Edward se instaló en la habitación de invitados mientras que Harry se estableció en la suya. Se habían ido a la cama alrededor de las tres de la mañana luego de hablar todos juntos como la familia que eran. El padrastro de Harry y esposo de Anne, Robin Twist, llegaría ese día luego de un viaje a Londres por asuntos de trabajo.
Harry abrió sus pesados párpados y contempló la ventana. Hacía un clima agradable afuera, pero con su estado de ánimo prefirió quedarse. Se dio la vuelta bajo las sábanas, pensativo, mirando hacia la puerta entreabierta hasta que vio pasar a su hermano, que tenía una sudadera y mono gris. Harry entonces se dio cuenta que lo de ayer no fue una pesadilla sino la realidad. Se sentó en la cama, frotándose los ojos con pereza. Caminó hasta salir de su habitación. Se detuvo en medio del pasillo, observando las habitaciones para descubrir donde se había metido Edward. El cuarto de su madre ubicado al fondo del pasillo podía oírse las voces de la televisión. Se acercó con pasos lentos y sigilosos, empujó la puerta con la punta de sus dedos y asomó la cabeza. Anne se hallaba acostada en la cama, Gemma apoyaba su cabeza en su hombro mientras el suave enredón las envolvía hasta la cintura. Edward observaba el noticiero matutino sentado en un sillón al lado izquierdo de la cama. Harry notó por las ojeras de su madre que no pudo dormir bien. Edward desvió su atención de la pantalla al notar como su gemelo le miraba atentamente.
- Oh, hola Harry- saludó con modestia.
Anne y Gemma voltearon a verlo y le dedicaron una mueca de afecto. Harry miró a su mellizo brevemente y entró al cuarto. Anne palmeó el espacio libre que estaba junto a ella para que Harry tomara su lugar. Aceptó la oferta con gusto, acurrucándose a su lado.
Edward contempló a su nueva familia y sintió que estaba interrumpiendo. Era una reacción propiamente natural luego de enterarse hace unas horas que siempre tuvo una familia del otro lado del océano. Anne sonrió soñolienta hacia su hijo.
- Ven, cariño, hay más espacio aquí.
Edward fingió una sonrisa y con lentitud se acercó a ella, sin dejar de ser vigilado por Harry. Cuando los cuatro estaban juntos, sintieron un poco de incomodidad en la atmósfera. Solo se oía las voces de los periodistas hablar sobre el clima.
Para Harry, aunque Edward era su hermano, todavía no se acostumbraba a su presencia, a tener a alguien casi igual a él en la casa no era parte de su rutina. Decidió entonces levantarse con el pretexto de ir a desayunar. Edward decidió seguirle.
- Hay tostadas y huevos ya servidos- les informó su madre.
- De acuerdo- dijeron ambos al mismo tiempo.
Mientras se retiraban de la habitación, ambos gemelos sacudieron sus rizos y se pasaron una mano por el cabello. Madre e hija se miraron las caras con asombro y maravilla.
- Esto es raro. Jamás creí que tendría hermanos gemelos.
- Tú siempre lo supiste, cariño - contestó Anne, jugando con uno de los mechones rubios del cabello de su hija.
- Todavía no comprendo porque le ocultamos eso - meditó Gemma en un suspiro.
- Porque al saber que alguna vez tuvo un gemelo y que "murió", pudo haberle lastimado y sabes lo sensible que es Harry.
- ¿Crees que se lleven bien?
- Eso espero - susurró esperanzada-. Harry siempre quiso un hermano y ahora que lo tiene creo que se llevará bien con él.
- Increíble. Gemelos. Si con uno es insoportable, con dos será el doble - bromeó la rubia.
Ambos hermanos se hallaban en la cocina sirviéndose el desayuno. Se miraban de reojo a sus espaldas, vigilando el movimiento del otro en silencio. Ambos desconfiaban entre sí, pues habían comenzado con el pie izquierdo y asimilar el hecho de que eran parientes. Harry sacó la vajilla de la alacena y el jugo de manzana del frigorífico, mientras Edward sacaba los cubiertos al descubrir donde se hallaban guardados. Ambos sirvieron su propio plato en la mesa alta de granito y se sentaron uno frente al otro en los taburetes.
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The Styles Twins
Fiksi PenggemarÉl es normal. Él es famoso. Él pensaba que su vida era aburrida. Él pensaba que su vida era perfecta. Ninguno de los dos pensaba que todo iba a cambiar.