Capítulo 18

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Sus ojos me miraban expectantes, esperaba mi respuesta y mi tardanza comenzaba a preocuparlo. No quería decepcionarlo, pero mi propio corazón estaba en juego. A pesar de que existía una gran posibilidad de terminar herida, no podía dejar de imaginar un futuro con él. ¿Cómo sería un matrimonio feliz con Justin Bieber?
Podía vernos realizados, felices y con Teddy. Aún así, el temor de no lograrlo estaba presente y palpitante sobre mí. Si funcionaba podía ganar algo mucho más grande: una familia, amor y seguridad; eso era todo lo que necesitaba. Además yo lo quería, no estaba segura hasta qué punto exactamente y no quería analizarlo todavía, pero quería estar con él. La noche anterior había sido mágica, me estremecí ante el pensamiento de tener más noches como esa.
—Creo... creo que podríamos intentarlo... —le dije un poco dudosa, pero la hermosa sonrisa que me regaló espantó todos mis temores.
—No te vas a arrepentir, ____. Voy a cuidarte, a ti y a Ted. —Me besó los nudillos y me estremecí ante el contacto—. Voy a asegurarme de que seas feliz.
Las lágrimas se acumularon en mis ojos, pero no las dejé salir. Iba a ser feliz, tenía un futuro y estaban Justin y Teddy en él. Quería que todo funcionara y que me quisiera por quien era, no por la persona en la que podía convertirme a su lado... y al parecer, así era.
—Por cierto... —se incorporó Justin, interrumpiendo mis pensamientos—. Quería comentarte dos cosas.
—¿Qué es?
—La primera es que te hice una cita con la Doctora Evans, es una excelente Ginecóloga. —Me sonrojé a más no poder—. Anoche... creo que me ganaron las ganas—admitió con una sonrisa pícara, pero luego se puso serio—.No nos protegimos, puede que hayas quedado embarazada.
Me tensé ante su declaración y las alarmas en mi cabeza se dispararon. ¡No! Me gritó mi subconsciente. Yo no podía estar embarazada, no estaba preparada para cuidar otro bebé; no todavía, no cuando quería vivir mi propia vida y cuando comenzaba a tener tiempo para mí. Un presentimiento invadió mi mente: Quizás él quería un bebé.
—No quiero estar embarazada—sentencié. Él me miró confundido.
—¿No quieres tener hijos?
—No lo sé... Y si los tuviera preferiría que fuera más adelante. Es la primera vez que siento que mi vida me pertenece, no estoy preparada para cuidar de alguien más justo ahora.
—Está bien, entiendo. Pero quiero que sepas que si hay un bebé en camino, no estarás sola... yo estaré contigo —asentí—. Te hice la cita para que te recomiende algún método de anticoncepción, si tienes alguna duda puedes hablarlo con ella.
Asentí, rogando a todos los cielos que no hubiera ningún bebé dentro de mí. No quería un bebe en esos momentos, ni siquiera sabía si quería ser madre. Justin me miraba fijamente, quizás preguntándose en qué estaba pensando, o arrepintiéndose de proponerme la posibilidad de un hijo. Si él quería tener hijos y yo no,el matrimonio sería un desastre desde el principio.
—Todo estará bien, ____—me aseguró y yo le creí completamente. Mientras él estuviera a mi lado todo estaría bien, estaba segura—. La segunda cosa que quería comentarte es acerca de Teddy.
—¿Qué pasa con él?—pregunté alarmada.
—Nada malo, ____... tranquila. Solo quería saber si había ido a la escuela.
—Pues... solo los primeros grados. Cuando nos fuimos a vivir con Marcus lo sacaron de la escuela, pero yo seguí enseñándole.
—Bien, creo que si Teddy sabe lo suficiente podrían aceptarlo en la escuela y ponerlo en el mismo grado en el que está Olive.
—¡Eso sería estupendo! Me encantaría que Teddy pudiera interactuar con otros niños, él ha sufrido mucho...
—Ambos lo han hecho, pero se acabó, ____. Cuidaré de ustedes, por eso sería un honor para mí que fueras a la Universidad a estudiar algo que te guste.Tendrías un futuro prometedor, incluso sin mí, sé que serás excelente en lo que elijas.
—Gracias... siempre quise estudiar Literatura.
—Hablaré mañana mismo con el Rector de la Universidad.
Le sonreí agradecida, Justin era como el Sol de mi pequeño universo y ese pensamiento me asustó terriblemente. Temía que esa oportunidad que me estaba brindando fuera demasiado para mí. No quería decepcionarlo y que me dejara. ¿Cómo podría continuar mi vida después de haber tenido a un hombre como Justin Bieber? Dudaba sobre querer saber la respuesta, pero presentía que era un verdadero desastre.
La conversación que le siguió fue muy amena, terminamos la cena entre risas y luego Christian fue a terminar el trabajo pendiente, mientras yo recogía la cocina. No quería dejarle un desastre a Hailey después de darles la noche libre, nunca había sido una mujer desconsiderada.Cuando lavaba los platos, miles de preguntas invadieron mi mente. ¿Podría estar embarazada? No quería estarlo y me sentía cruel por eso, pero sinceramente quería vivir mi vida junto a Justin y tenerlo solo para mí. Un bebé era una enorme responsabilidad, necesitaba unas vacaciones de eso.
Justin salió pronto del despacho con unos vaqueros y la camisa desabrochada; se me seco la boca al verlo, era extremadamente guapo. Los recuerdos de la noche anterior regresaron a mi cabeza y deseé repetirlo con todas mis fuerzas. Quería sentir sus caricias en mi cuerpo y tenerlo dentro de mí otra vez.
—¿Por qué no te pones pijama? Quiero ver una película.
Asentí completamente embobada y el esbozó una sonrisa satisfecho. El muy cabrón sabía lo que me provocaba, se estaba burlando de mí. Cuando iba subiendo las escaleras me pidió algo que me dejó helada:
—Oh, ___... ¿Podrías quitarte las bragas?
—¿Perdón?—pregunté esperando haber oído mal.
—...Que solo traigas el pijama, no te pongas las bragas ni el albornoz.
Lo único que pude hacer fue asentir abrumada, busqué mi pijama y tal como me dijo Justin me quité las bragas y bajé con una mezcla de sentimientos encontrados. Estaba nerviosa, expectante y excitada... muy excitada.
Justin estaba recostado en el sillón, la película ya estaba puesta pero él la tenía pausada. Volteó a verme con una sonrisa y yo no pude hacer otra cosa que quedarme tiesa. Él se pasó una mano por el cabello cobrizo y respiro hondo.
—¿Hiciste lo que te dije?—asentí nerviosa—. Muéstrame.
—¿Qué?
—Quiero verte... álzate el pijama.—Nerviosa y avergonzada, tomé la parte inferior del pijama y lo alcé lo suficiente para que pudiera ver qué había debajo. Él esbozó una sonrisa de satisfacción—. Buena chica, ven a sentarte conmigo.
Esperó que me sentara a su lado para iniciar la película, y si dijera que le presté atención estaría mintiendo completamente. No supe si la película era de terror o de romance, si era una comedia o una aventura o de ciencia ficción, lo único que podía pensar y sentir era a Justin a mi lado y esperar a que él hiciera algún movimiento.
Cada vez que se movía un escalofrió invadía mi cuerpo expectante. De solo pensar en las caricias que me había dado la noche anterior mi temperatura subía. Él estiró su brazo por encima de mi cabeza y lo posó en el sillón, tragué fuertemente en espera de algún pequeño roce pero él no intentó nada más. Luego acarició mi hombro, enviando sensaciones directamente a la parte más íntima y desprotegida de mi cuerpo. Quería que me acariciara allí, en donde más lo necesitaba... pero él parecía raramente interesado en la película. Yo no podía dejar de pensar en las miles de cosas que quería hacer con él en ese preciso momento.
—Me gustó mucho, estuvo muy bien. ¿No te parece? –preguntó inocentemente cuando la película terminó.
¿Qué? Lo miré confundida y dirigí mi vista hacia la pantalla plana donde los créditos pasaban lentamente. ¡Mierda! La película había terminado y yo no le había prestado la más mínima atención. ¿De qué se trataba? ¿Sabía al menos como se llamaba? No, y ahora Justinesperaba mi opinión.
—Claro, estuvo genial –mentí.
Justin rio como si estuviera disfrutando de un pequeño chiste privado y después se levantó para quitar la película. Estaba dispuesta a escapar a toda velocidad cuando sentí sus manos en mi cintura, deteniendo mi huida. Me acarició los brazos lentamente, mientras mi respiración se aceleraba y me sofocaba. Luego bajó sus manos hasta mi cadera, pegándome a su cuerpo. Pude sentirlo, estaba duro. Bajó sus manos gradualmente hasta llevarlas debajo de mi pijama y me obligó a contener un suspiro. Entonces frotó mi punto de placer de una sola vez. Fue imposible contener un gemido desesperado cuando deslizó sus dedos en mi interior.
—¡Oh, _____!—suspiró violentamente—, pero si ya estás lista. ¿Te excitó la película, _______...?
¿La película? ¡No, ni siquiera sabía de qué demonios se trataba! Negué con la cabeza; era él quien me excitaba, de solo pensar lo que sus caricias provocaban en mi cuerpo me encendía como una antorcha. El sexo nunca me había llamado la atención, quizás porque vivía un acoso permanente y trabajaba en un lugar donde todo apestaba, pero con Justin era diferente. Él lograba que me derritiera con una mirada, lo deseaba como hombre.
—Te deseo... —susurré lentamente.
—Yo también te deseo, ____... No sabes cuánto...
Me volteó para que quedara frente a él y tomó mi cara entre sus manos para besarme. Era un beso cálido, fuerte y lleno de pasión; le correspondí de la misma manera y con la misma intensidad, quería ser suya de nuevo... que me tuviera entre sus brazos y me hiciera sentir como lo había hecho la noche anterior. Después de casi perder el aliento, me alzó entre sus brazos y me llevó hasta la habitación para darle rienda suelta a nuestras fantasías, aunque usando protección.



¿Matrimonio falso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora