El dolor de haber dejado a Justin era intenso, estaba acabando conmigo. Me repetía una y otra vez que eso era lo mejor que pude haber hecho por mí, que no podía seguir con él de esa forma, mientras me atormentaban las dudas y la incertidumbre de que no me amara, de que quisiera todavía a Selena, de que fuera insignificante para él.
Me repetí eso una y otra y otra vez. ¿Cómo podía hacer entender a mi corazón lo que mi cabeza comprendía perfectamente? Esa situación no era sana para mí, enamorarme de un hombre que no me correspondía no me haría más que sufrir. Había escapado de Marcus para ser feliz, pero seguía sufriendo de una forma más cruel que antes en muchos sentidos.
Conciliar el sueño fue la batalla más dura que tuve que afrontar esa noche. No podía dejar de llorar y de pensar en Justin, me torturaba preguntándome si habría corrido a los brazos de Selena en cuanto se había visto libre de mi o si había regresado a casa solo. ¿Por qué quería retrasar lo del divorcio? ¿Para qué esperar? Debería estar feliz de que sería soltero de nuevo para hacer con su vida lo que quisiera, ya había terminado su buena obra de caridad improvisada.
Me destrozaba pensar que mi hermano y yo solo éramos una obra de caridad con la que él se había encaprichado. Quería pensar que yo le importaba, que me extrañaría después de lo que había sucedido, qué pensaría en mí toda la noche y que derramaría, al menos, una lágrima por mi partida.
Fer intentó animarme en el desayuno, proponiéndome salir a un bar y otras cosas para las que no estaba lista. No se cansaba de repetir que tenía que experimentar lo que una adolescente común hacía en la universidad: ir de fiesta y emborracharme, conseguir un novio de una noche y otras locuras que no me atraían en lo absoluto. Le estaba agradecida por sus ganas de mostrarme el mundo, pero ese era un límite que no pensaba cruzar.
Las dos semanas siguientes fueron realmente difíciles; el recuerdo de Justin era doloroso siempre. Cuando pensaba en lo que habíamos vivido me dolía el corazón, pero no me importaba. Para mí, el solo hecho de haberlo conocido había valido la pena. Mi hermano y yo teníamos un futuro gracias a él... y los recuerdos que tenia de él eran, en su mayoría, grandiosos.
—¡____! —Me llamo Teddy, sacándome de mi ensueño
—¿Qué pasa? —pregunté, tomando un poco de té. Hablaba con mi hermanito todos los días por teléfono y hoy habíamos quedado de reunirnos en una cafetería.
—Estás distraída, tengo rato hablándote.
—Lo lamento... —suspiré—. ¿Está todo bien en la casa?
—Sí, te acabo de decir que sí —bufó él, con aquella voz infantil que extrañaba demasiado.
—¿Cómo está Olive?
—Ya me preguntaste por ella... te dije que estaba bien.
—¿Y... sus... papás?
—¡Ya preguntaste por todos! —dijo un poco exasperado, después gruñó—. ¿Por qué no me haces la pregunta que quieres hacerme?
¡Mierda! ¿Por qué tenía que ser Teddy tan maduro? ¿Por qué no podía comportarse como un niño tranquilo que disfrutaba un momento ameno con su hermana? No podía culparlo de todas formas, la vida lo había obligado a crecer antes que al resto de los niños de su edad.
—Lo lamento... —me disculpé de corazón—. Debería estar recuperando el tiempo que hemos perdido y, sin embargo, aquí estoy... metida en mis pensamientos y hecha todo un lío.
—No te disculpes, ____, todo está bien. Hemos salido de lo de Marcus y ahora tú tienes derecho a hacer tu vida.
¡Mi hermoso y maduro niño!
—Ahora sí, vamos... hazme esa pregunta que tanto deseas —continuó con una gran sonrisa.
Mi hermoso, maduro y malvado niño. Él no iba a descansar hasta que yo lo admitiera, y tenía toda la razón: quería saber de Justin. ¿Cómo estaba? ¿Qué había hecho? ¿Cómo había seguido con su vida después de mí?
De alguna manera, no quería saber las respuestas, me daba demasiado miedo escuchar que todo estaba bien o, incluso, mejor que conmigo allá. ¿Qué pasaba si Justin tenía una nueva conquista? No, definitivamente no estaba lista para escuchar esa respuesta.
—¿Cómo esta Justin? —pregunté sin quererlo.
—Bien, trabaja mucho últimamente, aunque siempre busca un espacio para pasar tiempo conmigo. Hemos formado una buena relación, me lleva a conocer lugares y a comer, es un gran hombre, ____ y... él te extraña.
—¿Te lo dijo? —mi voz sonó más entusiasta de lo que me hubiera gustado.
—No hace falta, siempre está con la mirada perdida, pero... a diferencia de ti, él pregunta directamente cómo estas cada vez que hablo contigo.
Mi corazón se aceleró. ¿No había otra mujer entonces? ¡Santa vaca! No pude evitar que una parte de mí bailara de alegría. ¿De verdad me extrañaba? Oh, Dios...
No te emociones mucho, me recordó mi subconsciente, aún había tantas cosas sin resolver entre nosotros que era imposible volver a estar juntos. Él no me amaba de la misma forma en que yo a él... y yo saldría perdiendo tarde o temprano.
Tyler vino a recoger a Teddy más tarde y aproveché para saludarlo y mandarle saludos a Hailey y a Olive, esperaba poderlas ver pronto, las extrañaba. Llegué a la casa para encontrarme con una Fer sumamente emocionada y animada, que comenzó a hablarme de salir hoy a divertirnos.
—Fer, no lo sé... —dudé, no estaba de ánimos para esas cosas. El ver a mi hermano me había dejado susceptible a la soledad.
—¡Vamos, _____... es viernes! Ya Lucas y Marina confirmaron, no puedes abandonarnos —insistió ella.
—Está bien, pero no vayas a pasarte, tú tienes que traernos a salvo —cedí. Sabía que ella no entendería mis razones e insistiría aunque me tuviera que llevar a rastras.
Fer chilló emocionada y me abrazó, luego comenzó a hurgar en su armario y en el mío en busca de algún atuendo para la noche. Rodé los ojos y fui por un vaso de agua, Fer era simplemente imposible, cuando quería algo no descansaba hasta tenerlo.
Me convenció de ponerme uno de los Jean que más ajustados me quedaban, también una blusa algo corta para mi gusto. Protesté con ella, ya que no saldría sin una chaqueta, pero al final accedió y me maquilló. Dejé mi cabello suelto, no quería verme totalmente diferente a la _______ que era en realidad. Ella se veía hermosa con su falda negra y el top que lucía, la clase era una característica innata en ella, no así en mí.
Nos encontramos con Lucas y Marina en el Club; estaba repleto de estudiantes que bebían y movían sus cuerpos al ritmo de la música que el DJ mezclaba. Tomamos una mesa mientras Lucas iba por unas bebidas.
—¡Esto es genial! Poder relajarnos del estrés de la universidad... ya era hora —gritó Fer para que su voz se oyera por encima de la música.
—Lo sé, últimamente hemos estado muy ocupados —respondió Marina animadamente.
Después de unos minutos las dos decidieron inaugurar la pista y buscar alguna pareja aceptable. Cuando Lucas llegó con nuestras bebidas solo quedaba yo. Él me sonrió como siempre y nos quedamos sentados unos minutos conversando de cosas triviales, hasta que la pregunta que no quería escuchar llegó.
—¿Quieres bailar?
No quería, pero tampoco quería rechazarlo, así que acepte en cuanto Fer y Marina volvieron. Fui con él a la pista y traté de imitar sus movimientos, no era buena bailando, ni siquiera sabía mover bien mi cuerpo. Esa situación me recordaba mucho a la noche en que me había casado con Justin, cuando su hermano nos llevó a aquel Bar; recordaba perfectamente el baile, sus manos en mi cuerpo, sus labios en los míos, el recuerdo era tan vívido que por un segundo tuve un escalofrió, como si sintiera sus intensos ojos grises clavados en mí.
—Lo lamento, Lucas... creo que es mejor que regresemos a la mesa —me disculpé. No fui capaz de seguirle el ritmo, no con los recuerdos de Justin tan presentes en mi cabeza.
Él suspiró derrotado. —Está bien, _____... vamos —sonrió.
Juntos caminamos por el mar de gente que bailaba en la pista hasta la mesa que compartíamos, me quede paralizada cuando la divisé. Fer estaba coqueteando... y yo conocía al hombre que estaba seduciendo: allí, a su lado, con una cerveza en la mano y dándole su sonrisa más picara estaba Jaxon Bieber, el hermano de Justin. Pero no fue eso lo que me dejo petrificada, si no la imponente figura su lado.
Sentado y mirándome fijamente, estaba nada menos que Justin Bieber.CAPITULO DEDICADO A: Renata-Silva1 Amor, pizza y
NOTA: Pronto subiré un ¿Trailer? de la novela, espero les guste
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¿Matrimonio falso?
Hayran KurguJustin y _______ son dos personas de mundos totalmente diferentes. Él exitoso empresario, rico y triunfador pero dañado sentimentalmente por un pasado lleno de cicatrices. Ella hermosa y risueña afronta los problemas de la vida con optimismo a pesa...