Otra Página del Capítulo

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6 meses. Wow, el tiempo habían transcurrido en un abrir y cerrar de ojos. El quinteto británico ya estaba casi al final de su tercera gira "Where We Are Tour" en donde habían tocado en estadios del mundo entero. Todo parecía ir a la normalidad. Los chicos ya habían finalizado su cuarto álbum y esperaban con ansias que todos lo escuchasen. Edward Styles y Andy Samuels fueron transferidos a la Universidad de Cambridge, lográndose adaptar con sorprendente rapidez. Lo que aún le parecía extraño era que varias chicas se le acercaran por un autógrafo o fotografía, o que le grabaran estando en la biblioteca o mientras se compraba un helado. Se convirtió en el chico más popular del campus e incrementó el aumento de estudiantes femeninos ese año. Aunque muchas trataban de llamar su atención o de tener una amistad con él para tener más acercamiento a la banda, Edward supo manejar bien estas situaciones y diferenciar la amistad con el interés, algo en lo que Andy siempre solía aconsejarle. Su relación con Emma Russell había crecido, alegándose ser el hombre más enamorado de todos.

Pero sin duda una de las diversiones de los hermanos era salir juntos usando ropas similares, lo que causaba confusión en el ambiente y esto los hacía reír.

En cuanto al tema de la prensa, Edward supo mediarlo con bastante madurez gracias a su familia y hermano mayor, que siempre le daba tips para no perder la paciencia.

Un día en el que Edward se paseó un poco por las tiendas del campus haciendo las compras, fue sorprendido por una pequeña que se acercó a él con una libreta y un bolígrafo, pidiéndole un autógrafo. Edward sonrió por la inocencia de la pequeña, se agachó a su altura y le explicó amablemente que él no era Harry Styles.

- Lo sé. Yo no estoy buscando a Harry, solo quiero un autógrafo tuyo.

Impactado y maravillado al mismo tiempo, cogió el bolígrafo y garabateó con nervios su firma.

- Algún día quiero ser una abogada como tú – dijo la niña y se alejó con una sonrisa.

***

En el descanso de la gira antes de comenzar con la otra parte del tour, los mellizos Styles partieron hacia suelo estadounidense para que Edward buscase el resto de sus cosas. Logró entrar a su antigua casa, una mansión en un barrio respetable por que todavía conservaba las llaves y por que Desmond Styles no había cambiado la cerradura. De acuerdo a su reloj, su padre debería estar en el trabajo y regresaría en dos horas y media. Paul Higgins accedió a acompañarlos, quedándose en la sala de estar mientras vigilaba. Harry envolvía en papel espuma varios trofeos que su hermano menor se había ganado en la primaria y secundaria, todos correspondientes a las artes de las letras y la literatura, colocándolos en una amplia caja.

- Diablos, Edward ¿Alguna vez que le habías dado la oportunidad a otro niño de ganar, por lo menos?

- Los jueces eran los que decidían, Harry, además las pruebas que se realizaban en los concursos eran de un nivel avanzado por lo que pocos podían optar por el premio.

- No me sorprendes que hayas acabado en Harvard – Harry comentó -. Con todos estos trofeos y títulos era de esperarse. A mamá le agradará tener trofeos en casa.

- ¿Nunca has ganado reconocimientos en la escuela?

- Eh, pues si pero no de este tipo- Harry explicó un poco apenado -. Era más que todo en materia musical o festivales de talentos y algunas medallas en deporte. Ni siquiera Gemma, la inteligente de la casa, ha ganado más de tres trofeos en deletreo o poesía.

Edward lanzó una risita mientras volvía con su tarea. Revisó las carpetas, guardó los libros, se deshizo de varios adornos de su escritorio y solo conservó aquellos que los consideraba especial para él hasta que sus ojos se encontraron con una vieja foto, donde un niño sonriente junto a un hombre de traje posaba juntos en un patio de recreo. El niño mostraba con orgullo lo que parecía ser un trofeo de primer lugar en concurso de poesía.

The Styles Twins Donde viven las historias. Descúbrelo ahora