Capítulo 27

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Sus ojos se ampliaron por la sorpresa que le causaron mis palabras. Dio un paso adelante e instintivamente yo retrocedí; él respiró hondo y soltó todo el aire que había retenido, luego se sentó despacio y se aferró a los brazos de la silla de cuero. Sus ojos vagaban por la habitación en busca de algo... ¿De qué?, me pregunté. Parecía desesperado.

No me esperaba eso de su parte: sus ojosparecían perdidos, incluso... ¿dolidos? Su reacción hizo que mi corazón terminara de romperse, no me gustaba verlo como un niño asustado y abandonado; las ganas de ir hasta él y abrazarlo fueron enormes, pero me detuve. Me había costado demasiado tomar esa decisión: Fer tenía razón, yo necesitaba tiempo para mí, debía ser mi prioridad por una vez en la vida.
Justin suspiró y se pasó las manos por el rebelde cabello cobrizo, mientras respiraba rápidamente. Mi garganta se retorció en un nudo e imité sus respiros para no quebrarme y comenzar a llorar antes de hablar.
—¿Vas a dejarme? —preguntó con la voz entrecortada.
—Necesito tiempo para mí, Justin —respondí, intentando que mi voz sonara segura pero no demasiado dura.
—No entiendo nada, ______... —reparó él—. ¿Qué pasó? Estábamos bien.
—¿Estábamos bien? —Me dolió escuchar eso—. ¿Realmente piensas que estábamos bien? —respondí con mucha ira contenida. Yo también había pensado que estábamos bien hasta que me había dado cuenta de que todo aquello no era suficiente para mí. Yo estaba enamorada de él y quería que él también me quisiera de la misma forma—. No estamos bien, Justin. No sé nada de ti, si piensas que tener sexo y nada más es estar bien, entonces... tienes razón, estábamos muy bien.
—Sabes de mí más de lo que cualquiera sabe.
—Tú me pediste que intentáramos tener una relación de verdad —sentencié—. No soy experta en esas cosas, pero estoy segura de que una relación es más que solo unas cuantas palabras y dormir juntos toda la noche.
—Yo tampoco soy un experto —se defendió él con una mirada oscura—. ¿Qué quieres de mí, ____? Dime... hablemos.
—Confianza, quiero que confíes en mí, que me hables de ti, que me conozcas también... —confesé—. Cada vez que pregunto por ti me niegas la respuesta, quiero saber quién eres en realidad.
—No es fácil para mí, ______ —dijo, volviendo a erguirse sobre la silla—. Hablar de mi pasado... no es fácil.
—Para mí tampoco lo fue y te lo conté todo, confié ciegamente en ti. —Él se quedó mudo y mirando a todos lados menos a mis ojos—. Te vi con ella —solté por fin, llamando su atención.
—¿Con quién?
—Con Selena, en el restaurante... —quise llorar—. Se estaban besando... —Se llevó la mano a la cabeza, casi desesperado—. Puedo explicártelo, eso no...
—Ya no importa —lo interrumpí—. El hecho es... que necesito ser mi prioridad en la vida, siempre he estado reprimida y he pensado en los demás antes que en mí. No me arrepiento, amo a mi hermano, pero esta vez necesito pensar en mi propia vida, en lo que yo necesito y en lo que yo quiero.
Terminé de hablar, preguntándome si era realmente eso lo que quería.
—Tienes toda la razón, estoy de acuerdo con todo lo que dijiste... —replicó Justi—. Pero... me preocupo, ¿a dónde irás? No me imagino esta casa sin ti, _____.
—Me quedaré con Fer. Quería pedirte que cuidaras a Teddy mientras busco un lugar en donde podamos quedarnos.
—Teddy puede quedarse el tiempo que sea necesario, es mi hijo... y como te dije, así nos separemos seguiré velando por él.
—Está bien —cedí—. Puedes llamarme cuando todo esté listo para firmar el divorcio.
—Espera —dijo antes de que pudiera escapar de su oficina—. Démonos un tiempo, _____...
Fruncí el ceño sin comprender; él pasó sus manos por su cabello en un gesto nervioso. —No hablemos de divorcio todavía... —se atoró con sus propias palabras—. Entiendo que necesites tiempo para ti y puedo concedértelo, pero... esperemos un poco antes de firmarlo, no sabemos qué cosas pueden suceder mientras estemos separados.
Me quedé mirando sus intensos ojos grises, los cuales resplandecías como siempre en esa oscura belleza sin precedentes. Respiré hondo y me mordí el labio, si decía que sí... la esperanza de poder estar juntos crecería como la espuma y estaba segura de que no podría soportar otro fracaso en mi vida. Además, la sombra de Selena me consumiría lentamente y me convertiría en una mujer celosa y posesiva. Sin embargo, tampoco podía soportar la idea de perderlo para siempre y de que existiera la posibilidad de que otra mujer entrara en su vida. Solo de pensarlo sentía que me destrozaba por dentro. No importaba la decisión que tomara, mi corazón seguía estando en juego, así que decidí aferrarme a la esperanza.
Luego de esa triste y densa conversación, Justin me llevó hasta el departamento en completo silencio, para poder recoger mis cosas. Intenté devolverle el teléfono, pero fue imposible, amenazó con volverlo a botar como lo hizo cuando me dio el primero. Finalmente, decidí tomarlo como un préstamo, ya vería la forma de devolverlo. Sabía, además, que esa situación sería difícil para Teddy... pero estaba segura que él lo entendería, tenía una madurez asombrosa y también quería mi felicidad. Él no quería ser una carga para mí y Justin era un buen padre, después de todo.
Justin se quedó en la puerta de mi habitación: la habitación en donde estaban mis cosas pero donde no dormía en realidad. Aquel era otro paradigma que no podía comprender sobre él: me dejaba dormir en su cuarto, pero no mudarme completamente a él. Era como si me dejara entrar en su vida, pero no instalarme al cien por ciento. Me sentí mal por eso, debía admitir que yo lo quería todo de él, las migajas de su amor no eran suficientes para mí... estaba ávida de él.
—Llévate toda la ropa, _______-—me riñó rencoroso.
—¿Dónde crees que voy a usar todos esos vestidos? —dije con poco humor—. Además no me gusta usar tacones, me llevaré la ropa más sencilla... solo porque botaste mi ropa.
Aunque dije eso, sabía que nada de lo que había dentro de ese closet era sencillo. Ser sencilla no era una característica presumible de la esposa de Justin Bieber.
Él suspiró. —Compré esa ropa para ti —objetó—. ¿Qué crees que haré con todo eso?
—Regálalo, bótalo, quémalo, no sé, ponte creativo —respondí hostilmente. Estaba cansada de tanta discusión, solo quería recoger mis cosas, que Teddy llegara para hablar con él e irme de ese condenado lugar.
—Le diré a Hailey que te venga a ayudar... —resolvió él, dándose la vuelta y yendo hacia la cocina—. Avísame cuando estés lista, te llevare a casa de la Señorita Kavanagh.
No me molesté en discutir, sabía que Justin no aceptaría un no por respuesta y quería hacer eso tan fácil como pudiera, aunque no lo fuera en absoluto. Lo único que me tranquilizaría en ese momento era llegar al apartamento y echarme a llorar como una niña pequeña por el dolor de la perdida, tal y como muchas veces lo había hecho por mi madre y por mi padre.
Una vez que terminamos de recoger todo, le agradecí a Hailey por su ayuda y le sonreí tristemente. Ella me envolvió en un gran abrazo casi maternal y me deseó suerte. Iba a extrañarla, habíamos congeniado mucho durante el poco tiempo que nos habíamos conocido.
La conversación con Teddy fue tan difícil como imaginé que sería. Él entendía el porqué de mis ganas de irme, pero no quería separarse de mí, tampoco yo de él, aunque todo sería temporal, hasta el momento en que pudiera establecerme independientemente, la separación no dejaba de ser dolorosa. Suspiré para alejar un pensamiento que se me había instalado en la mente y temía que no me dejara en paz, había luchado tanto por estar con Teddy que me parecía injusto dejarlo, pero tal vez estábamos pagando el precio de una vida llena de malas decisiones y la separación tarde o temprano sería inminente.
No quería que Teddy estuviera triste o que culpara a Justin por mi huida. No era con él con quién mi esposo se había portado mal, sino conmigo... y así debía verlo Teddy sin rencores, sin malos entendidos. Él no podía perderse la oportunidad de tener un buen padre por mi culpa, eso era demasiado injusto. Debía dejarme ir y aceptar la separación como algo saludable para ambos. Quizás, después de todo lo que habíamos vivido, aunque sea por unos momentos necesitábamos pensar en nosotros como personas independientes. Teddy debía entender que no era responsable de mi felicidad ni tampoco de mi infelicidad y debía darse la oportunidad de convivir con una buena familia que estaría también para él.
Además, Teddy y Justin estaban comenzando a llevarse realmente bien y no quería que eso retrocediera por causa mía. Aunque me doliera pensarlo, Justin era lo que Teddy necesitaba, no yo. Conmigo él siempre se sentiría culpable y yo solo quería que tuviera una vida feliz, sin preocupaciones ni cargas.
Justin estacionó frente a la casa de Fer y apagó el motor con cizaña. El viaje transcurrió en un incómodo silencio y miradas de reojo. No me atreví a pronunciar palabra y él tampoco dijo nada, por lo que decidimos sin ningún acuerdo que era mejor dejarlo como estaba.
Lo escuché suspirar y luego me miró a los ojos; sus hermosos ojos grises... los mismos que me habían cautivado desde el primer momento en que los había visto y que ahora me suplicaban que no me fuera; respiré hondo, tenía que salir de ese lugar antes de que me convenciera. Yo necesitaba y merecía mucho más de lo que la relación con Justin me ofrecía en ese momento: quería conocerlo y que me quisiera como yo lo quería a él... pero si no se podía era mejor cortarlo de raíz.
—Seguiré pagando tu universidad —sentenció sin mirarme. Yo suspiré, sabía que se venía otra discusión.
—Sabes que no aceptaré eso.
—¿Por qué demonios tienes que ser tan terca? —gruñó endemoniado, harto de reprimir toda la cólera que guardaba dentro—. ¡Por dios, para mí no es nada!
—No creo que sea bueno que me pagues la Universidad si no estamos juntos.
—¿Por qué no puedes tomarlo como una beca o algo así? Al menos como un regalo que te hago con mucho cariño... por lo que tuvimos.
—¿Y a cambio de qué? —respondí mordazmente.
—No me ofendas, _____ —replicó, evidentemente resentido.
Suspiré. —No quiero hacerlo pero no me parece correcto, Justin...
—Quiero ayudarte —se tranquilizó—. ¿Es tan difícil para ti entender eso? Solo quiero ayudarte, no me quites eso, _____, por favor...
—No me parece, pero está bien —accedí para no seguir peleando.
Lo dejaría pagarme la universidad, si eso era lo que quería, pero encontraría alguna forma de devolverle el dinero... aunque sonara descabellado. No quería deberle nada, ya era suficiente la deuda que tendría con él por cuidar de Teddy. Mi concepto de una relación saludable era una en la cual ambas partes ofrecieran lo mismo... y yo no podía compararme económicamente con Justin, aunque en cuanto a sentimiento podía superarlo con creces.
—Gracias —respondió conteniendo la respiración.
Lo miré a los ojos y puse mi mano sobre la manilla de la puerta. —Adiós, Justin.
—No me digas adiós, ____.
Las lágrimas comenzaron a picarme los ojos, pero me negué a dejarlas salir. Había aguantado todo ese tiempo, no me podía quebrar justo al final. Justin se acercó a mí para acariciar mi mejilla con su mano y cerré los ojos, disfrutando de su tacto por última vez. No me había separado de él y ya lo extrañaba; él ahuecó mi cara entre sus manos y me besó la frente.
—Voy a extrañarte, ____. —Me dio un pequeño y casto beso en los labios y se alejó de mí, acomodándose en su asiento y mirando hacia el frente. Todo había terminado. Tomé mi maleta y salí apresurada del auto, para que él no tuviera tiempo de detenerme —si es que pretendía hacerlo—. Tenía que alejarme de él, aunque en el proceso se rompiera mi corazón.  

Capítulo dedicado a : itscarlsbaby Mucho amor, pizza y aguacate. 

NOTA: ¡Hola! bueno, ahora subiré dos capítulos por mes, soy muy perezosa y en pocos días entrare a estudiar, cosa que ahora me va a quitar el doble del tiempo que tengo ahora. La/os quiero mucho. 

¿Matrimonio falso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora