El comienzo y el final (yaoi)

Capitulo 121 - La roja arena.

  Los susurros de Inutai producían un ligero cosquilleo en las delicadas orejas de Ryu. Su aliento cálido, su voz, todo le hacía estremecer.

Inutai:¿Ryu?

Sentía de nuevo aquellas sensaciones, su respiración se empezó a agitar de manera pausada y el corazón aceleraba su imparable ritmo.

Inutai: Ryu...Ryu.

Ryuta:"Inutai, no dejes de llamarme"

El pelirrojo dejo caer poco a poco su cuerpo, rozando su espalda con el pecho de Inutai. Este rodeo con sus brazos al pequeño zorro, que no paraba de temblar ante su voz.

Inutai: ¿Qué te sucede mi zorrito? ¿Te gusta que te susurre?

Dijo sonriendo amablemente y con voz grave.

Ryuta: Sí... ¡Digo, no! ¡No me gusta!... Bu-bueno un poco, pero no te burles de mi.

Inutai: Claro que no lo haré Ryu, me gusta todo de ti.

Ryuta lo miró a los ojo y sonrió juguetón.

Ryuta: ¡A ver quien llega más alto en los columpios!

El pequeño fue corriendo a los columpios, levantando tras de sí polvareda, al llegar se subió a uno bruscamente.

Ryuta: ¡Si no te das prisa tomare la delantera! Jeje.



En la la villa de Konoha:


Kizuki: Parece que todo esta muy animado, hace años que Konoha no estaba así.

Taiki: Ya no se siente el ambiente entristecido que había antes por el secuestro de Himeko y el bebe.

Sora: Es verdad, se nota el amor y el respeto que la villa le tiene a la familia Uchiha.

Kizuki: Ya quiero verlos a todos.

Daiki: Sí, eche mucho de menos a nuestro colega Soun.

Taiki: Sin él no es lo mismo.

Daiki: ¿Verdad que sí?

Sora: Yo también hecho de menos al lindo Ryuta, a Toshiki y a ese lobo.

Daiki: Me pregunto como le ira a él y a Ryuta, además quiero ver como Kiuiko molesta a Toshiki, es realmente diver.

Taiki: Un poco si.

Kizuki: Eso es cosa suya. Lo importante es que los veremos pronto.
Los hermanos se miraron entre sí algo extrañados por la respuesta de su única hermana.

Sora: Sí, la otra vez con todo el lio al final nada estaba tranquilo y no pudimos estar mucho tiempo con ellos.


Ryuta: Jeje, ¡no conseguirás pillarme Inu!

El pequeño pelirrojo corría de un lado a otro por el parque, se tiraba por el tobogán, se colgaba de las anillas...

Inutai: Tu nunca paras quieto.

Tori estaba tranquilamente en la arena, tumbado bajo la fresca sombra de un árbol y viendo como iban de un lado para otro.

Ryuta se subió a unos hierros, con barras puestas de manera paralela, se colgó de uno de ellos, haciendo el murciélago, con las piernas y manos en una barra y colgándose boca abajo. Inutai fue hacia él por la arena, viéndolo suspendido en el aire.

Inutai: Por fin paraste.

Los dos sonrieron mutuamente.

Ryuta: Es que me encanta jugar, jeje.

Inutai: Lo se.

Inutai se agacho ligeramente, y beso tiernamente la frente de su zorrito.

Inutai: Me encanta esa parte de ti.

Las mejillas del pequeño Ryu volvieron a teñirse del mismo tono de su pelo.


Sora: Oye chicos, ese es el parque donde solíamos jugar.

Los cuatro hermanos iban andando viendo parcialmente el parque debido a una pared con rejas en la parte superior, dejando un hueco vacío, a modo de entrada.
Conforme se movían tenían más campo de visión.

Taiki: ¿Esos no son Inutai y Ryuta?

Daiki puso la mano horizontalmente encima de sus ojos.

Daiki: Oh, tienes razón, ¡Ry...!

El mediano de los trillizos iba a llamar a Ryuta y a Inutai, pero su voz se apagó en el aire al ver como su amigo el lobo besaba la frente de Ryuta.

Sora: Parece que están en medio de una cita.

Sora hecho una furtiva mirada a sus hermanos, quienes al ver eso tenían la cara sonrojada, este sonrió divertido.

Observaron como el pequeño Ryu tenía en sus mejillas un ligero color cereza. Sus manos y pies que le sujetaban el cuerpo perdieron fuerza, iba a caer de forma repentina al suelo, pero Inutai que estaba debajo lo cogió fuertemente en brazos.

Kizuki corrió hacia ellos de forma rápida y torpe. Inutai y Ryuta vieron como se acercaba a ellos, y su cara de asombro cambió a una de preocupación. Los azulados y cristalinos ojos de Kizuki brotaban lagrimas transparentes, que caían por sus mejillas.

Ryuta: ¿¡Qué te pasa Kizuki!?

Inutai bajó con cuidado al suelo a Ryuta y preguntó serio.

Inutai: ¿Quién te ha herido? ¿Quién te ha hecho que llores?

Kizuki apretaba los puños.

Kizuki: ¡Has sido tu Inutai, eres un tonto!

Los hermanos se acercaron velozmente a ella, no sabían el por qué de su repentino comportamiento.

Ryuta: ¿Pero que dices Kizuki? Seguro que ha sido alguien transformado de él el que te ha hecho algo horrible.

Kizuki se frotaba los ojos con las manos, intentando secar sus lagrimas, pero estas seguían su curso.

Kizuki: ¡Tu no lo entiendes Ryuta! Sois mis amigos y...

Inutai: Claro que lo somos ¿qué pasa?

Kizuki: Y me alegra veros felices, pero... ¡odio veros así!

Ryuta: No lo entiendo Kizuki, cálmate.

El pequeño pelirrojo iba acercarse a ella para consolarla, pero esta al ver que se aproximaba a ella hecho un paso hacia atrás, y Ryuta se detuvo.

Kizuki: Yo... ¡yo te quiero Inutai!

Kizuki salió corriendo sin mirar atrás, todos se quedaron petrificados.