El destino fue el culpable (II)

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En Cambridge, Massachusetts. Al siguiente día en la mañana, Edward Styles estaba saliendo para el aeropuerto junto con su amigo y compañero Andy Samuels. Edward había esperado este día desde hace seis meses. ¿Y cómo no habría de hacerlo? Luego de presentar un brillante ensayo sobre las leyes en la Universidad de Harvard, los decanos decidieron enviarlos a una conferencia que se realizaría en la Universidad de Cambridge en Reino Unido. Era simplemente un honor asistir a tal plática. El mismo explicaría su ensayo, junto con Andy. Casi no se desmaya al leer la carta que les mandó el decano. Su padre, Desmond Styles, estaba orgulloso de su hijo. Los padres de Edward y Andy se encargaron de los boletos, y les pagaron un mes adicional para que se divirtieran. Para Andy era simplemente un sueño estar alejado de sus adinerados padres y divertirse sin escuchar luego quejas, para Edward era igual, pero él era una persona alejada de la vida nocturna. Le agradaba quedarse en casa leyendo un buen libro o repasando una materia, en cambio Andy era el primero que se alistaba para ir a una fiesta o un bar.

Edward peinó hacia atrás sus rizos oscuros con sus dedos mientras se colocaba los lentes de sol para luego alisar las arrugas de su camiseta Polo Ralph Lauren blanca. Andy dejó su equipaje en el maletero y se sentó en el asiento del copiloto, abrochándose el cinturón. Andy Samuels estaba un poco más informal que Edward, una camiseta con el logo de Rolling Stone y blue jeans con zapatos converse. Se recostó en el asiento y cerró los ojos, fatigado. Edward levantó una ceja hacia él.

- No te ves muy emocionado.

- Se me fue la emoción cuando me llamaste cinco veces - contestó el rubio, que giró a ver a su compañero con cara de pocos amigos.

- Yo mismo te advertí que te despertaría a una hora considerable – Edward le recordó mientras giraba el volante.

- ¿A las seis de la mañana, un sábado, es una hora considerable? - preguntó Andy con burla en su voz.

- Hay que ser precavidos – el rizado respondió.

- Tú y tus prevenciones, Styles - contestó Andy con un poco de molestia, frotándose los ojos y dando un sonoro bostezo.

- No puedes enojarte conmigo.

- ¿Y por qué no lo haría?

- Porque traje unas deliciosas rosquillas glaseadas y chocolate caliente

- Te quiero, hermano – Andy respondió de inmediato y volteó hacia el asiento trasero para ver una caja de rosquillas y en el suelo, un portavasos de cartón con dos llenos de chocolate caliente.

Andy y Edward compartían el gusto de las rosquillas y chocolate caliente por la mañana como desayuno.

Luego de unas horas llegaron a Boston, al aeropuerto internacional Logan. Presentaron sus boletos que ya estaban reservados. Luego se pasearon un poco por la terminal, viendo las diferentes tiendas. Edward vio una biblioteca y de inmediato entró, por en cambio, Andy fue a comprar otra rosquilla. Edward se paseó entre los estantes de libros, y decidió comprar la Ley de Derechos Civiles de 1964, alegando que era uno de los que le faltaba. Salió de la biblioteca, buscando con la mirada a su amigo. Lo vio a lo lejos, comiendo una rosquilla y hablando con una atractiva rubia. Edward rodó los ojos y suspiró:

- Otra que cayó en su juego - se dijo para sí.

Edward se sentó en una de las mesas ahí cerca. Le encontraba extraordinaria la habilidad de Andy de coquetear con el sexo opuesto y de cómo ellas caían rendidas a sus encantos. El admitía no tener esos encantos o de no usarlos como se debe. No era muy popular, nunca lo fue. Aunque su padre dirige una empresa y gana mucho dinero, Edward no era afamado. Era conocido, y sigue siendo conocido como el "Nerd", el "Come Libros, "Sabelotodo". El típico estudiante organizado y con altas notificaciones, siempre al tanto de todo lo relacionado con la universidad. No practicaba deportes, siempre dijo que era una pérdida de tiempo. No le gustaba el alcohol, y no tenía muchos amigos. La excepción es Andy Samuels, su mejor amigo desde que entró a Harvard. No iba a fiestas, solo por el simple hecho de no relacionarse mucho con su clase, y de que una vez que fue con Andy no le fue muy bien. Se reunía dos veces a la semana con un grupo de estudiantes aplicados como él para repasar varios puntos de las clases, pero siempre era relación estudiante a estudiante. Era el alumno que quería todo profesor: Atento, Disciplinado, Educado, Estudioso y buen lector. Aunque también era Inocente en muchos ámbitos, Fiel, Razonable, Amable y sincero. Pero Edward Christopher Styles se consideraba una persona aburrida, muy aburrida. Andy siempre dice que él tiene un gran potencial pero que no lo ha aprovechado al máximo y que tiene a un chico extrovertido dentro de él, pero Edward solo lo considera una teoría poco probable.

Andy terminó de hablar con la rubia y vio a su amigo en una de las mesas. Se sentó junto a él con una sonrisa torpe en el rostro.

- Es muy atractiva - Edward admitió viendo por donde se fue la chica.

- ¿Atractiva? Está muy buena, Styles - contestó y giró hacia ella-. Tiene un gran trasero.

- Creo que hay otras cosas más atractivas en la mujer que un gran trasero. Los ojos, el cabello...

- No comiences ahora, Edward. Vaya, ¿Le echaste el ojo? - preguntó Andy como si no pudiera creerlo.

- Es muy atractiva, pero...

- ¡Ajá! – dijo Andy y dio un golpe en la mesa, animado-.Te atrapé, Styles. Te enamoraste de la rubia con gran trasero.

- Cállate Andy – Edward suplicó y volteó para ver si alguien los miraba-. Y no digas esas cosas en voz alta.

- Edward, eso es tan normal como hablar de sexo.

- ¿Sexo? No es normal hablar de sexo - refutó con una mueca-.Es normal hablar de libros, de política, de...

- Temas aburridos - Andy blanqueó los ojos-. De acuerdo, de sexo no, pero de chicas sí.

- Por fin dices algo congruente.

- Aun así soy tu amigo.

- Mi amigo incoherente que se la pasa coqueteando con chicas y va a fiestas los fines de semana y apenas estudia, todo lo opuesto a mí, pero eres mi amigo.

- Estudiamos leyes, no soy tan opuesto a ti - le recordó Andy.

- Eso es cierto.

Dos horas después estaban abordando el avión. Afortunadamente compartieron el asiento. Edward sacó entonces de su bolsa el libro que había comprado y comenzó a quitarle la envoltura de plástico. Andy lo miró con una mueca.

- ¿Un libro?

- Para el viaje, son ocho horas.

- Styles, ya tendrás mucho tiempo para leer libros – Andy le recordó e intentó arrebatárselo pero Edward alejó el objeto de él.

- No, Andy. Es una manera de entretenerme.

- ¿Entretenimiento? ¿Eso? - preguntó Andy y señaló el libro con burla -. Entretenimiento es la película que pasarán por el televisor del avión, te recomiendo que la veas.

- Cuando termine el libro - contestó Edward y comenzó a leer.

Andy negó en modo de decepción.

- Cuando lleguemos a Londres, te quitaré todos los libros y te llevaré a salir.

- Todos menos mis libros y mis apuntes- respondió Edward levantando la mirada por encima del libro-. Y creo que será agradable conocer los museos y bibliotecas británicas...

- No, a salir de verdad – Andy insistió y le señaló en modo de advertencia-. Ya lo sabes.

- Déjame disfrutar los últimos minutos en suelo americano antes de que tu influencia acabe conmigo.

- Serás un hombre nuevo, Edward- Andy le susurró con autosuficiencia.

- Sí, claro - respondió Edward con ironía.

Se colocaron los cinturones de seguridad. Andy se arropó con la manta y esperaba impaciente para despegar. Edward solo le prestaba atención a su libro. Cuando estaban ya en el aire, Andy se quedó dormido a los diez minutos de haber comenzado el filme. Edward rió por lo bajo y giró a su izquierda para ver por la ventanilla. La vista era tan clara y hermosa, las nubes tan esponjosas, los rayos del sol eran espectaculares y abajo se podía ver un poco la superficie terrestre.

- Londres, aquí voy - se musitó a sí mismo.

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Hola coca-cola! Chicas les gusto el capítulo? Que les parece Edward? espero sus coments, son importantes para mi :) Kisses! 


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