia.

Himeko: No se si deberíamos marcharnos.

Tsuyoshi aún miraba desconfiado al bloque de hielo que retenía a Teyawar.

Tsuyoshi: Vámonos.

Al ponerse de espaldas, se oyó un ruido, se dieron la vuelta pero apenas sin tiempo... Teyawar partió de una todo aquello que lo retenía. Enormes trozos de hielo explotaron, volando por el aire.

Teyawar: (cara terrorífica) Demasiado tarde niños.

Desde que oyeron ese sonido, solo pasaron 5 segundos, y Teyawar estaba a punto de atacarlos. Por la impresión, ambos niños cayeron al suelo, temblando. Aquel tirano se acercaba a ellos...

Pero un haz de luz hizo volar a Teyawar... una voz familiar pudieron alcanzar a escuchar, esta gruñía de agresividad.

Sasuke: (cabreado y con el Sharingan) ¡Ni se te ocurra volver a poner tus manos encima de ellos!

Naruto también quería machacar a ese... ese asqueroso bastardo, y darle una propiciada de golpes, pero sabía que Sasuke se encargaría de ellos. Miró a sus hijos y solo con apreciar el estado en que se encontraban, su corazón se oprimía de dolor.

Sus vestimentas eran trapajos sucios y desgastados, sus cuerpos eran muy delgados, parecía como si llevaran una vida sin comer, la figura de sus huesos se podía apreciar a pesar de su piel.

Fue hacia ellos a abrazarlos sin ninguna duda. Los niños a pesar de estar sus cuerpos fríos, podían volver a sentir la calidez del cuerpo de su papi. Los sentimientos de ambos niños eran muy diferentes.

Himeko se abrazaba fuertemente y llorando sin consuelo a su papi, sin querer nunca volver a irse de su lado, su cuerpo temblaba, pero tenía la suficiente fuerza para no dejar de llamar y repetir "papi", con ojos que no tenían la intención de parar el llanto.

Tsuyoshi, en cambio, no soltaba lagrima alguna, tampoco sabía muy bien quien eran esas personas, solo tenía vagos recuerdos en su mente. Pero sin embargo, cuando aquel hombre, de pelo dorado lo abrazó, sintió nostalgia, la calidez invadía su corazón, y se alguna manera, se aferraba a ello, y aquella nostalgia, sin querer que esta terminase.

Sasuke al oír el llanto de su hija, no podía más, apretó los dientes fuertemente, para no mostrar ni una lágrima ante el enemigo. Pero le fue imposible, se le hacia un nudo en la garganta, y un par de lágrimas rabiosas asomaron por su rostro.

Se acercó a Teyawar, y con mirada fría y atemorizarte, agarró su cabeza con una mano, levantándolo del suelo, y aplastándole la cabeza de manera insoportable.

Teyawar: Veo que os he hecho de enfadar, ¿verdad? Uchiha Sasuke.

Sasuke: Cállate insecto, no me dirijas la palabra.

El chidori emanaba del cuerpo de Sasuke, que lo extendió hasta aquel tipejo, electrocutándolo lenta y dolorosamente. El Uchiha, con la mano que aún le quedaba libre, sacó su espada- Lo estampó de manera agresiva contra uno de los muertos árboles del lugar, y le clavó la delgada espada en el hombro derecho, el contrario del corazón, para que sobreviviera en agonía.

Sasuke: Es mejor que no te muevas, si no quieres terminar peor (mirada amenazante).

El pelinegro se dirigió a donde estaban Naruto y sus dos hijos. No pudo evitar las ganas de abrazarlos con amargura en su corazón, por todo el dolor que habían tenido que sufrir, sin haberlos podido proteger.

Sasuke: Ya esta, ya esta, papa está aquí, no consentiré que os vuelvan a tocar un pelo.

Himeko: ¡Papa, papa, mi papa, no me vuelvas a dejar, papa, no me separaré nunca de tu lado!

Himeko no podía dejar de llorar, solo tenía 7 años cuando fue secuestrada, aun era solo una pequeña niñita. No quería pensar en nada, quería olvidar todos esos años de experimentación, antes tenía que ser fuerte por su hermano pequeño y por ella misma. Pero en ese momento ya no estaría sola, sus padres la abrazaban, y ahora quería desahogar todo el llanto que durante ese tiempo había llevado su alma.

Sasuke la llevó a su amplio pecho, abrazándola con más fuerza, volviéndose a escapar alguna lágrima.

Sasuke: Ya está mi princesa, nunca te dejaré ir, estoy aquí mi vida, papa está contigo, ya no tienes nada de qué temer.

Naruto: (llorando) Tsuyoshi ¿estás bien chiquitín?

Tsuyoshi: (asiente) Solo... abrázame.

Naruto: (llora/sonrisa) Sí mi niño.

El comienzo y el final (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora