Capítulo 15

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—No me mires así, Bieber —le dijo Jazmin sin ningún reparo, a pesar de que la mirada de Justin podía helar a cualquiera—. Sé que están recién casados y todo eso, pero quiero compartir un poco más con ___.
—¿No puedes hacerlo otro día? —preguntó Justinn irritado—. Tú misma lo has dicho, estamos recién casados. Quiero estar a solas con mi esposa.
—La tendrás más días, yo en cambio no sé cada cuanto la veré... necesitamos forjar lazos de hermanas.
—Puedes forjarlos otro día.
—Jazmin, creo que Justin tiene razón.
—¡Ah no, mamá! Es solo por una noche, ¡no seas así, Justin! Te advierto que no cambiaré de opinión, si quieres que me vaya tendrá que sacarme Tyler a patadas.
Justin se bebió el resto de su copa de vino, obviamente resignado ante la dolorosa petición de su hermana. Jazmin chilló y aplaudió de alegría al haberse salido con la suya, yo no sabía si reír o molestarme porque acababan de arruinar mi primera noche.
Los Bieber se despidieron después de dos copas más y una amena conversación. Pattie se despidió de mí con un fuerte abrazo y besándome en ambas mejillas, el señor Bieber con un apretón de manos y Jaxon con un rápido abrazo. Tyler bajó con ellos para acompañarlos.
Solo después de que se fueron pude respirar un poco más tranquila. Todo había salido bien, eran una familia estupenda y me había dado mucho gusto conocerlos y sentirme parte de ellos. Justin me besó en la cabeza y Jazmin aplaudió de nuevo, dando pequeños saltitos.
—¡Me encanta verte feliz, Justin!
—Hubiera sido más feliz si nos dejaras a solas.
—¡Qué malo eres! Es solo por hoy... —replicó Jazmin ofendida.
Tyler volvió con la pequeña maleta que Jazmin había empacado, ella le agradeció y la llevó hasta mi habitación, por orden de Justin. Por un momento quedamos solos y él suspiró frustrado.
—Bueno, parece que tendremos que posponer nuestros planes.
—Tu hermana es adorable.
—Es un dolor de cabeza cuando quiere serlo... —dijo tratando de parecer irritado, aunque no lo lograba. Estaba segura de que la adoraba tanto como yo a Teddy—. Sé que se está vengando por no haberle dicho nada sobre la boda.
—¿Lo crees?
—Mi pequeña hermanita puede ser bastante rencorosa.
—Despídete de tu esposa, Justinn —ordenó Jazmin llegando hasta nosotros. Justin rodó los ojos.
—Muy bien, no se desvelen. Hay helado en la nevera por si gustan, y Jazmin... espero que formes los lazos que quieres. —Un toque de sarcasmo adornó su última frase.
Ella le dio una gran y brillante sonrisa como respuesta, provocando que Justin le diera un tierno beso en la frente; luego se acercó a mí para darme un casto beso en los labios. Jazmin tomó mi mano y me llevó hasta la habitación que ocuparíamos, interrumpiendo nuestro abrazo.
Nos cambiamos rápidamente y la pelinegra fue por el helado inmediatamente, cuando regresó traía una serie de galletas y golosinas. Me sentía un poco rara a su lado, no sabía si era correcto reforzar los lazos con Jazmin sabiendo que mi estancia ahí era limitada. Luego me di cuenta de que aunque yo podía irme cuando fuera necesario, Teddy seguiría siendo hijo de Justin Bieber, y eso no me parecía tan malo. Ellos serian la familia adoptiva de mi hermanito y si podía llevar una buena relación con ellos no habría problemas para Teddy, él merecía una familia como esa.
Era extraño para mí sentirme entusiasmada. A pesar de que estaba decepcionada por no pasar la noche con Justin, tener mi primera pijamada me parecía encantador. De hecho, había miles de cosas que no había experimentado en la adolescencia y esa era una, quedarte a dormir y conversar con amigas de cosas triviales.
Jazmin se sentó en la cama y yo la imité, destapó el helado de vainilla tendiéndome una cuchara y tomó un bocado antes de mirarme y brindarme una sonrisa. Le correspondí tomando un poco de helado, el dulce y frío sabor invadió mi boca y sentí un escalofrió cuando bajó por mi garganta. Jazmin soltó una pequeña risita.
—Está bastante frio, amo el helado —comentó despreocupada. No podía creer que teníamos la misma edad, yo parecía tan vieja a su lado.
—Tiene muchas calorías.
—No estoy obsesionada con mi peso, además hago ejercicios —habló tomando otra cucharada—. Lamento haberles arruinado la noche.
Me sonrojé al recordar los planes que teníamos y me pregunté si era mejor de esa forma. Quizás era bueno limitarme hacia algunas cosas para que doliera menos cuando me tuviera que ir. ¿Era correcto que me acostara con él sabiendo que era una mentira? Probablemente no.
—No te preocupes, no teníamos ningún plan en particular... —mentí.
Jazmin soltó una carcajada. —¡Qué mala mentirosa, ____! Bastó con ver la cara de mi hermano cuando le dije que me quedaría; hasta mis padres y Jaxon  se dieron cuenta... —Mi sonrojo creció ante su afirmación—. Aunque no lo creas, no lo hago por vengarme de Justin. —La miré un momento—. Bueno, algo hay de eso, pero no es lo único.
—¿De verdad quieres formar lazos conmigo?
—Sí, ¿sabes? Amo a mis hermanos, pero no fue fácil crecer con ellos solamente, siempre quise una hermana... y ahora que eres la esposa de mi hermano es como si se hubiera vuelto realidad.
Me sentí alagada al saber que me considerara como a una hermana. Yo nunca había tenido más que a mi hermanito, pero Jazmin había sido muy afortunada al ser adoptada por una familia como los Bieber. Me pregunte si Ted y yo hubiéramos corrido con la misma suerte si no hubiera aparecido Marcus.
—Tuviste mucha suerte de ser adoptada por los Bieber.
—Lo sé, son maravillosos, los tres tuvimos mucha suerte. Nunca he tenido curiosidad por mi verdadera familia, me adoptaron cuando solo tenía seis meses... Justin y Jaxon ya estaban con ellos.
Quise preguntar por Justin. ¿A qué edad lo habían adoptado? ¿Qué había pasado con su familia? ¿Lo habían abandonado? Preferí no preguntar nada, ella probablemente pensaba que ya sabía todo acerca de Justin, después de todo era su esposa.
La noche fue bastante divertida, Jazmin me contó sobre sus viajes, haciendo bromas sobre sus hermanos. Me pidió que le hablara de Teddy y accedí gustosa. Sabía que tenía curiosidad por mi pasado, pero se mostró respetuosa en cuanto a ese tema. El resto de la noche transcurrió entre risas y chocolates.
Fui una adolescente por primera vez.
II
—Ya es tarde, señoritas. Levántense...
La voz de Justin nos sobresaltó, despertándonos en seguida. Jazmin se removió a mi lado y se tapó con la sabana para no sentir la Luz del Sol. Justin se acercó a la cama y la destapó sin piedad, ganándose un quejido por parte de ella.
—Vamos, Jazmin... es hora de desayunar.
—No tengo hambre, déjame dormir.
—Por supuesto que no, te quedaste en mi casa y obedecerás mis reglas. Levántate que tienes que desayunar.
Jazmin se dio por vencida y se encamino al baño con su maleta, Justin se acercó a mí y me dio un beso de buenos días, no uno casto y suave, si no uno largo y pasional, como el de nuestro encuentro en el pasillo, esos que me dejaban con ganas de más. Era su forma de recordarme que aún no había olvidado nuestros planes, que aún estaban en pie, haciéndome apartar cualquier duda de mi mente. Lo deseaba, y en ese momento no quería pensar en las consecuencias.
 Jazmin entró al cuarto ya lista y me apresuro a cambiarme. Una vez listas nos sentamos en la barra para comer el delicioso desayuno que había preparado Hailey.
—____, hoy nos iremos de compra todo el día —planificó Jazmin entusiasmada.
—¿Compras? ¿Para qué? Tengo mucha ropa ya.
—¡Que linda es ___! —exclamó con una sonrisa a su hermano—. Nunca se tiene mucha ropa, cuñadita. Además, como Teddy llegará en dos días la fiesta se hará pronto. Voy a elegirte el vestido perfecto y también le buscaremos el traje a Teddy.
Al mirar a Justin supe que no había otra salida; antes de irse me dejó una tarjeta de crédito ilimitada, traté de devolvérsela y rechazarla, pero insistió en que debía tomarla. Al final me quedé con ella, aunque tenía la duda sobre si usarla o no. Me pidió que me comprara un teléfono, así podríamos evitarnos disgustos como el de la vez anterior.
También nos dejó uno de sus autos. Jazmin estaba feliz, al parecer muy pocas veces su hermano le prestaba uno. Visitamos las boutiques más prestigiosas y caras de Seattle. Me medí miles de vestidos pero a todos Jazmin les encontraba un defecto. Al rato me di cuenta que ir de compras era algo que no disfrutaría ni aunque hubiese tenido dinero toda mi vida; quizás me equivocaba, pero en ese momento podría afirmar que no era mi actividad favorita.
Compramos otro IPhone y Jazmin se encargó de todo el papeleo. Ese fue el único momento en que pude descansar, después de eso seguí midiéndome vestidos. Casi pego un grito de alegría cuando Mía dijo que había encontrado el vestido perfecto: era plateado, de strapless, largo y se amoldaba a mi cuerpo perfectamente, realzando mis delicadas curvas.
Solo bastó que saliera del probador para que Jazmin le diera el visto bueno, me alegré de que a ella le gustara, porque a mí me había encantado. Después de pagar nos dedicamos a buscar el traje de Teddy, no pude evitar pensar en su carita arrugada cuando viera lo que debía usar.
Aún no podía creer cuánto habían cambiado las cosas para mí, hacía unas semanas tenía la certeza de que nunca escaparía de Marcus, luego estaba en ese lugar, de compras con mi cuñada para una gran fiesta en la que sería presentada a miles de personas que no conocía. Seguirle el paso a Jazmin era difícil, se detenía en cada tienda por la mínima cosa, y yo sin poder creer aún que estaba de compras por Seattle.
De repente, un escalofrió recorrió mi espalda mientras estábamos viendo las vitrinas. El corazón comenzó a palpitar rápidamente en mi pecho y los vellos se me erizaron por completo. Estaba siendo observada, mi cuerpo estaba en alerta máxima, como lo había estado esos malditos cuatro años. Miré alrededor del centro comercial, buscando por todas partes a la única persona que podía ponerme en ese estado. Rostros desconocidos y ocupados en sus asuntos era lo único que percibía.
Cuando logré convencerme de que estaba exagerando y de que solo había sido mi imaginación, me topé de frente con el responsable de mi reacción, sus fríos ojos azules estaban clavados en mí, dispuestos a lanzarse encima de mío y reclamarme como suya.
Era Marcus.




¿Matrimonio falso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora