El Hombre en el espejo

10.4K 402 22
                                    

Los estudiantes de leyes arribaron al hotel en el centro de Londres cuando vieron a un grupo de chicas gritar hacia el inmenso edificio. Algunas tenían pancartas y cantaban canciones.

- ¿Qué rayos está pasando aquí? - exigió saber Andy, desconcertado, con las valijas en la mano.

- La fama nos persigue – Edward respondió, bromeando.

- No que está pasando. Solo sé que quiero dormir - respondió Andy entre dientes. No había algo peor que no dejar dormir al rubio, se ponía de muy mal humor.

Su habitación doble estaba reservada en el piso 11. Subieron las maletas con ayuda de un botones y Edward le dio propina como muestra de agradecimiento. Abrieron la habitación con la tarjeta que les dieron, empujando la puerta blanca. Una linda habitación acogedora con una alfombra beige que cubría todo el suelo, un baño, un closet situado al lado del sanitario, un escritorio con una silla al lado del televisor pantalla plana y dos camas individuales separadas con una mesita de noche. Andy Samuels no se molestó en rodar la maleta hacia un sitio que no estorbarse. Caminó hasta una de las camas y se dejó caer en el colchón.

- Por fin, paz.

Edward lanzó una risita por su comentario. Colocó la maleta de su amigo al lado de su cama y luego comenzó a sacar el contenido de su maleta, guindando la ropa por color. No trajo demasiada ya que planeaba comprar. Al finalizar, se recostó en su cama dando un respiro de alivio.

- Qué bien se siente- Edward suspiró, cerrando los ojos.

- Ahora sí, amigo, te esconderé tus libros.

- Ya veremos, Andy.

- ¿No me crees capaz?

- No.

- Ya verás, Styles, ya verás. No me atrevo a esconderlos ahora por que estoy muy cansado. Pero no bajes la guardia, tigre – Andy le dedicó una mirada mientras se quitaba los zapatos de un solo tirón. Ninguno de los dos se molestó en ponerse el pijama. Estaban muy agotados.

Harry abría sus ojos lentamente, frotándose los ojos para luego estirar los brazos. Que cómodo se sentía y quería quedarse así por siempre, pero un gruñido en su estómago le indicó que debía comer. Bufó. Se sentó en la suave cama poniendo los pies en el suelo. La alfombra le hacía cosquillas en los pies. Volvió a estirarse y sacudió sus rulos. Perezosamente salió de la cama y caminó arrastrando los pies hacia el baño. Se vio en el espejo. Tenía el pecho descubierto y pantalón de pijama, mostrando todos sus tatuajes. Decidió entonces darse una ducha rápida y bajar a desayunar en la recepción del hotel.

Edward se había adelantado y fue a comprar chocolate caliente en una tienda que había allí cerca. Vestía una camisa de mangas hasta el antebrazo negra, con pantalones versase blanco. Tenía puestos sus lentes de sol y caminaba de vuelta al hotel con dos vasos llenos de delicioso chocolate. Se dio cuenta además que en el camino varias chicas le miraban, la mayoría se sonrojaban al verlo, lo que le pareció extraño.

- Creo que me está empezando a gustar este lugar - Edward musitó a si mismo, esbozando una sonrisa.

Harry acabada de desayunar tres waffles con mermelada y jugo de naranja en el comedor del hotel junto con Niall, Liam, Paddy y Basil. Al terminar, subió a su habitación a cambiarse porque quería ir a la piscina climatizada y distraerse un poco. Todavía no superaba que alguien igual a él existía. Aunque repetidas veces se decía que era el cansancio a él le pareció real. Ambo chicos caminaban en dirección hacia el ascensor, cada quien en sus pensamientos. Harry entró primero y cuando estaba a punto de pisar el botón, Edward lo detuvo:

The Styles Twins Donde viven las historias. Descúbrelo ahora