Capítulo 23

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Las dos semanas siguientes fueron las peores de mi incipiente vida con Justin Bieber. Él se levantaba más temprano de lo usual; cuando yo despertaba para ir a clases, él ya se había marchado. Por las noches dormíamos dándonos la espalda y ya no conversábamos como antes. No hacíamos el amor, nuestra relación se rompía día con día, marchitando la posibilidad de seguir adelante con ese matrimonio. Su distante actitud me dolía, más aún cuando era yo quien debía ser la perpetradora.
Mi experiencia en la Universidad se hizo cada día más agradable. Estaba conociendo más a Fer y eso me agradaba. Nos estábamos volviendo inseparables, tan buenas amigas que ella comenzaba a intuir que algo malo me estaba sucediendo. Yo no estaba preparada para hablar de mi vida con nadie, ni siquiera con ella, por lo que me era un poco incómodo tocar temas personales. Lucas y Marina se habían unido mucho más a nosotras, tanto que Lucas comenzó a llevarme al Escala. Era un alivio no tener que molestar a Tyler para que fuera a recogerme.
Cuando Justin veía a Lucas se ponía furioso. De hecho, la noche en que él me obsequió una rosa discutimos a causa de sus ridículos celos. ¡Yo era la que debía estar celosa, no él! ¡Maldición!
—¡___! —me llamó Fer, quien estaba sentada frente a mí en la Biblioteca. Nos habíamos quedado un poco más tarde para hacer un trabajo—. Estás muy distraída últimamente... —dudó—. ¿Estás segura de que todo está bien?
Nada estaba bien, pero no me sentía preparada para afrontar las cosas verbalmente. Mucho menos quería incomodar a Fer con mis problemas, para que ella entendiera lo que me sucedía, tenía que prácticamente contarle toda mi vida.
—Todo está bien, Fer, solo tengo algunas cosas en la cabeza.
—¿Sabes que puedes contar conmigo, cierto? —Ella removió su lápiz y me miró—. Puede ser que llevemos poco tiempo conociéndonos, pero... te he tomado mucho cariño. —Sonrió—. Eres fácil de querer, ___.
—Gracias, Fer, realmente lo aprecio mucho —sonreí también.
Pronto terminamos nuestro trabajo y nos fuimos a cenar. Jamás había usado la tarjeta que me había regalado Justin, ya que no quería depender de él en ninguna situación, pero Fer se había portado tan bien conmigo que quería ser yo quien la invitara de una vez por todas. Estábamos examinando el menú cuando mi celular comenzó a vibrar en mi bolsillo. Tuve un mal presentimiento de inmediato. Cuando lo alcé, vi el nombre de Tyler en la pantalla.
—Hola Tyler, ¿qué pasa?
—Señora Bieber, ¿dónde está?
—Estoy cenando con Fer —respondí amablemente—. ¿Algún problema?
—Es urgente que venga a la clínica, el señor Bieber fue víctima de un violento asalto. En este momento lo están atendiendo en el Hospital.
Sentí mi respiración cortarse de golpe y mi corazón detenerse sin piedad.
—¡JUSTIN!  


¿Matrimonio falso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora