Pequeño Accidente

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 Niall se hallaba en su camioneta, divisando un puesto de comida que a Harry le agradara. Vio el local de Subway y se detuvo. Pidió cinco sándwiches para llevar y cinco sodas, cada uno con lo que pensó que les gustaría a los chicos. Cuando le dieron la orden, la cajera le pidió una foto y con gusto le concedió su deseo. Al salir, se montó rápidamente en su camioneta. Dejó la orden en el asiento del copiloto y las sodas en el piso del auto, se abrochó el cinturón, metió la llave y la giró. Extrañamente el auto no quería encender. Volvió a probar, nada.

- Vamos, preciosa, ahora no - rogó Niall que comenzaba a sudar de los nervios.

Volvió a girar la llave, nada, otra vez, nada. "Maldita sea" pensó él. Miró alrededor a ver si había fans, no. Tenía que apresurarse. Volvió a girar la llave, nada.

- ¡Arranca! - ordenó y pisó el acelerador sin pensar.

El auto por fin reaccionó y repentinamente, avanzó un poco pero se detuvo ya que Niall pisó el freno justo a tiempo. Escuchó un golpe en su capó y luego quejido. Niall levantó la mirada hacia el parabrisas, con su rostro más pálido que nunca y sus mejillas rojas de la vergüenza.

- Oh no, maté a alguien – exclamó con horror.

Descubrió que la velocidad estaba en 2, viendo que ese fue el motivo por el cual el auto arrancó de improvisto y la cambio a neutro. Bajó del auto lo más rápido que pudo y vio, tirada en el asfalto frente al auto, a una chica de cabellos ondulados largo hasta la cintura. Vestía un blue jean y un abrigo militar. Su mirada era de dolor, y al levantar sus manos de ellas escurría sangre.

- Mierda - masculló con desconcierto.

Corrió hacia ella y se agachó para ayudarla a erguirse.

- Oh Dios, lo lamento, de verdad lo lamento por favor. No era mi intención lastimarte de verdad, lo lamento por favor...

- Agh – La chica exclamó en un gruñido lastimoso-. ¿Puedes fijarte antes de arrancar? Auch, mis manos

La chica gimió de dolor y miró las palmas de sus extremidades. Estaban raspadas con pequeños cortes del duro asfalto y desprendía sangre.

- Oh por Dios – Niall exclamó, avergonzado-. Lo lamento, ven, te llevaré al hospital.

- ¿Qué? – Ella balbuceó. El rubio, aunque estaba alarmado por el accidente, pudo notar que ella tenía unos lindos ojos color chocolate y una mirada tierna.

- Si, ven, al hospital, estás herida – Él insistió. La ayudó a levantarse con cuidado.

Se apresuró a abrir el asiento del copiloto, dejando los sándwiches y las bebidas atrás. Ayudó a montarse a la desconocida que casi atropella y ella sollozaba por el dolor. Niall se sentía tan desgraciadamente culpable. Se montó con rapidez al auto y arrancó hacia el hospital más cercano. Niall se bajó primero y ayudó a bajar a la chica. Él la guio hasta la entrada de la fría y blanca sala de emergencias, buscando un enfermero. Los atendió una señorita de cabellos rojizos y se encargó de la situación. Niall se llevó las manos a la cabeza, casi jalándose los cabellos por lo que hizo. Dios, esto no estaba nada bien, le dañaría la reputación si la prensa llegara a enterarse, pero le importaba mucho más que la chica estuviera bien. Notó además que su antebrazo derecho tenía gotitas de sangre que bajaban en una línea hasta su muñeca, ya que la chica lo había tocado y fue al baño a lavarse. Al salir, se sentó en el primer asiento en la sala de espera, con los brazos apoyados en las rodillas y con las manos en la boca. Estaba rojo de los nervios y se lamentaba continuamente por haberla casi atropellado. Se sentía condenado.

The Styles Twins Donde viven las historias. Descúbrelo ahora